Capítulo
1 1 | entusiasta que me causaba la vista de los barcos de guerra,
2 1 | indecisas memorias se asocia la vista de unas velas amarillas
3 4 | bulliciosos que pierden de vista al maestro. Encerráronse
4 4 | aquello que no poseía. ~ ~En vista del despego con que ella
5 7 | hasta que no perdimos de vista el pueblo, no se alivió
6 7 | ensanchaba el pecho con la vista del paisaje, con la alegría
7 17| los barcos fondeados a la vista. Hablé con cuantos marineros
8 17| entrambos tuvieran muy buena vista. ~ ~La conversación de aquellos
9 9 | costados; cuando alcé la vista y vi las tres filas de cañones
10 9 | animación del alcázar, la vista del cielo y la bahía, el
11 9 | al mar, y desde donde la vista podía recorrer las tres
12 9 | impulsar sus enormes gavias. La vista se mareaba y se perdía contemplando
13 9 | había caído encima. Volví la vista atontado y lancé una exclamación
14 9 | mismo tiempo se dirigía la vista en derredor, y ¡qué espectáculo,
15 9 | se escorzaba a nuestra vista presentándonos sucesivamente
16 9 | flota enemiga estaban a la vista formados en dos columnas.
17 11| instante el humo me quitó la vista del enemigo. Pero éste,
18 11| general, se rindió a nuestra vista. Villeneuve había arriado
19 11| pasaba en el combés. Alcé la vista al alcázar de popa, y vi
20 11| aun entonces se apartó su vista de los barcos ingleses ni
21 12| terror producido por la vista de tan grande estrago, se
22 12| que nos batía ocultaba la vista del resto de la escuadra,
23 12| comprendí, no perdían de vista a algunos de nuestros marineros,
24 12| triste aspecto, que a su vista era imposible entregarse
25 12| desaparecido para siempre ante la vista humana. ~ ~Aquel hombre
26 12| llena de gente. ~ ~Alcé la vista y vi como a cuatro o cinco
27 13| fuerte, que perdimos de vista las demás lanchas, y las
28 14| herido, y con la debilitada vista de su ojo derecho, buscaba
29 14| la esperanza perdida a la vista del puerto, y cuando unos
30 15| miedo su semblante. Alzó la vista cuando me acerqué a él,
31 15| podía apreciarse por la vista. Me dispuse a arrojarme
32 15| recorrió con su turbada vista el lóbrego espacio que nos
33 16| las naves que estaban a la vista, el Montañés, el San Justo,
34 17| angustia que la poseía. Su vista me hizo prorrumpir en amargo
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