Capítulo

 1 5 |             suspendido frente a la puerta de entrada, decía con sus
 2 5 |         alcobas recibían luz de la puerta y de claraboyas con reja
 3 8 |      pedían un triste ochavo en la puerta de una iglesia!... No alzaban
 4 8 |          platos eran tomados en la puerta, de manos de los criados,
 5 8 |      terraza? No; aparecían por la puerta de la escalera de Damas
 6 8 |         blancas pelucas, y ninguna puerta se abría en los huecos del
 7 11|          amiga, llame usted a otra puerta». ¿A qué puerta?, ¿a la
 8 11|       usted a otra puerta». ¿A qué puerta?, ¿a la de Cándida? Intentolo
 9 11|          coche, que esperaba en la puerta del Príncipe. Milagros charlaba
10 13|            domingos, casi desde la puerta, charlando de política con
11 17|   filosofías, iban saliendo por la puerta de la Glorieta. Ya estaban
12 17|             Oh!, si llamara a esta puerta seguramente sería oída,
13 18|     colgado de la campanilla de la puerta de casa... Con que ya ve
14 20|       murmuró Bringas. ~Junto a la puerta estaban Isabelita y Alfonsín,
15 21|           Despidiéndose junto a la puerta, no pudo reprimir algunos
16 21|    secreteos con la Tellería en la puerta. ¿Y qué tal? ¿Ha caído algún
17 22|            Esto se hacía siempre a puerta cerrada; pues antes de escudriñar
18 22|         que echase el pasador a la puerta para que no entrara nadie. ~
19 23|          Rosalía oyó esto desde la puerta. Desconcertada al pronto,
20 24|             Mañana - dijo ya en la puerta - , le mandaré aquella blonda
21 26|            Dios, toca, toca a otra puerta... Tu industria es la ruina
22 26|       acompañar a Refugio hasta la puerta, y obsequiarla con algunas
23 28|          brincos se pusieron en la puerta de la escalera de Cáceres,
24 28|            paseíto. Al llegar a la puerta de la casa, salió Isabelita
25 36| encrespadas olas llegaban hasta la puerta. ~Pero el economista, impaciente
26 37|         despidió de su amiga en la puerta con toda suerte de mimos
27 43|            cuando se acercaba a la puerta, y le entró un temblor...
28 43|            llamaron de súbito a la puerta y entraron los pequeños,
29 45|          misma Refugio le abrió la puerta, y sorprendiose mucho de
30 45|         difícil solución. Desde la puerta a la sala no hubo más que
31 45|          de Bringas indicándole la puerta del gabinete - . Celestina,
32 45|      buenas y malas. La sala, cuya puerta de comunicación con el gabinete
33 45|  ahumadísimo. Por la mal entornada puerta de la alcoba se veía un
34 47|       tiempo.~Oyose el ruido de la puerta que Celestina había cerrado
35 49|            que había pasado por la Puerta del Sol y visto mucha gente...