Capítulo
1 1 | desgracias. ~ ~ Aquellos señores me tomaron bajo su protección,
2 2 | fin, si no se le comen los señores salvajes, vuelve hecho una
3 3 | imaginarse. Figúrense ustedes, señores míos, un hombre viejo, más
4 4 | ya se van a reír esos señores casacones. No será ésta
5 6 | estoy yo: mátenme ustedes, señores ingleses, o déjense matar
6 7 | parador de Conil. A los señores les dieron lo que había,
7 17| falta más sino que esos señores con sus manos lavadas se
8 17| estirada fatuidad de los señores del día, ni por la movible
9 17| curioso el empeño de esos señores de hacerse a la mar en busca
10 17| loro de Doña Flora y de los señores que iban allá por las tardes
11 17| unieron algunos jóvenes y señores mayores. Parecían muy encopetados,
12 9 | se nos hicieran cañones. Señores, nos van a dar julepe por
13 15| sabes, sardiniya, que esos señores de popa se candilean (se
14 15| éxito del combate. Lo dicho, señores: no se quiso hacer caso
15 15| di con permiso de estos señores, y el navío de Álava habría
16 15| desastres como éste del 21. Sí, señores - añadió mirando con gravedad
17 16| pagar sus sueldos a los señores de la Corte, y entre éstos
18 16| señalando la bandera: «Señores: estén ustedes todos en
19 17| Cirujanitos a mí! Yo lo he curado, señores; yo, yo, por un procedimiento
20 17| Quiera Dios que estos señores no nos den un mal pago.
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