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Benito Pérez Galdós
La de Bringas

IntraText - Concordancias

(Hapax Legomena)
19-antea | antec-beso | besti-comed | comen-decid | decir-dulce | dulci-exorb | exord-holga | holgu-leona | leonc-nacer | naci-permi | perpe-quema | quemo-saban | sabed-terne | terno-xviii | xx-zurri

     Capítulo
1 48| acabose». ~Esto ocurría el 19. Bringas subió a su casa 2 23| para estas bromas». ~El 26 fue cuando la de Tellería, 3 49| tiempos. ~En la mañana del 30, Cándida entró muy sofocada. «¿ 4 37| no teniendo un billete de 400 escudos, sino varios de 5 3 | baja otra vez... Número 67». ~ 6 9 | su yerno por los años de 75 a 78; pero se alejaba ya 7 9 | yerno por los años de 75 a 78; pero se alejaba ya bastante 8 47| para decir nada. Hubiérase abalanzado a la miserable para clavarle 9 14| fiambres que traían, para abalanzarse a ellos como un hambriento... 10 10| las centellicas negras del abalorio, temblando entre felpas, 11 41| otras veces no la había abandonado. ~Desde que pasó el 25, 12 4 | anduvimos que parecían barrios abandonados, y las bóvedas de desigual 13 6 | sin que la ilustre viuda abandonara su choza provisional. Cuando 14 41| diera a entender. Dios no la abandonaría, pues otras veces no la 15 8 | personas reales y la grandeza abandonaron el Salón, salieron aquellos 16 25| grosella, adornada de encajes, abanicándose. Estaba elegantísima, algo 17 34| muy ligero, no cesaba de abanicarse, renegando a cada instante 18 38| defendiéndose del calor con los abanicazos y los sorbos de agua fresca. 19 36| plaza, esta se hallaba bien abastecida. La Bringas tenía dinero 20 29| Si eres un chiquillo... ~Abatidísimo, el desdichado señor no 21 35| tenía los espíritusalgo abatidos por no poder ir a baños, 22 38| luengos toldos, más son para abatir que para regocijar el ánimo 23 30| conciencia, supo al fin abdicar su autoridad antes de producir 24 46| nuevo en el costurero...Se ablandaba al fin y sacaba los billetes? 25 46| llora mucho, puede que me ablande y caiga en la tontería de 26 42| la peña de Torquemada se ablandó al fin, y la prórroga fue 27 13| ya tenía veintidós años, abogado, filósofo, economista, literato, 28 13| cumplido. ¡Farsa, comedia, abominación! ~En fin, D. Manuel había 29 34| el mes que entra no se le abone a usted más que la mitad 30 40| Y D. Francisco, que aborrecía los lenguarajos, gritaba: « 31 5 | holgaban en la vasta sala de abovedado techo; pero el retrato de 32 25| aquí para allí, estarás abrasada. Salte a la terraza». Las 33 28| Cuestión de algunos días... Abrázame, mujer, abrazarme todos...». ~ - 34 19| murmuró la afligida señora abrazando a su amiga, y apretándose 35 40| subiéndosele al regazo, y abrazándola y aplicándole su boca al 36 7 | polka o wals,2 y las otras, abrazándose en parejas, bailaban, volteaban 37 48| más que pedir noticias, abrazar casi llorando a los que 38 28| días... Abrázame, mujer, abrazarme todos...». ~ - No cantes 39 30| Consejo...! Le daría yo dos abrazos bien apretados... ¡A Canarias 40 48| exterioridades más o menos cargantes. Abreviando la sesión lo más posible, 41 31| menor cosa, rogándole que abreviase lo más posible sus ocupaciones 42 34| caso de que el cominero abriese el doble fondo. Pero no 43 18| penetrar enella. Rosalía logró abrirse camino por entre el elegante 44 5 | mis cosas arregladas me abruma la estrechez, la falta de 45 14| dice, las comisiones le absorben todo el tiempo... Dictamen 46 25| con espejuelos oscuros. Absteniéndose durante el verano de todo 47 27| negro, las sopas de ajo, y abstinencia de carne por las noches. 48 10| que aún no es más que una abstracción.) Muy bien... ¿Y el cuerpo? ~ ~ 49 44| llevó varias cosas. Tan abstraída estaba la dama, considerando 50 48| adversas. El pobre señor, abstraído de todo, se olvidó hasta 51 7 | la adoraba con pasión de abuela, o sea dos veces madre, 52 5 | clase, que iba en camino de abultar tanto como el de Simancas. 53 2 | proporcionar a usted en tanta abundancia esos rayos de luna que le 54 47| la Bringas le arregló la abundante cabellera en un periquete. ~« 55 14| enfermos o de aquellos que se aburrían de la repetición excesiva 56 37| verano la aguardaba, sola, aburrida, achicharrándose, sufriendo 57 38| conversaciones más o menos aburridas, defendiéndose del calor 58 13| el agua, sino sofocado y aburridísimo. Bien sabía él quién había 59 40| ocuparse en nada, se hubiera aburrido de lo lindo, si no tuviese 60 19| salvado ya tantas veces! ¡He abusado tanto! No puede ser. No 61 8 | por mí, el fregado no se acaba en toda la mañana... Hablando 62 15| que nuestro amigo Pez no acababa5 esta noche de contarme sus 63 2 | y palpitante, completa, acabada, con la forma del molde 64 45| como si alguien hubiera acabado de levantarse. ~Refugio 65 4 | escaleras que empiezan y no acaban; vestíbulos o plazoletas 66 19| La casta de bobos se va acabando a fuerza de recibir chascos». ~ 67 25| provincias en verano te acabará de reponer. ¡Oh!, lo que 68 30| que los pongan lejos, y se acabaron los sustos. Que conspiren 69 48| Barcelona... En fin, la de acabose». ~Esto ocurría el 19. Bringas 70 11| tragadero de D. Francisco acaeció en Abril. Tranquila descansaba 71 3 | ser dedos del céfiro que acaricia las flores sin ajarlas?... ¡ 72 36| flexibles manos del cominero acariciaban la parte por donde la tapa 73 27| flemática calma. Consolábase acariciando mentalmente sus principios, 74 35| querida - dijo Milagrosacariciándola - . En Bayona se compran 75 27| el sillón de doña Tula, acariciándome en sus calientes brazos, 76 50| buscaban casa, a lo que accedí de muy buen grado. Hablando 77 8 | el uniforme con todos los accesorios de espada, espuelas y demás. ¡ 78 13| recogido el borde de la levita, accionaba levemente con la derecha, 79 34| muy peligrosa, y convenía acelerar la definitiva exigiendo 80 27| las lentejas, menestras de acelgas y guisantes, aunque fueran 81 35| mejoría de nuestro amigo se acentuaba tanto, que Golfín desde 82 15| era tan feliz. Si al fin aceptaba Bringas, se iría solo a 83 39| alegraremos mucho de que aceptéis». ~El primer impulso de 84 49| nadie. Mostrémonos dignos, aceptemos el martirio...». ~Se le 85 16| árboles tiernos y saltando las acequias salidas de madre. Rosalía 86 45| soy pobre?» - le dijo con acerada reconvención. ~Si Rosalía 87 38| populares posesionados de las aceras, ellos en mangas de camisa, 88 19| Columnas, dejando sola con su acerba penaa mi señora la marquesa. 89 19| tomó la delantera con estas acerbas palabras: ~«¿Qué enredos 90 28| hice una pequeña indicación acerca del ascenso del niño, y 91 22| levantábase de su asiento, acercábase a la mesa, palpaba los muebles 92 20| convendría llamar al médico». ~Le acercaron al sofá, y en él se desplomó 93 10| soberbiamente con un gesto la acertada colocación de lo que describe.) 94 30| letras... ~ - Eso me parece acertadísimo. Y si la Señora quiere añadir 95 11| alelados ojos el papel sin acertar a salir del paso con una 96 48| tantos y tan varios, que no acertaré a reproducirlos. Hacía propósito 97 30| tan aturdido, que ni aun acertó con las fórmulas escurridizas 98 39| refresca. Observa cómo van achicando los días. Anoche ya la temperatura 99 24| cómo nos retorcemos y nos achicharramos y aun blasfemamos los condenados 100 37| aguardaba, sola, aburrida, achicharrándose, sufriendo al más impertinente 101 22| autoridad doméstica. No acobardado por su ceguera y sobreponiendo 102 36| santos obtuvieron buena acogida, y algún ángel inspiró al 103 18| ofrecerse a la voluntad humana. Acometerla sólo era como encaramarse 104 49| cada instante temían verse acometidos por las turbas. Pero con 105 43| compromisos del día 9 la acometió con furia. Pez, leyendo 106 36| pasado, una marquesa bastante acomodada, a quien no quise facilitar 107 16| dos caracteres en completo acomodo y compenetración dentro 108 35| a la casa. D. Francisco, acompañado de Paquito, iba a la consulta 109 24| alma. Cuando había otros acompañantes en Gasparini, o cuando se 110 20| y cuanto haga falta. Les acompañaré también toda la noche, si 111 24| animó mucho y se brindó a acompañarle por mañana, tarde y noche, 112 20| dicha de todos, Candidita acompañó a su atribulada amiga la 113 18| pleito, querida mía. ¿No me aconseja usted algo? Discurra por 114 18| ya ve usted mi situación; aconséjeme, indíqueme alguna salida. ~ 115 48| del porque sí, cuando un acontecimiento gravísimo vino a librarla 116 41| diciendo: «Dios me ayudará. Los acontecimientos me dirán lo que debo hacer». ~ 117 49| están ahí, y nadie se ha acordado de mandarles algo con que 118 41| había ofrecido...! Pero acordándose de lo arisca que con él 119 24| encerrarme en un convento y no acordarme más del mundo. Pero mis 120 37| faltaba? Al instante se acordó de Torres, y desde que tuvo 121 5 | salimos a la terraza para acortar camino, señaló con aire 122 36| Madriles; pero sus niñas le acosaban tanto para que las llevase 123 36| Biarritz sin que me vea acosado por las señoras de alta 124 24| y por la noche a casa... Acostarme tempranito, que es lo más 125 49| otros muchos vecinos no se acostaron o hicieron traer provisiones 126 5 | Créanlo, estoy nerviosa. Acostumbrada a ver mis cosas arregladas 127 24| perdido mucho a sus ojos, acostumbrados a ver el mundo como si todo 128 37| posición?... Se tendrá que acostumbrar a verme un poco más emancipada... 129 20| casi casi principio ya a acostumbrarme... Me alegraré mucho de 130 10| término, y si se tomara acta de ellos, ofrecerían un 131 16| producía efectos maravillosos. Activadas sus funciones vitales, recobraba 132 21| que es un lince... Sigilo, actividad, entendimiento, todo lo 133 22| ceguera y sobreponiendo su activo espíritu a la dolencia corporal, 134 40| y a ensayar y aprender actos de trabajosa energía. Subir 135 34| que durante el día había actuado en él por conducto directo 136 34| preparados para hacerlos actuar convenientemente en caso 137 19| que me ocurre, ¿por qué no acude usted a su hermana? ~ - 138 36| era como los toros, que acuden más al trapo que al hombre. ~ 139 20| la rodilla. Daba saltos y acudía con el peso de su pie a 140 44| pesar de esto, él hubiera acudido presurosísimo en auxilio 141 8 | habitantes en la ciudad, acudieron tempranito a coger puesto 142 39| no te remontes, ¿quién se acuerda ya de eso? El mundo olvida 143 28| pero esta gente que se acuesta con Dios y con Dios se levanta 144 28| tamañito. ~ - En fin, hija, acuestate, para que descanses de toda 145 26| Sabe usted?, desde que me acuesto, parece que se me pone una 146 23| pedigüeños!... Pero cuando se van acumulando las dificultades, cuando 147 30| de los astros con el oro acuñado... La infeliz no tenía ya 148 40| generalizada en Madrid y que acusa tanta grosería como ignorancia.) ~ 149 44| Su aspecto, horriblemente acusador, no podía ser visto por 150 41| como Dios manda. Antes de acusarlas, debemos decir: Toma lo 151 41| aquel día, concluyendo por acusarse de excesivamente melindrosa... 152 36| histórico... Entre otros adagios de inmoral filosofía, hay 153 28| viene?, todo roto y hecho un Adán. Mire usted qué rodillas... 154 12| producía. Su lenguaje habíase adaptado al estilo político creado 155 35| sus modos, perfectamente adaptados al ardoroso temple de la 156 3 | puso encima el cristal, adaptándolo y fijándolo de tal modo 157 32| posición, se humanizan y saben adaptarse a la realidad. Rosalía supo 158 16| sufría, lo que penaba para adecentarse era cosa increíble. ¡Sólo 159 17| saliera a la calle hecha un adefesio para ponerte en ridículo?... 160 44| salir a la calle hechos unos adefesios. Indudablemente no tengo 161 16| Emilia le exigió el pago adelantado... Pura terquedad. ¡De repente, 162 43| malita la pobre» - dijo adelantándose a su marido, que ya tenía 163 22| casa, sin que el enfermo adelantara gran cosa. No estaba mejor, 164 19| que le haga el favor de adelantarle otros cinco duros». ~Milagros 165 22| que sí... De ese modo no adelantas nada. Ten paciencia, que 166 20| evitar completamente la adherencia de sus botas al piso, acudió 167 20| la respetable señora se adherían tan fuertemente al piso, 168 6 | informalidades graves en la adjudicación, tuve ciertos dimes y diretes 169 2 | o tres Derechos, habíale adjudicado un empleíllo en Hacienda 170 6 | ciertos dimes y diretes con un administradorcillo de la Casa Real, de donde 171 50| para custodiar el coloso y administrar todo lo que había pertenecido 172 50| conocían ciertos pormenores administrativos que debían conservarse. 173 42| telas, y más aún tras de los admirables modelos colocados en los 174 41| marqués de Fúcar su único admirador. Otros muchos, y todos ricos, 175 45| ahogaba; la situación no admitía espera. Sin detenerse a 176 41| el otro. Si los saltaba, ¿adónde iría a caer?... Observando 177 27| doña Tula, que en verano adoptaba el mismo sistema de comidas, 178 10| Pues entonces no puede adoptarse la casaca. ~ ~ROSALÍA. - ( 179 20| Rosalía, vencida del sueño, se adormeció en un sillón frente al lecho 180 46| estampas de toreros que adornaban la pared. Veíalas confundidas 181 2 | llevado de este mundo, para adornar con ella su gloria, a la 182 17| vestido, y me recomienda que adorne los sombreros de los niños 183 16| usted... tres volantes y adorno de sedas delgadas. El volantito 184 9 | vestidos y gastase en galas y adornos, ella afectaba despreciar 185 44| quieran, el santo nace. No se adquiere este mérito con la voluntad, 186 10| regateaba, y concluía por adquirir diferentes cosas, cuyo importe 187 38| padecer mucho, el deseo de adquirirlo. ¡Oh! Del martirio de aquel 188 24| de explicar al marido la adquisición de ellas, cuando no tuviera 189 25| tiempo palomar, que ni hecha adrede sería mejor para aquel objeto. 190 48| catequizar a un empleado de Aduanas cuando se quiere pasar contrabando. 191 48| aquella pena, porque el aduanero se volvió como tonto y olvidó 192 24| le caía la baba con esta adulación, no hay para qué decirlo. 193 14| de Milagros, la rutina de adular a su marido inspirábale 194 2 | Me cree usted capaz de adulterar...? ~No... no, si no digo... 195 48| destempladas a los que las referían adversas. El pobre señor, abstraído 196 31| contingente de la vida, así en lo adverso como en lo venturoso. ¡Y 197 36| Bringas iba entrando en caja, advertía su mujer que se debilitaban 198 29| escribir estos renglones, advertíamos con sorpresa que en el rostro 199 32| trascurrieron sin que Bringas advirtiera mudanza sensible en su dolencia. 200 36| esperar a que su marido advirtiese la falta. Dábale una fuerte 201 1 | ilusiones de perspectiva aérea. Estaba encerrada en un 202 20| en la casa. Era un viejo afable, de la escuela antigua, 203 30| prodigiosa ciencia del más afamado curador de ojos que tenía 204 41| primero que tenía que hacer la afanada señora era detener el golpe 205 50| repugnante mosca, no tuvo que afanarse tanto como en ocasiones 206 28| Privarle del consuelo de tales afecciones habría sido una crueldad; 207 25| Los trabajos mecánicos que afectan al sistema muscular le sentarán 208 6 | sentía hacia ella respetuoso afecto y la oía siempre con sumisión, 209 48| causas de tal sibaritismo de afectos exteriores, hay que recurrir 210 19| saludó de la manera más afectuosa, quejándose luego de su 211 19| fuerte apretón de manos, y un afectuoso Hasta mañana. ~En la sala 212 37| mediana edad, canoso, la barba afeitada de cuatro días, moreno y 213 17| claro, en todas como recién afeitado, gomoso, pegajoso, con brillo 214 12| a San José. Si Pez no se afeitara el mentóny en vez de levita 215 43| su vista lo bastante para afeitarse solo. A su lado estaba Paquito 216 35| imagen de aquel sujeto, y se afianzaba más en los dominios de su 217 3 | aun plumas de pajaritos afiladas con saliva; y después de 218 25| los niños(Acentuando la afirmación con enfáticos ademanes.) 219 45| replicó la de Bringas afirmándose en la necesidad de ser amable - . 220 21| Cándida haciendo movimientos afirmativos, bastantes a dar seguridad 221 18| oyó medio sermón patético, aflautado, un guisote de lugares comunes 222 50| angular de la casa en tan aflictivas circunstancias. ~En términos 223 19| solución para mí - murmuró la afligida señora abrazando a su amiga, 224 1 | tal modo de expresión las afligidas letras contribuían al melancólico 225 44| fueran garfios... «Estaba afligidísimo, desolado, por no poder 226 26| hablarle de nuestro viaje te aflijas y digas que no podemos por 227 18| no tuve más remedio que aflojar... Por cierto que ayer la 228 26| las prolijas reglas que afluían sin cesar de aquel inagotable 229 20| y según se decía, poco afortunado. Enterándose de los antecedentes 230 38| que tenía de las ciudades africanas. Levantábase temprano y 231 19| como el desesperado que se agarra al clavo ardiendo. ~«Pero 232 20| cual, sintiéndola cerca, se agarró a ella con ansiedad convulsiva, 233 31| tocando en veneración. Agasajaba en su pensamiento la vanidosa 234 17| tenga deudas, es que sabe agenciarse y saca partido de su posición. 235 41| banquero, a Mompous, al agente de Bolsa D. Buenaventura 236 27| damas, eran otros tantos agentes letárgicosen mi cerebro. 237 24| intachable, porque Pez se agigantaba más cada día a sus ojos, 238 4 | abanicos del gas, que se agitaban temblando dentro de un ahumado 239 16| rostro algo encendido por la agitación del paseo y la vehemencia 240 8 | lo reproducía todo en su agitado sueño. Esto se agravaba 241 39| buenos... - exclamó Bringas agitando el sombrerode paja, como 242 40| hucha, dentro de la cual, al agitarla, sonaba una música deliciosa 243 22| dando un suspiro - , me agobia, me pesa como si fuera el 244 1 | hojitas tenues, desmayadas, agonizantes. Daban ganas de hacerle 245 43| despecho a medida que Pez agotaba todos los temas de conversación, 246 26| ceño la tomó, dignándose agraciar a la joven con una sonrisa 247 6 | los dos entorchados, me le agraciaron con el título de conde de 248 50| larga conferencia en que me agració con miradas un tanto flamígeras - , 249 19| ha de decir verdad, no le agradaban mucho las intimidades de 250 12| persona. Nadie como él sabía agradar a todos, y aun entre los 251 45| cinco mil reales, te lo agradeceré mucho... Se entiende, si 252 41| un trajecito, bien te lo agradecerían estos pobres huesos... Perdóname 253 21| más o menos. ~«No cómo agradecerle a usted... - dijo convehemencia 254 23| que Rosalía no sabía cómo agradecerlos. A menudo hablaban de trajes 255 18| aquella pobre gente qué agradecida...! Mi casa es la Beneficencia. 256 2 | españolitos precoces, estaba agradecidísima a la diligencia con que 257 26| muy higiénico. Ellos lo agradecieron mucho, y todo el santo día 258 6 | Quiso, pues, nivelar mi agradecimiento con el suyo, llevándome 259 31| preciosa», galantería que ella agradeció mucho. ~La debilidad del 260 8 | su agitado sueño. Esto se agravaba cuando por exceso en las 261 31| Ello es que Rosalía, con la agravación del mal de su marido se 262 36| compromisos este viaje - agregaba don Manuel finalmente - , 263 7 | atrevimiento algún novio agridulce, algún pollanco pretendiente, 264 1 | menudos órdenes de bien agrupadas líneas, formando peine y 265 17| quien se opone a que el aguador me suba dos cubas más de 266 30| soportar la vergüenza que me aguarda... De seguro que me van 267 39| se desesperaba Rosalía. ~Aguardó hasta la tarde, impaciente 268 44| aguijonazo de su idea candente y aguda. El cuerpo dormía y la idea 269 20| Bringas harto inquieto, con agudísimo dolor cefalálgico y en los 270 19| grito de Bringas, mas tan agudo y doloroso, que Rosalía 271 44| despertando a cada instante al aguijonazo de su idea candente y aguda. 272 40| contaré los papelillos de agujas vacíos, los guantes viejos, 273 4 | y la vivienda en calle, agujerando paredes y cerrando huecos. 274 39| y no entran nunca por el agujero de la llave. Lo extraordinario 275 8 | cristales, y como no faltaban agujeros, las que podían colocarse 276 2 | un tabardillo, y su cara ahilada apenas se veía dentro de 277 16| Estas bocanadas de incienso ahogaban a Rosalía, quiero decir, 278 23| los brazos al cuello y con ahogada voz le deletreó en el oído 279 10| era su cuchicheo rápido, ahogado, vehemente, a veces indicando 280 49| turbadísima, diciendo entre ahogados gemidos: ~«Ya... ya...».~ - ¿ 281 20| te lo decíamos - repitió, ahogándose en lágrimas y disimulando 282 47| pecho, apretándola hasta ahogarla. No tuvo fuerzas para decir 283 7 | atrás. Para ver no necesitan ahogarme... ni verterme la laca. 284 19| buscar, revolver medio mundo, ahondar en las entrañas oscurísimas 285 10| echando atrás sus manos, ahueca su propio vestido en aquella 286 39| vez la tormenta en aquel ahuecado cerebro, mientras el de 287 10| vueltas se unen atrás con ahuecador... (La dama, echando atrás 288 39| dándole un picor muy vivo y ahuecándosela considerablemente. Por fin 289 9 | peligrosas vanidades que pueden ahuecar el cerebro de una mujer. 290 47| ella, cogió el vestido y lo ahuecó, haciendo ademán de ponérselo... ~ - 291 45| lámpara colgante con el tubo ahumadísimo. Por la mal entornada puerta 292 4 | agitaban temblando dentro de un ahumado círculo y bajo un doselete 293 11| a un ladito, tiene una aigrette con pie negro colocada así, 294 22| cortar un vestido a la niña? Ainda mais, la que llevas ahora 295 43| más frío, con un cierto airecillo de persona superior a las 296 38| y una capota de las más airosas, nuevas y elegantes. A sus 297 31| goces sencillos, que si aisladamente parecían de poco valor, 298 45| finísimas, todas revueltas, ajadas en lo que cabe, tratándose 299 41| ellas le mantengan... y qué ajadito está...». «¡Este no tiene 300 40| huesos de albaricoque... ¡Ajajá! Venga otro papel. Veme 301 3 | acaricia las flores sin ajarlas?... ¡Qué diablo de hombre! 302 12| ropa tenía la virtud de no ajarse ni empolvarse nunca y le 303 | ajenas 304 | ajeno 305 | ajenos 306 24| diversas prendas que parecían ajustadas a su hermoso cuerpo por 307 47| déjese usted estar, que ya le ajustarán las cuentas. Dice un caballero 308 18| servirme la cena de mañana, la ajusto, nos convenimos; pero el 309 8 | boniiito, qué precioooso...! ¡Alabaaado Dios... qué dedos de ángel! 310 31| agradecido, que no cesaba de alabar a Dios por el bien que le 311 40| del Amor Hermoso, de María Alacoque y de Bernardette, pinturillas 312 1 | coronas de siemprevivas, aladas clepsidras, guadañas, palmas, 313 4 | puertas tabicadas, huecos con alambrera, tras los cuales no se ve 314 4 | huecos tapados con rotas alambreras soplaba el aire trayéndonos 315 17| descuajadas las famosas alamedas de castaños de Indias, quitada 316 27| Bringas hacía allí público alarde de su vestido mozambique 317 37| aseguró que no le era posible alargarlo. «A principios de Setiembre 318 28| suceder que la prisión se alargase más de lo regular. Vamos 319 32| valor...». Don Francisco le alargó la mano conmovidísimo, mientras 320 38| más calor, el melancólico alarido de los que pregonan horchatas 321 19| poco después se resolvió en alarma, recordando que el préstamo 322 8 | manifestaba de un modo más alarmante. Se ponía como lela y tardaba 323 20| acometida de pesadillas más alarmantes que las de ordinario, pues 324 49| hay mucha gente que quiere alarmar, y pinta las cosas con colores 325 20| conocían el cansancio. ~Al alba poco más o menos, Rosalía, 326 5 | la generala está lleno de albañiles... ¡Es un horror!... se 327 3 | piso segundo que sirven de albergue a los empleados de la Casa 328 7 | Cándida eran las que más alborotaban. Cuando por aquellas galerías 329 47| mejor... con esa melena alborotada... Pareces una Herodías 330 49| cuantos chiquillos que están alborotando en el portal; pero no hay 331 8 | uno de los días en que más alborotaron. Don Francisco, santificador 332 7 | Jueguen, enreden, griten y alboroten, que a mí no me incomodan» - 333 49| podido precaverse contra el alborozo expansivo de la capital, 334 22| tortillas de patatas, a las alcachofas rellenas, a la longaniza, 335 1 | hacerle oler algún fuerte alcaloide para que se despabilase 336 2 | Por entre el follaje se alcanza a ver el disco de la luna, 337 32| sin camisa». ~Bien se les alcanzaba a entrambos, marido y mujer, 338 8 | sus mujeres para que les alcanzasen algo, y todos repetían: «¡ 339 20| laca y la lamparilla de alcohol para calentarla, había caído 340 49| se supo en Madrid lo de Alcolea. Madrid se pronunciaba también. 341 36| las personas de más alta alcurnia, suponía, dando valor a 342 6 | familia, creo que de un alcurniado solar del Bierzo, y tienen 343 50| salir, y no faltó quien alegase méritos revolucionarios 344 40| destierro, una sola cosa alegraba el alma de la infeliz señora, 345 5 | V - ~Cuánto nos alegramos de aquel encuentro, no hay 346 20| ya a acostumbrarme... Me alegraré mucho de no tener que llamar 347 39| carta en conclusión - , nos alegraremos mucho de que aceptéis». ~ 348 25| diciéndose que tal vez se alegraría de no estar tan alegre. ~ 349 7 | parejas, bailaban, volteaban alegres, riendo, chillando y besándose. ~« 350 31| sentimiento del deber conyugal. Alegrías íntimas endulzaban su pena 351 21| Tomolo Rosalía con ansia y se alegró de poseer lo bastante para 352 47| dinero». ~Rosalía se sentó, y alegrósele el alma con estas palabras. 353 9 | años de 75 a 78; pero se alejaba ya bastante del meridiano 354 1 | consistía en el progresivo alejamiento de otros sauces de menos 355 10| Y cuando los tenderos se alejaron un poco en dirección a otro 356 11| recibirla, y miraba con alelados ojos el papel sin acertar 357 27| catecismo es como los pliegos de aleluyas... Yo estaba volada oyéndola. 358 35| Agosto a dar una vuelta por Alemania. «Pero ya no necesita usted 359 23| de Valenciennes, punto de Alenzon y guipure. ¿Para qué quiero 360 21| remediar. Tengo el oído siempre alerta, y hasta cuando me duermo 361 20| bueno de Thiers reposaba, aletargado ya; y lo mismo fue caer 362 40| palabras más tenues que el aleteo de una mosca: ~Dice papá 363 10| aunque sea clavándolos con alfileres, los he de sujetar para 364 37| llevaran por equipaje unas alforjas con ración de tocino y bacalao, 365 19| Mi buen maridito es una alhaja... pero no me corresponde 366 48| Asís también estaban muy alicaídos, si bien la primera tenía 367 46| que en su pecho tenía se aligeraba. Refugio la oyó con calma, 368 48| pacífico y venal para el alijo de sus trapos. Poco a poco 369 48| propósito de no volver a pescar alimañas de tan poca sustancia, y 370 39| espontaneidad Rosalía, que había alimentado su ilusión leyendo la Guía 371 35| XXXV - ~Se sintió aliviada... libre de aquel espantoso 372 8 | el delirar, y ¡sentía un alivio...! Su mamá había saltado 373 21| de los candelabros para allegar la cantidad que necesitaba, 374 6 | los restos del caudal que allegó su marido, y no había día 375 45| en el entresuelo un gran almacén de paños de Béjar, con placa 376 23| gusto para nada, y las iba almacenando en el Camón. Alguna vez, 377 1 | ciudad con góticas torres y almenas; y arriba, en el espacio 378 23| escribía a su administrador de Almendralejo para que le anticipasela 379 40| machacar carne, la mano del almirez, líos de trapo, escobas 380 31| guardarlas debajo de su almohada, porque todos los entusiasmos 381 44| de costumbre, y mientras almorzaba, todo aquel regocijo con 382 22| cosa: ayer pusiste para almorzar merluza frita. ~ - Es que 383 43| cansados de esperar a Rosalía, almorzaron. La señora llegó a eso de 384 50| pidiendo con ellas, o bien alojamiento perpetuo, o bien prórroga 385 26| penachos, amazonas, toques, alones, colibrises, esprís, y cuanto 386 35| ligeroy elegante traje de alpaca de color, parecía un pollo. 387 26| habérsete ocurrido traerles unas alpargatitas, que para este tiempo son 388 41| pondría!... Sería cosa de alquilar balcones para oírle. ¡Desde 389 21| levantado, ondulado, gran trenza alrededor de la cabeza y largos bucles 390 46| manos vacías... ~El sentido altamente protector de esta frase 391 37| paz, después de aquella alteración pasajera, habría vuelto 392 25| tendrá usted sino ligeras alteraciones en la visión, y podrá salir 393 48| vuelto a sus antiguas mañas, alterando y coloreando de un modo 394 43| no tenía gran empeño en alterar esta regla. En la mañana 395 12| del que se ha propuesto no alterarse por nada ni tomar las cosas 396 1 | claros, dando de sí, con esta alterna y bien distribuida masa, 397 45| reloj de bronce muy elegante alternaba indignamente con dos perros 398 3 | morada. Esta ciudad, donde alternan pacíficamente aristocracia, 399 11| bien a sus hijos para que alternaran dignamente con los niños 400 36| Francia mil regalitos de altísima novedad. «Supongo que allí 401 42| la trataba ya con tanta altivez, aunque cuidando siempre 402 11| con admirable poder de alucinación, el conjunto y las partes 403 28| Por fin, la habitación se alumbraba sólo con el resplandor que 404 43| horizontes de salvación que alumbraban con débil luz las tinieblas 405 4 | siempre, seguíamos tan pronto alumbrados por el sol como por el gas, 406 22| mucho, porque cuando se alzaba un poquito la venda, contraviniendo 407 28| en Gasparini con la venda alzada, gesticulando, tan nervioso 408 36| peligro mientras no fuese alzado el doble fondo... Rosalía 409 29| expresar con elocuente mohín y alzamiento de hombros la sordidez de 410 35| la luz, Golfín, siempre amabilísimo con el recomendado de Su 411 24| despidió sin repetir con amaneramiento compungido sus ahogos y 412 35| al protector antes que al amante; quiero decir que si Pez 413 29| trigos, permitiéndose coger amapolas, que se deshojaban en seguida. 414 27| El tal no podía ver sin amarga tristeza la situación a 415 7 | nueva serie de disgustos amargaba la existencia de doña Tula. 416 3 | Primado de las Españas. Amargaban su contento las voces que 417 45| entrara un licor asqueroso y amargo y corriese por sus venas 418 41| sus labios gustaban hiel amarguísima. La idea del compromiso 419 45| inflexible de su necesidad la amarraba allí, y no viendo a su compromiso 420 22| ventanita, como dices, te amarraré las manos. ~ - Es que esta 421 29| del cielo, por lo que más amase su amiga, le rogaba que...! ~ 422 26| marabús, egretas, penachos, amazonas, toques, alones, colibrises, 423 7 | vez pitillo en boquilla de ámbar... ¡ay Dios mío!, ¿quién 424 38| sombra, como los vendedores ambulantes, cansados de pregonar zapatillas 425 12| conversación insustancial y amena, capaz de hacer sobre cualquier 426 38| ojos en toda la noche, y amenazaba a los transgresores con 427 20| aquel día, quedespuntaba amenazador... Recobrose la infeliz 428 34| eran ásperas, desapacibles, amenazadoras. Paquito estaba tendido 429 44| que corrían por Madrid, amenazando a la Reina y asegurando 430 8 | Bringas. ¡Demontre de señora! Amenazó con poner en la calle a 431 23| Paulatinamente su contento amenguaba, y hacia el 20 podríais 432 30| desahuciados había dado vista. En Américas del Sur y del Norte había 433 20| ese trabajo de los pelos, amiguito, delo usted por terminado». ~ 434 43| papá echaba una reprimenda amistosa por varios motivos; era 435 49| bien su entendimiento se amoldaba a las ideas de su padre, 436 12| para la hora de comer. Las amonestaciones más cariñosas eran siempre 437 22| solícita esposa como en amonestarle para que no se levantase 438 10| enseñaba un surtido de ellas, amontonándolas sobre el mostrador como 439 46| resuello fatigoso, oía y se amordazaba y contenía sus ganas furibundas 440 43| ingratitud en tono de queja amorosa. Rosalía vislumbró horizontes 441 41| miradas que debían de ser amorosas. Otros eran de intachables 442 36| herido de punta de despecho amoroso, que la honesta señora no 443 38| en su penumbra los grupos amorosos y las tertulias pasaban 444 49| digan - exclamó Bringas amostazado - . Eso no cuela, eso es 445 19| o lo que es lo mismo, se amparaba a lo absurdo como el desesperado 446 26| pelo de cabra... Quizás Amparito se lo había mandado de Burdeos. ¡ 447 5 | número. Era una hermosa y amplia vivienda, de pocos pero 448 12| las propias fuentes de la amplificación, no acertaba a expresar 449 26| jugando en los corredores con amplios ropones de dril, o bien 450 24| aquellos cuellos como el ampo de la nieve, altos, tiesos; 451 32| mejor y alababa a Golfín ampulosamente. Pasados diez o doce días 452 31| por ciento al mes? ¿Usted añade al pagaré los seiscientos 453 2 | hacen falta... Con este añadido (Sacando uno largo y copioso.) 454 2 | Hija, tráeme uno de tus añadidos. ~D. Francisco tomó, no 455 17| expansiones de la mañana, añadiéndoles conceptillos que no se atrevían 456 36| XXXVI - ~El análisis de la virtud de la Pipaón 457 41| lo habían sido en otros análogos. Ocioso es decir, pues ciertas 458 48| Una cursi!El espantoso anatema se fijó en su mente, donde 459 4 | ya, ya - dijo una anciana que estaba sentada junto 460 20| habitación. Cuando el bondadoso anciano se retiró, Bringas y su 461 49| las habitaciones reales, y andaban por allí hechos unos bobos, 462 36| antójasele volver a las andadas y sacar el funesto cajoncillo, 463 4 | doy un paso más... Hemos andado más de media legua y no 464 38| Iris, la Esmeralda y el Andaluz, de fijo no tendrían ganas 465 26| las pisadas conozco que andan correteando con el calzado 466 27| tutela sabia del Estado. Así andaría todo bien. El país no pensaba, 467 36| sea muy pronto. ~Con estas andróminas, Rosalía estaba, fácil es 468 14| hígado de bacalao, y de fijo anduvieron por allí los dedos de Leopoldito. ~»( 469 4 | solitarias. Por ciertos lugares anduvimos que parecían barrios abandonados, 470 42| humanidad redimida de sus añejos dolores, fue todo uno. Siguió 471 1 | antorchas, urnas, murciélagos, ánforas, búhos, coronas de siemprevivas, 472 30| sueños con aquella su sonrisa angélica y aquel aire distinguidísimo... ~« 473 1 | interpretación de la zapatería angelical. Por la cabeza le corría 474 43| debilidades...; en fin, que el angelito estaba algo tocado del virus... « 475 1 | centro del mausoleo, un angelón de buen tallo y mejores 476 1 | valores. En el modelado del angelote había tintas tan delicadas, 477 49| No hay miedo; son unos angelotes. ¿Robar? Ni una hebra. ¿ 478 36| perro, María su gatita de Angora y Gustavo una jaula de pájaros 479 1 | clepsidras, guadañas, palmas, anguilas enroscadas y otros emblemas 480 50| conciencia de su papel de piedra angular de la casa en tan aflictivas 481 50| tiempo para oír a los vecinos angustiados de la ciudad. A algunos, 482 36| aquellos últimos días, y qué angustias pasaba para preparar su 483 29| hipocresía. Pero para sí anhelaba ardientemente algo más que 484 48| Gólgota!...». ~Y fue y subió anhelante, porque ya habían dado las 485 37| Rosalía aguardaba también con anhelosa curiosidad... ¡Ocho mil 486 38| y mis queridos Bringas, anhelosos de sociedad, no se desdeñaban 487 26| tanto como las palomas que anidan en los huecos de la arquitectura 488 30| cadalso. Con estas cosas se animaba mucho el enfermo; pero ¡ 489 8 | las figuras del techo se animaban, sacando fuera sus manazas 490 22| XXII - ~Animábase mucho, porque cuando se 491 41| formaba un grupo bastante animado, al que concurrían algunos 492 20| Bringas y su mujer estaban más animados. ~«Nada, hijos míos, no 493 9 | de serpiente ni de otro animal ruin, y adiós mi modestia. 494 39| Nada, viven como los animales... Es una indecencia que 495 28| expulsar a nadie, y él, animándose, pidió perdón de su apego 496 36| delante del altar de las Ánimas y comadreando en las sacristías 497 24| noticia en los baños, y le animó mucho y se brindó a acompañarle 498 10| divina...! ~ ~ROSALÍA. - (Con ansioso interés.) ¿Cómo es? ~ ~MILAGROS. - 499 49| impresiones. Bajaban algunos, ansiosos de saber si ocurrían novedades; 500 18| acuerdo perfectamente... Anteayer me los eché en el portamonedas


19-antea | antec-beso | besti-comed | comen-decid | decir-dulce | dulci-exorb | exord-holga | holgu-leona | leonc-nacer | naci-permi | perpe-quema | quemo-saban | sabed-terne | terno-xviii | xx-zurri

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