Capítulo

 1 VII  |      madrugar y dañoso para la salud! Cuando fuera así, siendo
 2 VII  |        que la razón sola de su salud, aunque no despertara el
 3 VII  |       la casa, sino también la salud, pide a la buena mujer que
 4 VII  |        es la que conserva y da salud a los hombres. Pues ¿quién
 5 VII  |       nos despierta, a nuestra salud conviene que despertemos.
 6 VII  |      no solamente corrompen la salud, mas también aficionan e
 7 VII  | calentado con el sueño, y cría salud y lava las tristezas del
 8 VII  |         y ni el deleite, ni la salud, ni la necesidad y provecho
 9 XII  |        a fin de nuestro bien y salud); así que, aunque callemos
10 XII  |    porque Dios procura nuestra salud por todas las vías posibles;
11 XII  |        que os enseña la voz de salud? Nosotros somos aquellos
12 XVIII|      mal humor della, le damos salud a él? Pues entendamos que,
13 XVIII| entendamos que, como es una la salud, así es uno el cuerpo; y