Capítulo

 1 2 |        de gratitud a su insigne amigo D. Manuel María José del
 2 2 |         los nobles deseos de mi amigo. Un año antes se había llevado
 3 2 |        Salió de la casa el buen amigo, febril y tembliqueante.
 4 3 |      dar con la casa de nuestro amigo. «Tuercen ustedes a la izquierda,
 5 4 |   opuesto al que habita nuestro amigo - dijo Pez con cierto énfasis
 6 5 |     tiempos de Máximo Manso, mi amigo, todo cuanto aquella señora
 7 5 |    ellos. Los muebles de nuestroamigo holgaban en la vasta sala
 8 11|        de aquel Gonzalo Torres, amigo constante de la familia,
 9 12|   costumbre en él antigua; y su amigo D. Manuel María José Pez,
10 12|      que han llegado las cosas, amigo D. Francisco, es imposible,
11 15|    hijito!, yo creí que nuestro amigo Pez no acababa5 esta noche
12 17|         la estupenda obra de su amigo. De pie junto a él, con
13 19|      casi casi había llegado mi amigo al perdón de la ofensa,
14 19|    comida. Pero él era tan poco amigo de las botiquerías, que
15 20|       día... Serénese usted, mi amigo D. Francisco, y tómese un
16 21|         cosas me valgo yo de un amigo que es un lince... Sigilo,
17 21|  afectado por la dolencia de su amigo, expresó la esperanza de
18 23|         era...? ¿Tal vez que un amigo se había comprometido por
19 24|        él. Notaba la dama en su amigo un mudo y ceremonioso respeto,
20 25|   espíritu bullía, y contó a su amigo el incidente de la bata,
21 25|       increpando duramente a su amigo por mezquindad tan contraria
22 28|       casa propia la casa de mi amigo, y ni un instante se me
23 28|       que esté tanto en mi buen amigo como en mi amiga incomparable.
24 28|          Qué correríasson esas, amigo Bringas? La venda... No
25 29|        tristeza con que mi buen amigo oyó estas prescripciones
26 29| pintoresca de la avaricia de su amigo, y hablando con él después,
27 32|        usted de su mal, querido amigo, pues eso no vale nada,
28 32|      anterior le había hecho el amigo de la casa. El cual, llevándola
29 32|  solución de sal común. Nuestro amigo veía las estrellas con esto,
30 36|    presente Torres o algún otro amigo) de su soberanía doméstica. ~«
31 35|           La mejoría de nuestro amigo se acentuaba tanto, que
32 36|       románticas vehemencias mi amigo, y quién sabe si al fin
33 36|      pues la benevolencia de su amigo como que parecía preludio
34 36|        jaula de pájaros para un amigo. Hay que pensar hasta en
35 37|           qué lástima! Si algún amigo suyo tuviera... En fin,
36 37|  conveniencia del préstamo a su amigo. El cual era un tal Torquemada,
37 37|       veces se había sentido mi amigo Bringas tan nervioso como
38 41|   regresar a Madrid, su insigne amigo no se hallara tan dispuesto
39 43|     llevó un solemne chasco. Mi amigo se presentaba juicioso,
40 43|       mí sola?». ~Lentamente mi amigo descendía de aquellas cimas
41 43|       ocasión de cambiar con su amigo más de una palabra en la
42 43|  pestilente a un sabio capellán amigo suyo. De algún tiempo acá,
43 47|        la cara». ~«Un caballero amigo mío - dijo Refugio pasando
44 48|      más lúgubres. «El diluvio, amigo Bringas... Ahora sí que
45 48|  nuestro economista, fue con su amigo y otros empleados al cuarto
46 49|      sin ejemplo, ./. dijo a su amigo que no pensara en que tal
47 50|      donde quiera que volvía mi amigo sus ojos, veía caras pisciformes.