Capítulo

 1 2 |           reino de la luz. Veía mi enfermo idealista el cenotafio de
 2 19|        Milagros se sonrió, como un enfermo que hace esfuerzos por distraerse.
 3 20|             y en él se desplomó el enfermo con desesperación, como
 4 20|            lamentaciones del pobre enfermo, eran la única expresión
 5 20|         con detención los ojos del enfermo. Era ya tarde, y la última
 6 21|         pausa para no despertar al enfermo. Ya sabía lo que tenía que
 7 21|       cuerdamente que todo cerebro enfermo pide inacción; que le convenía
 8 22|       fecha en la casa, sin que el enfermo adelantara gran cosa. No
 9 23|        mientrassu esposo estuviese enfermo. Por fortuna, el médico
10 24|        algo. A ratos entretenía al enfermo con los sucesos políticos,
11 25|            los paseos hasta que el enfermo se hallase en mejores condiciones.
12 26|         enterase de cómo seguía el enfermo, y se lo escribiera a correo
13 27|            casi siempre mandaba al enfermo una jícara, bien custodiada
14 29|         Esta vez no recibió mal el enfermo la indicación. Descorazonado
15 30|          cosas se animaba mucho el enfermo; pero ¡ay!, que el día siguiente
16 30| Discurriose luego sobre si iría el enfermo a la consulta o harían venir
17 31|      tiernas sobre el espíritu del enfermo! Él estaba tan agradecido,
18 32|         radical. Tanta fe tenía el enfermo en las palabras de aquel
19 32|           era menos dolorosa, y el enfermo podía estar algunos ratos
20 32|          honorarios, la fortunadel enfermo. A un rico, a un potentado
21 36|         jarabe de pico, mimitos de enfermo impertinente. Desde que
22 35|           excelente naturaleza del enfermo, vencedora del mal en pocas
23 37|         era que Golfín, por ser el enfermo recomendado de la Reina,
24 49|          estaba el pobre señor más enfermo. Se admiraba de latranquilidad