Capítulo

 1 Ded  |      oficio de la mujer casada), obras son que cada una por si
 2 Ded  |      profesión, y el otro en las obras, los que la siguen no se
 3 Ded  |         al hombre por sus buenas obras. El bien de la mujer diligente
 4 III  |         habla sino solamente las obras loables a que está obligada
 5 III  |          oficios, que venden sus obras, o por fuerza y sin voluntad,
 6 IV   |   oprimir ni envilecer con malas obras y palabras el corazón de
 7 V    |          real, adonde semejantes obras no traigan honra y provecho),
 8 VI   |     brocados, y piedras ricas, y obras de oficiales, hermosas,
 9 VII  |          mantenimiento, como las obras y haciendas en que han de
10 VII  |        las levanta y mueve a sus obras, no se sabrán menear. Y
11 VII  |       repartir a sus criados sus obras y poner orden en todos,
12 VII  |         tratar con fidelidad sus obras y oficios, sino también
13 IX   |        valen y adónde llegan sus obras. ~Tres cosas le pide aquí
14 XII  |          amistad o de las buenas obras os llama a que veáis las
15 XII  |    Resplandezcan vuestras buenas obras; o ¿para qué nos llama el
16 XII  |  vosotras diversas gentes. ~»Las obras de buen ejemplo, ésas son
17 XII  |        profesado virtud y buenas obras». ~Éste, pues, sea su verdadero
18 XIII |         al hombre por sus buenas obras». De arte69 que, el que
19 XVIII|           pero mucho más con sus obras buenas. Que es pedirle tanta
20 XVIII|        Por manera que sus buenas obras dellos sean proprios y verdaderos
21 XVIII|     natural, que todas ellas son obras de fiero aborrecimiento,
22 XVIII|         porque los tales con las obras la ensalzarán siempre, y
23 XX   | emplearse uno con voluntad y con obras en el cumplimiento de sus
24 XX   |        demedie79 y acabe con sus obras, y todo aquello a que le
25 XX   |          de Dios y enderezan sus obras y trabajos a Dios, cumplen
26 XXI  |        lóenla en las puertas sus obras.~~~ ~~Los fructos de la
27 XXI  |       sus manos, esto es, de sus obras della. Porque aunque todo
28 XXI  |         léenla en las plazas sus obras». Porque mandar Dios que