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Alfonso Martínez de Toledo, detto Arcipreste de Talavera
Vida de Sanct Isidoro

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Capítulo XIV

De cómo sanct Isidoro fué elegido por arçobispo de Sevilla

 

Muerto sanct Leandro, hallándose en Sevilla el cathólico Rey Recaredo y los Prelados y grandes de España y los prinçipales de la corte y del pueblo, con toda la clerezía, rogaban al señor con gran devoçión les proveyesse de pastor suffiçiente en lugar de tan sancto varón como fuera sanct Leandro. El pueblo de la çibdad de Sevilla, non podiendo callar lo que tenían conçebido en su voluntad, comenzaron a demandar con gran deseo que les diesen por Arçobispo a sanct Isidoro porque hallaban todos que aquel era digno de la dignidad, pues que en su juventud tan varonilmente avía resistido y destruído los hereges en ausençia de su sancto hermano, sufriendo tantas penas y trabajos por defensión de la fee cathólica, y que podía mejor que ningún otro regir su yglesia metropolitana y la primaçía de España. Y luego el Rey y los Prelados y todos los otros señores conformes concordaron en lo mismo de una voluntad. Y enbiaron a declarar su intençión a sanct Isidoro, rogándole affectuosamente que quisiese acceptar la eleçión. Mas él no lo quiso hazer, excusándose quanto podía de tomar la carga de aquella dignidad. Y viendo el Rey y los Prelados y los grandes, que allí estavan, que no podían acabar con él por bien, juntándose con el Rey todo el pueblo lo sacaron por fuerza y lo llevaron contra su voluntad a la yglesia. Y viendo ya el Sancto que no se podía defender de tomar a sus cuestas la carga de aquella dignidad, consintió en ello aunque contra su voluntad. Y fué luego asentado en la silla Arçobispal con grandíssimo gozo de todos. Y enbiaron luego la eleçión al bienaventurado sanct Gregorio Papa, que aun a la sazón era vivo. Reçibiólos muy alegremente, dando infinitas graçias a Dios por la eleçión de sanct Isidoro, y confirmóla luego y embió la confirmaçión con el palio y con la primaçía de toda España. Y así puesto en la dignidad el Sancto glorioso luego se mostró quam sabio era, quam prudente, quam justo y devoto, quam templado y honesto, quam humilde y perfecto en toda virtud. Prinçipalmente pareçía su gran sanctidad en el cuydado que tenía de los pobres, ocupándose en buscar de dónde, así de sus rentas como de lo que de otras partes le ofresçían, proveyese la falta que los pobres pasaban y bastantemente les daba de las limosnas. E la alegría que avía en acorrer a los que padesçían e la su liberalidad era a muchos en tan grant maravilla que aun los sus familiares non podían entender de dónde podía aver tanto dinero para acorrer a los que le venían a demandar con alguna neçessidat. E siempre era su cara egual asy en la bienandança como en la atribulaçión. E a todos reçebía con alegría, ca non lo ensalçaba la soberbia e vanidad, que es enemiga de toda virtud e bondad, mas siempre una temprança de humildat. Era amado de los mayores como de los menores, asy de los ricos como de los pobres. E puesto en tan grant dignidat, non entendía ni deçía que era puesto en ella para folgar, mas para trabajar, non para honrra mas para carga, non para se enseñorear mas para servir con charidat; non para vaciar las bolsas de los súbditos, que le eran encomendados, mas para derraygar los peccados; non para vivir en deleytes carnales, mas para pedricar al pueblo los mandamientos divinales, y para proveer a los pobres de las cosas temporales. E asy avía cuidado de los clérigos e de los scholares, que paresçía que él era su padre. E non le paresçía mucho a él proveer a los clérigos e scholares de su Arçobispado sy non allegasse otros de diversas partes a quien pudiese ayudar e benefiçiar, e enseñar en la scriptura divinal, e acorrer a la su neçessidat temporal. E venían muchos clérigos de diversas partes a ver y oyr tan grant padre. E reçibíalos él con mucha venignidat; e rogávales que non partiesen dél fasta que fuesen informados cumplidamente en la ley divinal, porque podiessen aprovechar a sy e a toda la yglesia universal. E porque los quitase la occasión de vaguear fizo un collegio fuera de la çibdat a do los pudiese enseñar. E non les daba liçençia para salir fasta que oviessen estado quatro años allí. E si algunos eran ricos e de linaje, non querían asosegar. E conosçía él por el alunbramiento del spíritu de verdad que aprovecharía por obra e por palabra a la yglesia sancta, echávales algunas cadenas por les quitar la occasión de andar vagueando de fuera. E entre aquellos que de aqueste varón sancto aprendieron, fué sanct Alifonso, Arçobispo que fué después de Toledo, e resplandesçió después asy como luçero, e Braulio, varón digno de gloria, Arçobispo que fué después de Zaragoza. E porque por los muchos negoçios non podía él estar con ellos siempre por su persona e continuar a los enseñar e doctrinar, embiava por qualesquier maestros que él oya deçir que eran estudiosos en la ley divinal e varones convenibles a la batalla espiritual, e proveyalos de algunos benefiçios e dignidades, e rogávales con mucha umildat que les ploguiesse de trabajar, enseñar aquellos scholares que él tenía en aquel lugar. Ca non entendía que podría del todo arrancar las heregías descomulgadas de la viña del Señor, si non oviesse algunos clérigos e religiosos famosos por sçiençia e sanctidat que enformasen el pueblo por la predicaçión de la verdat; ca ocassión es de toda heregía e de todo mal la dissoluçión de los clérigos e de los religiosos e el despreçio de la sentençia de la scriptura divinal. E avía muy gran cuidado de los religiosos e religiosas que despreçiavan las riquezas e deleytes e honrras mundanales e servían a Dios, segúnd las Reglas de los sanctos padres. E proveyalos en sus neçessidades, porque non se derramassen por las plaças las piedras del sanctuario a buscar lo que les era neçessario, ni fuese mudada la bondat de su color, conviene saber, la bondat de su entençión, e por la ocassión de la vagueaçión e olvidasen la sanctidat de la religión. E enlazados por las cobdicias mundanales e embueltos en los cuydados seglares, e non quebrantasen los frenos reglares e se sometiessen a la servidunbre de las maldades. E asy como la madre a un solo fijo quiera, en ayuntado a todos en charidat e mostrava a todos la su buena voluntad. E así como la gallina allega sus pollillos e los ampara de los milanos, así los defendía de la cara de los malos, porque non fuesen empujados por las contrariedades o apremiados de las angustias de las nesçessydades allende de lo que les fuese tolerable, quitado el defendimiento del padre. E movíalos al desseo çelestial, así como mueve e beza el águila sus fijos volar, rebolando él sobre ellos. E allegándose a las obras del çielo, siguiendo enxemplo del Apóstol sanct Paulo, vaso de escogimiento, porque si les pedricasse sin fazer primero lo que enseñasse non fuesse condenado por la sentençia del Evangelio que reprehendía a los que enseñan que non fazen primero. E non avía alguno de los que moraban en los sanctos ayuntamientos de las yglesias de los Monesterios que fuese apremiado por algún trabajo que non fuese remediado por aqueste varón sancto; non avía alguno escandalizado por las tentaciones del diablo que non fuese acorrido e amparado por la ammonestaçión de aqueste sancto varón. E levaba sobre sí las cargas de sus súbditos, tenyendo ser cosa digna ser él solo atribulado de las cargas de los cuidados de aquesta vida, porque apartados ellos de toda turbaçión e aviendo lo que les era menester para sus nesçessidades, estudiase solamente de plazer al Rey perdurable, creyendo que por las sus oraçiones podría él mereçer lo que por sí non podría aver; e aconsejando a la su salud e de los otros, esquivava la presençia de las mugeres a todo su poder. E onrraba con voluntad maravillosa las religiosas que se esforzaban a guardar la religión e a perseverar en el serviçio del señor. E acorríales largamente con las cosas temporales, porque non falleçiese por la mengua dellas. En las quales edificó muchos monasterios de religiosos a do se ayuntavan muchos monjes e monjas a loar el nombre del señor e a su yglesia, y dióle una Regla que él fizo segúnd el establesçimiento de los Apóstoles e de los padres antiguos, e atempróla asaz conveniblemente segúnd la diversidad de los lugares e de las fuerças humanales. E amonestaba a cada uno que perseverase en el llamamiento con que fuera llamado, e se esforçase a servir en él al señor con umildat e onestidad e devoçión. E non seyendo contento de aprovechar a todos los fieles que eran en aquesta vida, andaba por çibdades e tierras diversas tocando las trompas sanctas del nuebo e del viejo testamento, e dispertando con ellas a los escogidos a los deseos del çielo; e armándolos para las peleas de las maldades del ayre e de los regidores de aquestas tinieblas. E tocaba en todo lugar la trompa evangelical, pedricando la fee del Salvador del linaje umanal, e el loor de la sancta Trinidad, e non avía quien se ascondiesse del calor de la su pedricaçión, porque en toda la tierra sonaba, la su voz enformaba por sus ánimas, a los que non avía lugar de enformar por presençia corporal. E arrancaba todo lo que era feo e desapuesto e contrario a la ley divinal; e trabajava por lo cortar a los comienços de los sus nasçimientos porque non oviesen lugar de raigar en el pueblo sancto de la cristiandat; e establesçía e fundava en todas las yglesias de España las ordenaçiones de los Apóstoles e de los sanctos padres, e mayormente de la yglesia Romana; e asy como dado de ley maravillosa enseñaba los derechos çelestiales e humanales. E daba leyes llenas de justiçia e de ygualdat e de conviniençia e onestad. E quemava así como fuego las espinas de los peccados; e esfriaba así como agua los ardores de las tentaçiones. E non avía çibdad nin soledad nin isla de mar que non sintiese los beneffiçios de la su doctrina e sanctidat.

 

 




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