Capítulo

 1 2 |          entregaba con furor, no ponía los pies en la oficina más
 2 8 |        un modo más alarmante. Se ponía como lela y tardaba mucho
 3 13| conminatorio por el comparativo, ponía por modelo a sus hijos la
 4 16|        le sentaba todo lo que se ponía, y qué majestad en su porte!
 5 16|          respeto de su marido le ponía un freno. Por fin, tanto
 6 17|         se filtraba en ella y la ponía enferma. ¡Y cuán impertinente
 7 21|         la prolijidadque siempre ponía en tan grata operación,
 8 22|       estaban colocados... Luego ponía todo en su sitio con respetuosa
 9 22|        del mayor elogio. Ella le ponía las compresas de belladona
10 22|     había insomnio; pero en nada ponía tanto cuidado la solícita
11 24|        la llamada revolución, se ponía tristísimo y daba unos suspiros
12 27|      médico y otros. Milagros no ponía nunca los pies en la casa
13 32|      ideas, y arrugando el ceño, ponía cara de pocos amigos. «Cuando
14 34|         Después el Sr. de Pez se ponía todo azul y echaba llamas
15 37|       reales, y esta sospecha le ponía fuera de sí; otras no la
16 38|        primeras horas de esta la ponía de un humor endiablado,
17 39|          generoso indiano se les ponía delante. Expresándose en
18 40|        entre los huecos de ellas ponía cacharros, trebejos, la
19 42|    Refugio! Roja de vergüenza se ponía nuestra amiga sólo de pensar
20 47|          le daba los azotes y la ponía en carne viva. Tan volada
21 48|         pesar de esto, no se los ponía en la mano, Rosalía estaba