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Alfonso Martínez de Toledo, detto Arcipreste de Talavera
Vida de Sanct Isidoro

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Capítulo XXIX

De cómo murió sant Ysidoro syervo de Ihesu Christo

 

Tornándose el santo varón para la çibdat de Sevilla començó a enflaqueçer más de cada día. Aunque fuera syenpre de gran largueza en las obras de misericordia e en las limosnas, començó a dar limosna con mayor largueza a los monjes e a los escolares e a los pobres, seys meses antes de su muerte. E cresçiendo la enfermedat e non podiendo retener en el estómago la vianda, queriendo dexar a nos enxienplo de penitençia, mandó ayuntar la clereçía e el pueblo e fízose levar en unas andas a la yglesia de sant Vicente mártir. E mandó llamar a dos santos obispos sus amigos Iohán e Ripario para que fuesen e estoviesen con él.

 

E oyendo aquesto los escolares e los monjes e las monjas e la clereçía e el pueblo yvan en pos dél faziendo grande llanto e dando grandes bozes e mesándose las cabeças e las barvas e rasgando las vestiduras e las caras en manera que qualquier corazón, por duro que fuera, dyera de sy lágrimas sy lo biera.

 

E desque llegó a la yglesia fué puesto en medio del coro çerca del altar; e mandó que se apartasen las mugeres, porque al reçebir de la penitençia non estoviesen presentes. E aquellos santos obispos enbolviéronlo en çeniza e en çiliçio con gran tristeza, con muchos gemidos. E alçó las manos al çielo e dixo: «Tú, señor, que conosçes los corazones de los omnes e perdonaste al publicano que fería sus pechos e estava arredrado e confesava sus pecados e resuçitaste al quarto día del monumento a sant Lázaro, e reçebiste a Lázaro el pobre en el seno de Abran. Reçibe agora la mi confesyón e aparta de la tu yra los pecados en que ofendí a la tu magestad e non te acuerdes de los males que comety en la mi moçedat. Ca tú, señor, non pusiste penitençia a los justos que non te ofendieron, mas a los pecadores que cometieron contra tí muchos yerros. E por ende perdona a mí pecador que ofendí a la tu magestad más vezes que arena ay en el mar. Non falle en mí, señor, el enemigo antiguo que pueda atormentar; porque tú sabes que después que yo reçebí aquesta dignidat obispal, más fué a mí carga que honrra aquesta dignidat. Comoquier que nunca çesé de pecar e de fazer mal, mas porque tú dixiste que en qualquier día que çesase el pecador de mal obrar non te acordarías de toda su maldat, aviendo fiuza en aqueste tu prometymiento alço los mis ojos al çielo comoquier que non so digno de entrar en el tu reyno por la muchedumbre de los pecados en que he ofendido al tu acatamiento. Resçibe, señor, la mi oraçión e da perdón a mí pecador e non pares mientes a mi error ca sy los çielos non son lynpios delante de la tu cara, quanto más yo ome mezquino que bebo las maldades asy como agua

 

E después que ovo dicho aquestas cosas resçibió con muchos gemidos de su corazón el sacramento del cuerpo e de la sangre del señor, confesándose de ser non digno de resçebir al Fijo de Dios bivo. E después que ovo resçebido el sacramento demandó perdón a todos con mucha umildat, diziendo: «Ruego vos señores míos santos clerezía e saçerdotes que aquí estades, e todo el pueblo, que vos plazga de rogar al señor por mí pecador lleno de muchas suziedades, porque sy non so digno de alcançar perdón por los mis meresçimientos lo meresca al menos por los vuestros ruegos. E plega vos de me perdonar sy en alguna cosa he llagado la vuestra caridad

 

E virtud maravillosa de maestro tan singular que asy demandava perdón a los sus súbditos con tan gran umildat, ca non es mayor umildat que someterse el mayor al menor, non solamente al egual. Mas aun dixo otra vez el santo confesor: «Perdonadme, hermanos mucho amados, e non despregedes la petiçión que vos ofresco de todo corazón.» E oyendo esto todos los que allí estavan, començaron a llorar, demandando por él perdón a la piedat divinal. E el santo varón tornóles a fazer amonestaçión e dixo: «Ruego vos, señores e hermanos mucho amados, que ayades entre vos caridat e non dedes mal por mal; e vos esquivedes de murmurar; e non dedes lugar que el lobo robador pueda apartar alguno de vos de la grey del señor

 

E después que ovo dicho aquestas cosas mandó soltar todas las debdas a los que eran debdores e darles las cuentas de las obligaçiones. E tomando en sy fuerzas començó a dar al pueblo el manjar de la palabra divinal e a les dezir que aquel día fuera a él mucho deseado, tienpo avía, por se poder ayuntar con el fazedor de la vida. E tan alta mente començó a fablar de las cosas espirituales e çelestiales que paresçía que syenpre fuera presente en los conbites perdurables. E acabada la amonestaçión mandó dar a los pobres toda la renta que quedava. E rogó a todos los que ay estavan que le dyesen paz en señal de caridat, diziéndoles: «Sy de todo corazón perdonáredes las ofensas que vos yo fize, el criador todo poderoso perdonará a vos todos los vuestros pecados; e el santo bautismo que ha oy de reçebir el pueblo christiano será a vos en perdón de vuestros pecados; e aqueste beso de paz será a vos en testimonio de la paz çelestial que sobre pasa a todo entendimiento umanal

 

E aquesto era el sábado santo. E acabadas todas estas cosas, fué tornado a la çela do morava. E otros tres días siguientes fué levado a la eclesia por esa mesma manera acompañándole la clerezía e el pueblo esperando con mucha tristeza la su ora postrimera. E con todo su mal non çesava el santo varón de dar al pueblo sediento la palabra de la sabiduría divinal, deseando salir a reçebir con alegría e con lánpara ençendida al fazedor de la vida. E al quarto día, estando en la yglesia, alçó las manos al çielo e bendixo a la grey que le fuera encomendada e dió el espíritu al Rey de la çibdat soberana, dexando a nos para nuestra consolación las riquezas preçiosas de la su carne gloriosa.

 

E veyendo todos los que allí estavan que avía dado el alma al señor el santo varón començaron a fazer llanto muy alta boz llorando con gemidos amargos la muerte de padre tan santo; e las ovejas lloravan al pastor e los prínçipes a su Rey e enperador e los clérigos al su maestro e dotor e los monjes e las monjas al su regidor e los pobres al su padre e defendedor. E dende a poco tornóse el lloro a gozo e la amargura en dulçura e la boz llorosa en alavanza maravillosa e la desesperaçión en consolaçión, por quanto non quiso el varón santo que los sus fijos devotos fuesen luengamente desanparados. E començó a salir de su cuerpo olor de tan gran suavidat que paresçía a todos los que estavan presentes que estavan en la bienandança çelestial. E fueron sanos muchos enfermos; e non solamente por el tañimiento del santo cuerpo mas aun por sola la suavidat de aquel olor çelestial. E para mientes, hermano, la vuestra caridat, quánto fué maravilloso e loable e glorioso e grande aqueste varón bienaventurado en santidat, ca algunos de los santos alunbraban los çiegos e otros alinpiavan los leprosos e otros sanavan los coxos, echavan los diablos de los cuerpos de los demoniados, tornavan la fabla a los mudos, otros tornavan el oyr a los sordos, otros resuçitavan a los muertos, otros libravan a los que eran tañidos de algund enponçoñamiento e otros sanavan a los enfermos de cualquier otra enfermedat; porque segund dize el Apóstol, a cada uno de los santos es dada la graçia para provecho de la yglesia; a uno es dada la palabra de la sabiduría, a otro la palabra de la çiençia, a otro la fe e a otro la graçia de las sanidades e a otro la obra de los miraglos e a otro la profeçía e a otro el conosçimiento de la diferençia de los espíritus e a otro es dado fablar e entender los lenguajes e a otro el entendimiento de las escripturas divinales, e todas estas cosas obra uno e ese mesmo espíritu, e todas por la graçia de aqueste espíritu. Fué lleno de todos aquestos dones sant Ysydoro; en manera que quando el Apóstol escrivía aquesto, a él paresçe aver enderesçado sus ojos prinçipalmente porque en él fueron todos los dones de los santos pasados para que por él fuesen dados a los fieles de aqueste nuestro tyenpo. E aqueste santo confesor nuestro murió lleno de sabia doctrina e de sano consejo e de obras de caridat e de conplida hedat, a quatro días de abril, a seysçientos e veynte dos años de la encarnaçión del señor. E non se le avían escuresçido los ojos en tan grant hedat nin se le avían movido los dientes de su lugar. E a todos plogo que el cuerpo del varón santo fyese enterrado con honra muy singular. E porque su hermano S. Leandro e su hermana santa Florentina virgen bendita mandaron antes de su muerte que fuese enterrado su hermano Isidoro con ellos, fué enterrado entre los cuerpos de amos en un monumento entallado e apostado con oro e plata.

 

E muchos de los que allí estaban fueron alunbrados por el don divinal e vieron sobir a los Angeles la alma del santo varón a la çibdad çelestial. E salióla a reçebir con muchedumbre de Angeles e de sanctos el Salvador del linaje humanal. E un sancto varón, de vida digna de remedar, que avía a este bienaventurado confesor amor singular, estaba una vez en gran tristeza además, e fué levado en spíritu a la çibdad çelestial e vido que estaba asentado aqueste sancto varón entre los niños inoçentes que mandó matar Herodes por el Salvador e tenía entre ellos lugar prinçipal e corona de martyrio e de doctrina e de virginidad. E le dezía que estaba presto para ayudar a todos los que demandasen la ayuda del señor por la su medianería e oraçión. E él veyendo aquesto obo plazer singular; e fué librado de la tristeza que atormentaba la su voluntad. E dende adelante syenpre sentía en sy alegría espiritual, aunque sentía alguna angustia por deseo de la presençia de padre de tan gran santidat. E non me es menester de loar en aqueste varón santo los miraglos en la su sabiduría la excellençia en su doctrina, la virtud en sus costunbres pues verdaderamente se puede decir no solo aver sido enseñado varón Apostólico mas Apóstol de Christo después de los Apóstoles, en quien se halló la prudençia de Noé, la fortaleza de Abrahán, la templanza de Isaac, la Justiçia de Jacob, la paçiençia de Job, la constançia de sanct Esteban y de todos los otros sanctos Mártyres que murieron por Jesu Christo. Y porque detenernos en esto sería alargar mucho esta escritura bolviendo al propósito, luego que pasó deste mundo el bendito santo los clérigos doctos y estudiantes ingeniosos así discípulos suyos como otros que allí se hallaron hizieron epitaphios y versos çelebrando la vida y muerte de su Prelado. Entre los quales el bienaventurado Ildefonso, que después fué Arçobispo de Toledo y honra y gloria del clero, hizo pintar en la parte de la yglesia donde los sanctos doctores Leandro e Ysydoro descansavan sus rostros al vivo y las cosas notables que en su vida avían hecho e ayudado de los linpios veneros que de la doctrina de su Maestro avía bebido escrivió el Epigrama que se sigue en una cruz de plata que está sobre los sepulchros de los santos:

  Crux haec alma gerit geminorum corpora fratrum  

 Leandri, Isidori, pariumque ex ordine vatum.  

 Tertia Florentina soror, devota perennis,  

 O quam composita consors! hic digna quiescit:  

 Isidorus medius disiungit membra duorum.  

 Hi quales fuerint, libris inquirito, lector:  

 Cognosces et eos bene cuncta fuisse locutos,  

 Spe certos, plenosque fide, super omnia caros  

 Dogmatibus cernas horum crevisse fideles,  

 Ac reddi Domino quod impia iura tenebant.  

 Utque viros credas sublimes vivere semper,  

 Aspiciens rursum pictos contende videre.  

En romançe quiere dezir: «Esta santa cruz abraça los cuerpos de los dos hermanos Leandro e Ysydoro iguales en santidad y doctrina; el terçero sepulcro es de su devota hermana Florentina. Isidoro está en medio de los dos. Lector, quales hayan sido de sus libros los sabrás y conosçerás con quanta verdad escrivieron sus doctrinas çiertos con esperança, llenos de fee y charidad, verás el fructo que hizieron en los fieles reduçiendo los que estaban herejes a su señor. Y porque creas que ellos viven syenpre en el çielo, mirando en lo alto verás sus propios retratos

 

Murió el bienaventurado sant Isidoro confesor a quatro de abril en los tiempos del Christianissmo Rey de España Suintila y del Emperador Eraclio que cobró la cruz que el Rey Coschroa de Persia avía llevado y la restituyó y ensalçó en Hierusalem en su propio lugar. No hizo sant Isidoro ningún testamento porque aunque tuvo grandes rentas, siendo pobre de espíritu en Christo, todo lo que poseya antes que saliese deste mundo lo distribuyó a los pobres.

 

 




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