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Alfonso Martínez de Toledo, detto Arcipreste de Talavera Vida de Sanct Isidoro IntraText CT - Texto |
Capítulo XXI
Que el obispo deve ser tornado a la dignidad primera después que ha fecho penitençia
Al sancto e bienaventurado e digno de mereçimientos, Mausona, obispo, yo Isidoro, me encomiendo. Vino a nos Viçençio, vuestro siervo, varón religioso e tráxonos unas letras de la vuestra Reverençia. Ella e por la su relaçión sopimos de la vuestra salud; e façemos a Dios muchas graçias en quanto puede la nuestra flaqueza. E aviendo fiuza en la ayuda de las vuestras oraçiones e mereçimientos, estudiamos de nos presentar al su acatamiento. E en lo que demanda e pregunta la vuestra hermandat non es de entender ser en las tales sentençias diversidad; ca diçe el canon del conçilio Conqueritano a los 19 capítulos que después de la penitençia del peccado de la carne debe ser el obispo tornado a la onrra del primer grado. E en otro lugar se lee que non debe el obispo tornar a la honrra de la primera dignidad después de la cayda del peccado carnal. E aquesta diversidat es de entender de aquesta manera, conviene saber: que sean restituydos en el grado del primer offiçio los que obieren satisfecho por digna penitençia; e non sean restituydos los que non se enmiendan e defienden el peccado carnal en que cayeron con locura e atrevimiento. E por ende menester es que sean tornados a la honrra de su dignidat los que por penitençia son dignos de la reconçiliaçión divinal; e que non sean restituydos al primer ofiçio los que non façen digna penitençia del pecado en que han caydo. E porque de aquesto se ha de dubdar e menester es que sea confyrmado por auctoridat de la scriptura divinal. Ca el sancto Propheta Ezechiel demuestra fablando so figura de la fornicación de Jerusalen que debe tornar el peccador a la honrra primera después de satisfaçión de la penitençia, diziendo: «Have vergüeña Judea, e lieva sobre tí la tu confusyón.» E un poco adelante diçe: «Tornadvos tú e tus fijas a la vuestra antigüedat.» Amonestándole primero que aya vergüeña demuestra que después del pecado debe aver confussyón el peccador e abaxar la frente con vergüeña por la culpa fecha, por quanto cometió obra digna de confusyón; e mandóle adelante que después de la vergüeña e confusyón se torna a la su primera antigüedat, demuestra claramente que después del pecado debe el pecador tornar a la primera dignidat. E por ende quando el peccador ha vergüeña de su herror e conosçe su peccado con humildat, deve, según aqueste sancto Propheta, ser tornado a la primera dignidat. E aun el Evangelista sanct Juan demuestra en el su Apocalypsi aquesto mesmo diçiendo al Angel de la yglesia de Epheso: «E acuérdate de dónde cayste, e faz penitençia, e torna a façer las obras primeras; e sy non, verné a ti e moveré el tu candelabro de su logar. E aqueste Angel era obispo de la yglesia de Epheso, segúnd aquello que diçe el sancto Propheta Malachías: «E los labros del saçerdote guardan la sçiençia, e a él preguntará el pueblo lo que le conviene saber de la ley, porque Angel es del señor de la cavallería çelestial.» E amonesta sanct Johan al obispo que avía caydo en viçio, que se acordase de dónde cayera e fixiese penitençia e tornase a fazer las obras primeras, porque non fuese movido el su candelabro de su logar. E qué entenderemos en el nombre del candelabro sy non la doctrina obispal, la honrra del su poderío e dignidat. E de aquí es lo que es escrito de Helí en el primer libro de los Reyes: «E escureçiéronse los ojos e non podía ver la candela de Dios.» Antes que se matase, candela de Dios fuera por çierto Helí, quando estaba en la dignidat sacerdotal e resplandesçía por claridat de justiçia e egualdat. Mas aquesta candela fue muerta quando por el pecado de los fijos perdió la lunbre de los meresçimientos e el poderío de la dignidat saçerdotal. Pues el candelero o la candela, conviene saber, la honrra obispal es movida del todo de su logar, segúnd diçe sanct Johan quando después de la cayda de la culpa fecha, non satisfaçe el pecador por digna penitençia. Ca non diçe sanct Johan: «moveré tu candelero porque cayste; mas: si non fizieres penitençia del mal que feçiste. Pues quando peca el Perlado e façe penitençia de su pecado, conviene que sea tornado a la honrra del primer estado. E de aquí es lo que diçe Salomón en los proverbios: «Non será enduresçido el que asconde sus pecados, e el que los confessare e dexare alcançará misericordia.» E de aquí es lo que los santos padres establesçieron en los cánones que después de su penitençia de syete años tornare el pecador al su primer estado, non por sentençia del su alvedrío e voluntad, mas por sentençia del juyzio divinal. E de aquí es que aun María Prophetisa, hermana de Moysén, fué ferida de lepra, porque en contra Moysén, e la mandó el Señor hechar siete días fuera del Real, e que tornada al Real después de los syete días, e después que fué alinpiada por el ruego de Moysén, que oró por ella a la piedad divinal. E por María hermana de Moysén e de Arón fué figurada la carne del obispo, que es dexada ensuçiar por la sobervia en el peccado carnal; e es mandada hechar syete días fuera del Real, conviene saber, syete años fuera del ayuntamiento de la yglesia; e es tornada a la dignidat primera después de syete años de penitençia.
Fasta aquí te he declarado, en quanto alcanço, mi saber por la autoridat de los testimonios de la scriptura divinal, la sentençia del conçilio Anqueritano, demostrando que puede ser tornado al primero estado el que sabe alinpiar la culpa fecha por satisfaçión de penitençia. E el que non façe penitençia del pecado que ha fecho, e persevera en él syn vergüeña, de la religión e del temor de Dios, e non debe ser tornado en alguna manera al estado de la dignidat primera. E quandoquier que en las determinaçiones de los conçilios es fallada sentençia diversa, es de escoger la sentençia de aquel conçilio que fué de mayor autoridat e más antiguo.
E esta epístola e otras muchas escrevió sanct Isidoro sobre diversas questiones. E enxerimos a esta estoria en parte algunas dellas, porque paresca la virtud e poderío que ovo en este mundo el bienaventurado sanct Isydoro, e sean enformados los fieles de Jesucristo. E añaderemos agora otra Epístola que embió a Braulio, su disçípulo.