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Benito Pérez Galdós La de Bringas IntraText - Concordancias (Hapax Legomena) |
Capítulo
3511 4 | donde podría correr con holgura quien no padeciera vértigos. 3512 16| entredós, bordado, formando hombrera a lo jockey... Cinturón 3513 49| muchedumbre, y otro se quitaba las hombreras del uniforme. Después de 3514 46| de mirarme por encima del hombro, y de hacer mil enredos 3515 23| que a ratos revelara con hondos suspiros una aprensión muy 3516 36| despecho amoroso, que la honesta señora no pudo menos de 3517 7 | bastoncito, corbata de color, hongo claro, y tal vez pitillo 3518 17| supiera honrar a su marido honrándose a sí propia; que supiera 3519 17| finísimos modales, y que supiera honrar a su marido honrándose a 3520 17| presentaba con la cuerda y la hopa. ~ 3521 38| guitarreo y algún refresco de horchata de cepas. Doña Cándida trinaba 3522 38| alarido de los que pregonan horchatas y limonadas, el paso tardo 3523 43| amorosa. Rosalía vislumbró horizontes de salvación que alumbraban 3524 30| tampoco en esto. ¡Vaya una hormiga! Por batir unas cataratas 3525 24| un poco y salir de este horno». ~En esto del viajecito 3526 8 | empezó a ver y sentir entre horribles disparates todos los incidentes, 3527 27| muerte de su marido. Estoy horripilada... ~ - ¡Ah!, yo también... 3528 27| Ah!, yo también... horripiladísimo. ~ 3529 8 | Federiquito Cimarra, el de Horro y otros no menos guapos 3530 43| triunfa esa canalla. Los horrores de la Revolución francesa 3531 29| recibir la luz en los ojos me horroriza. ~Pasose la mañana en gran 3532 34| directo de los sentidos. En su horrorosa pesadilla, Isabel vio entrar 3533 19| haya nada... Me pasan cosas horrorosas... No me pregunte usted. 3534 3 | si habría o no trastornos horrorosos, y el temor de que la llamada 3535 39| señores de Bringas serían hospedados a lo grande y tratados a 3536 32| importa acabar mis días en un hospital; pero estos pobres niños... 3537 37| de la... carne para los Hospitales. Pensáralo bien la... señora, 3538 42| dedos, como se ofrece la hostia a la adoración de los fieles, 3539 48| el médico?... Ya ves, si hubieras tomado los baños de los 3540 47| estos tales, me pongo yo muy hueca, porque no debo a nadie, 3541 36| soberanía doméstica. ~«Me huele a guisote de azúcar. ¿Qué 3542 38| Oriente, sobre la cornisa, la huelga duraba toda la noche con 3543 36| Francisco metía la uña en el huequecillo de la madera, hubo en su 3544 8 | una sortija para practicar huequecillos allí donde no los había. ¡ 3545 6 | unos nueve o diez años, huérfana de un hermano de García 3546 26| mandado traer acá toda la huerta de Valencia? Pues si las 3547 37| los porteros y patronas de huéspedes! Tener que decir: «no hemos 3548 17| presentó Torres con sus ojos de huevos duros impregnadosde una 3549 43| superior a las miserias humanas, continuaba hablando de 3550 32| de humilde posición, se humanizan y saben adaptarse a la realidad. 3551 4 | cocinas con sus pucheros humeantes y los vasares orlados de 3552 32| plata, después otro pincel humedecido en una solución de sal común. 3553 19| vio los ojos de su amiga humedecidos por las lágrimas, y quiso 3554 13| mezclada de un fresquecillo húmedo; cuando la luz solar se 3555 8 | de aquel pomposo acto de humildad regia que cada cual interpretará 3556 18| alguna salida. ~Rosalía, con humildes razones, se declaró incapaz 3557 23| en la mesa...'. ¡Cuánta humillación, cuánto padecer, y qué lucha, 3558 8 | favorecía, más era para humillar que para engreír. Si todos 3559 46| esta bribona, es que yo me humille más, que yo le ruegue y 3560 46| protector de esta frase humilló a Rosalía más de lo que 3561 19| rato, menos vivaracho y humorístico de lo que solía. Milagros 3562 24| buena ropa, ponérsela a hurtadillas e inventar mil mentiras 3563 32| que Isabelita, que andaba husmeando por allí, no se enterase 3564 1 | I -~Era aquello... ¿cómo lo 3565 36| dicho su Última palabraen La Iberia de aquellos días, y el Gobierno 3566 30| gobernar. Luego dicen que Ibrahim Clarete está ido; lo que 3567 10| la falda; ¡pero qué bien ideado! ¡Es de lo sublime!... Vea 3568 10| sujetar para que el exótico idioma de los trapos no pierda 3569 27| país no obraba, el país era idiota. Era preciso, pues, que 3570 7 | hijos de aquella señora eran idiotas, raquíticos y feos como 3571 9 | tímida en presencia de su ídolo, que era también su maestro. ~ 3572 44| de aquel honrado hogar... Ignominia grande era venderse, pero 3573 42| fue al punto rechazada por ignominiosa. No, antes de humillarse 3574 40| acusa tanta grosería como ignorancia.) ~Isabelita tenía gustos 3575 32| el primero que lo ha de ignorar es Bringas... En el seno 3576 5 | interiores dormían los hijos. ~Ignoro si partió de la fértil fantasía 3577 34| papel que ningún otro se le iguala. Me parece que no le engaño». 3578 27| áureo bigote, que por la igualdad de los pelos parecía artificial, 3579 9 | y algo descortés con los iguales e inferiores, se volvía 3580 3 | III - ~«Goma laca: dos reales 3581 19| rato, a ver si el Señor me ilumina... Adiós, adiós... Volveré 3582 41| El farol más próximo les iluminaba lo bastante para reconocerles; 3583 27| tela de los trasparentes, iluminando con tropical coloración 3584 24| el rostro de la Tellería iluminose con un chispazo de alegría. ~« 3585 50| insigne señora se dejaba ilusionar por lo desconocido. ~Quise 3586 37| diferencia entre estas dos sumas ilusorias, y por fin el economista 3587 3 | en el jardín de un libro ilustrado sobre elLenguaje de las 3588 27| observaciones que sin duda habían de ilustrar el asunto. Poco después, 3589 42| manera. Es de todo punto im...posible». ~Y viendo que 3590 22| metálicos, movibles, fugaces, imágenes de los malditos y nunca 3591 48| lo desconocido atrae las imaginaciones exaltadas, y seduce a los 3592 8 | valor tenían lo espiritual e imaginativo, no comprendían estas razones 3593 34| resueltamente reponiendo el dinero. Imaginó, pues, colocar en la caja 3594 15| a otras con fisonomía de imbecilidad. ~Al verse cogidain fraganti, 3595 37| arbitrio de los papeles que imitaban con grosero arte los billetes, 3596 1 | blanco. Los tales puntos, imitando el estilo de la talla dulce, 3597 3 | jamás unidos, de modo que imitasen el punteado de la talla 3598 29| convenía volver al reposo, no impacientarse, resguardar absolutamente 3599 34| porque mis chicas están muy impacientes». Después el Sr. de Pez 3600 34| Entonces Rosalía, como para impedirle la molestia de ir a la mesa, 3601 4 | la simetría. Pero nuestra impericia no se daba por vencida, 3602 8 | calidad de invitadas, eran tan impertinentes que querían para si todos 3603 25| entrometida, la curiosidad implacable, policiaca, ratonil. Seguramente, 3604 8 | maestra tenía orden de no imponerle ningún castigo ni exigir 3605 16| contacto con altas personas le imponían deberes ineludibles; creía 3606 21| importunarla con cosas que no le importaban... «¿Y el médico qué dice?». 3607 4 | coloso. Es fama que no les importan nada las revoluciones; ni 3608 3 | imprevistos... vendrá a importar todo unos veintiocho a treinta 3609 25| se tratara de mí sola, me importaría poco. Pero es por él, por 3610 48| tomarla muy a pechos y por no importársele mucho que el ratoncito Pérez 3611 10| adquirir diferentes cosas, cuyo importe cargábanle en su cuenta. 3612 30| sino cuando alguna visita importuna lo obligaba a ello, cuando 3613 45| y yo no tengo genio para importunar... Así, cuanto más pronto 3614 21| pues no era ocasión de importunarla con cosas que no le importaban... «¿ 3615 15| la presencia de testigos importunos. Era preciso ocultar esto 3616 16| podría recoger sus palabras, impregnadas de un cierto desconsuelo 3617 17| sus ojos de huevos duros impregnadosde una dulzura atónita. Era 3618 49| noticias y a comunicarse sus impresiones. Bajaban algunos, ansiosos 3619 37| unos seis duros para algo imprevisto que ocurriese. Todo quedaría 3620 3 | cristal convexo, colgadero e imprevistos... vendrá a importar todo 3621 34| manos para que pudieran imprimir sobre el papel algo de aquella 3622 18| mucho parné guardado, dinero improductivo, onza sobre onza, aestilo 3623 35| pelo de cabra. Es tela muy impropia de estos calores. Como allá 3624 36| razonables, parecíanle ya vanas e impropias de una persona seria. Los 3625 5 | quiere ser vista en lugares impropios de su jerarquía. Sus primeras 3626 37| que por un mes, con fecha improrrogable,13 y dando cuatro mil reales 3627 24| Milagros en el calor de la improvisación, lastimó bastante a Rosalía. ~ - 3628 37| que Rosalía dio de aquel improvisado lujo no le satisfacían completamente; 3629 4 | Grande, que se nos pareció de improviso saliendo de una de las más 3630 40| instinto de desarrollo le impulsaba incesantemente a los ejercicios 3631 36| necesidad de esta devolución se impuso de tal modo a su espíritu, 3632 13| tiempos; pero ya no. Et in Arcadia ego. Era un paria, 3633 36| vanidoso, aquel temperamento inaccesible a toda pasión que no fuera 3634 21| todo cerebro enfermo pide inacción; que le convenía entregar 3635 48| todo y por la menor causa, inapetencia, principalmente una manera 3636 16| que padecía de rebeldes inapetencias.Moreno Rubio le había prescrito 3637 29| el pueblo elegido para la inauguración matrimonial era horriblemente 3638 5 | devolvió la ceremoniosa visita inaugural de su residencia en la población 3639 48| invierno, en los cuales pensaba inaugurar una campaña social tan entretenida 3640 30| dieta, quietud, atropina. ~Inaugurose con esto una vida tristísima 3641 40| aplicación, rayaban en lo incalculable. Pero el montón más querido 3642 25| desinteresada ayuda si por las incalificables sordideces de Bringas se 3643 18| es poco. Es propiamente incalumniable... He tenido que pagarle 3644 14| ha sacado, y quién es el incauto que se los dio... Estaba 3645 19| siempre, apuritos. Ya no hay incautos que fíen a esa gente el 3646 28| fuerte como el llamear de un incendio. Rosalía quiso encender 3647 43| conspiraciones, sin tocar, ni por incidencia, el que ella estimaba más 3648 31| por inducción todas las incidencias del gobierno de una casa 3649 8 | horribles disparates todos los incidentes, personas y cosas de aquel 3650 16| usara... Estas bocanadas de incienso ahogaban a Rosalía, quiero 3651 20| tafetán negro. Como todo ciego incipiente, Bringas afectaba no necesitar 3652 38| acostumbrado viaje a París, la incitaba a comprar algo, y ella caía 3653 23| con el dedo en la boca, incitándola a reprimir toda manifestación 3654 23| tan apenada como ella, la incitó a que explicara el motivo 3655 40| Isabelita tenía gustos o inclinaciones muy distintas de las de 3656 39| siguiente, se mostraría inclinado a aceptar la invitación 3657 1 | enormes, todos respetuosamente inclinados en señal de tristeza... 3658 30| que en aquella situación inclinó con ardor su espíritu hacia 3659 43| que se había encaramado. Inclinose más hacia ella y le habló 3660 28| Qué cree usted?, me incocoraba tanto oír a Serafinita el 3661 7 | alboroten, que a mí no me incomodan» - les decía Bringas festivamente 3662 38| añadió dando un suspiro e incomodándose levemente - , que si no 3663 36| A punto estuvo Thiers de incomodarse, pues la benevolencia de 3664 30| amistad y mi honradez no sean incompatibles». ~ 3665 24| Francisco tenía era un punto inconcuso, superior a todas las dudas. 3666 11| nada. Las distracciones e incongruencias de la de Tellería podían 3667 24| por esta acción un tanto incorrecta y temeraria, porque la cantidad 3668 37| una de aquellas acciones incorrectas y clandestinas le acariciaba 3669 19| de Rosalía se pintaba una incredulidad indiferente, que poco después 3670 17| modelado ya con aquellos increíbles puntos de pelo. El sauce 3671 25| vehemente, y llegó a indignarse, increpando duramente a su amigo por 3672 25| elegantes. Tenía una consola con incrustaciones que perteneció al mismísimo 3673 2 | Rosalía Bringas se había incrustrado la idea de que la credencial 3674 29| matrimonial era horriblemente inculto, antipático y contrario 3675 39| como los animales... Es una indecencia que nos inviten a vivir 3676 47| que le hacía mil muecas indecentes, tornose humano y aun agradable. ~« 3677 14| de periódicos... en fin, indecentísimo, y cada cosa por su lado, 3678 50| lentitud, la vista perturbada, indecisa el habla. Serena y un tanto 3679 10| vehemente, a veces indicando indecisión y sobresalto, a veces el 3680 49| del Patrimonio Real. Y tan indecorosa hallaba la idea de la defección, 3681 4 | pintados ni inscripciones indecorosas. No pocas puertas de las 3682 27| inflexible, y su conciencia le indemnizaba de las infamias que veía 3683 39| propio fantasma del generoso indiano se les ponía delante. Expresándose 3684 17| alamedas de castaños de Indias, quitada la verja y puestos 3685 4 | piramidales forradas de plomo nos indicaban las grandes techumbres en 3686 10| ahogado, vehemente, a veces indicando indecisión y sobresalto, 3687 45| Refugio a la señora de Bringas indicándole la puerta del gabinete - . 3688 37| formando con los dedos índice y pulgar una especie de 3689 35| del concienzudo médico, indicio cierto de que el mal estaba 3690 43| con que se abanicaba, eran indicios de su contrariedad. Y Pez, 3691 3 | de tomarnos la filiación, indiconos el camino que habíamos de 3692 43| continuaba hablando de cosas indiferentes con admirable seso, sin 3693 14| dedos de Leopoldito. ~»(Indignada otra vez.) Pero el marqués... ¡ 3694 45| bronce muy elegante alternaba indignamente con dos perros de porcelana 3695 14| en caso de naufragio. ~»(Indignándose.) ¡Ah!, ese badulaque, ese 3696 18| mi situación; aconséjeme, indíqueme alguna salida. ~Rosalía, 3697 14| ver, porque le suelto cada indirecta... Es que me da asco, y 3698 16| panegíricos de ella, que la indiscreción se sobrepuso a la prudencia. 3699 34| en el Camón para evitar indiscreciones, y allí arrugaba el papel, 3700 4 | estas reinas indiscutidas e indiscutibles. ~Andando. Pez había adquirido 3701 4 | dominio de estas reinas indiscutidas e indiscutibles. ~Andando. 3702 12| Trono, entre las reformas indispensables y la persona de Su Majestad.~ 3703 1 | de pormenores, copiando indoctamente a la Naturaleza; y para 3704 28| XXVIII - ~Vagaban indolentes por la terraza, como si 3705 31| bata se podían estudiar por inducción todas las incidencias del 3706 50| económico - bringuístico, y no inducía a pensar en grandezas. Pero 3707 35| Rosalía sus quejidos, síntoma indudable de la pesadilla, y saltó 3708 44| calle hechos unos adefesios. Indudablemente no tengo yo esta despreocupación, 3709 25| gusto si no le inspirara indulgencia la consideración de que 3710 41| considerando esto, debemos ser indulgentes con las personas que no 3711 23| concerniente al orden de la indumentaria elegante. Los regalitos 3712 34| doble fondo, discurrió la industriosa señora un arbitrio que, 3713 12| más cariñosas eran siempre ineficaces para apartar a Bringas de 3714 44| no tuviera un vencimiento ineludible...». «Pero más adelante...». ~ 3715 16| personas le imponían deberes ineludibles; creía que ella y los niños 3716 49| temía cualquier catástrofe inesperada, y a la media hora subió 3717 37| cual sería grande, fuerte e inevitable, desde que Bringas registrase 3718 50| moral, y debieron de cogerla inexperta y como novicia. ~Francamente, 3719 2 | nerviosos, que llevaban inexplicables sensaciones de ahogo a la 3720 47| circunspección y llegarse a la infame y decirle: ~«Para que aprendas 3721 27| conciencia le indemnizaba de las infamias que veía por doquier... 3722 40| espasmódicos que marchitaban su infancia. Fueran o no buenos los 3723 11| fue el casamiento de la Infanta Isabel, y estaba la Pipaón 3724 30| conspiren ahora. ¿Y también al infante me le dan aire...? Voy a 3725 25| contratista del panteón de Infantes del Escorial me ha ofrecido 3726 13| balaustrada. Era el coche de las infantitas, que iban de paseo, o el 3727 17| le habían robado algo o inferido alguna descomunal ofensa. 3728 42| le decía Sobrino con infernal amabilidad. Pero ella, poniendo 3729 24| blasfemamos los condenados en este infierno de Madrid... ¡Las cosas 3730 30| Canarias? ¡A los quintos infiernos! - exclamó la Pipaón con 3731 41| y otro delante, y a las infinitas metamorfosis del vestido 3732 25| un mismo vestido hasta lo infinito... Por cierto que ella no 3733 16| tienen en el pecho) se le inflaba extraordinariamente y apenas 3734 41| sospechara nunca que esta inflexibilidad, alta y firme como una torre, 3735 16| pura. ~Rosalía y D. Manuel, influidos favorablemente por la gala 3736 6 | Riofrío; y como ocurrieran informalidades graves en la adjudicación, 3737 40| hasta que Isabelita iba a informarse, de parte de su papá, del 3738 41| encerrada en un doble círculo infranqueable. Pobretería era el uno, 3739 31| declaró Rosalía con ínfulas de prestamista». ~Los que 3740 30| vio, y con su ruda bondad infundiole ánimos y la esperanza que 3741 44| Sobrino las compras, para no infundir sospechas al ratoncito Pérez, 3742 15| te creas...». ~Con estas ingeniosidades, aquel buen cristiano se 3743 25| alguna frase de sentido ingenioso y un poco doble. Rosalía 3744 23| Bringas, azuzado por su ingénita suspicacia, añadió: ~ - 3745 35| recto y pudoroso, así lo ingénito como lo educado por Bringas 3746 7 | lenguaje social,y por otro el ingenuo balbucir de las sociedades 3747 12| conservada, como ciertas caras inglesas curtidas por el aire libre 3748 40| Museo a donde vienen los ingleses, que son estos pitos del 3749 3 | algún extranjerazo, algún inglesote rico de esos que suelen 3750 43| hacia ella y le habló de ingratitud en tono de queja amorosa. 3751 25| de los muchos que estaban inhabitados y vacíos en el piso tercero. 3752 39| que de ella partiese la iniciativa de conciliación. Era como 3753 39| ira? Porque esto es una injuria». ~D. Francisco estaba tan 3754 36| años, sino uno solo. ¡Qué injusticia!... Yo le digo a Sudre que 3755 37| todo el día 31 y parte del inmediato, hasta que Torres le dio 3756 35| perdió en los aposentos inmediatos. Bringas, después de toser 3757 31| anunciar con suspiros y ayes la inminencia de su catástrofe, cuando 3758 36| Entre otros adagios de inmoral filosofía, hay aquel de 3759 45| Creía encontrar una entrada inmunda y vecindad malísima, y era 3760 3 | lo microscópico. Era un innovador. Ningún capilífice había 3761 9 | cuya dulzura le quitó la inocencia, y por culpa de ellos un 3762 35| la consulta, presentose inopinadamente Pez. Vestido de verano, 3763 50| revolucionarios para ser inquilino de la Nación, como antes 3764 13| endemoniado, su fiscalización inquisitorial ni menos sus ásperas censuras 3765 19| Clavados en su mente, como un Inri, tenía la imagen de Torres 3766 48| atormentada por aquella inscripción horrible que le quemaba 3767 4 | faltaban muñecos pintados ni inscripciones indecorosas. No pocas puertas 3768 34| enredaba como de costumbre, insensible al calor, mas con los calzones 3769 6 | caballerizo de S. M. Esta era la inseparable amiguita de la niña de Bringas, 3770 17| cruz por no comprar las insignias; quien no quiere ser gobernador 3771 11| dónde, cómo? Hizo discretas insinuaciones a Milagros, pero la marquesa 3772 10| su amiga de un modo tan insinuante que los dependientes y el 3773 24| Después que volvió a insinuar su pretensión, no obteniendo 3774 29| hablando con él después, le insinuó la idea de consultar a un 3775 22| al maestro de baile, si insiste en subir más cubas, que 3776 30| replicó Milagros, con una insistencia que ejercía cierta fascinación 3777 41| habíanle manifestado con insistente galantería que estaban dispuestos 3778 20| el breve estupor que tan insólitos ruidos le produjeron, Rosalía 3779 36| como una hormiguilla de inspeccionar todo y de disponer y enterarse 3780 14| rutina de adular a su marido inspirábale conceptos algo contrarios 3781 39| aventuró a hacerse una pregunta inspirada en el sentido recto de las 3782 31| el bien que le concedía, inspirando a su compañera aquel admirable 3783 9 | y la simpatía que sabía inspirar a cuantos no la trataban 3784 25| quizás con gusto si no le inspirara indulgencia la consideración 3785 29| el muñeco había llegado a inspirarle... Deseaba que el tal viviese 3786 44| los tenderos al aire libre instalados enla esquina de la Casa 3787 22| rigurosamente. Levantose, y le instalaron en Gasparini, en cómodo 3788 50| la Corona. Desde que me instalé en mi oficina, faltábame 3789 5 | gabinete de la derecha se instaló el lecho matrimonial; la 3790 15| imaginación de Rosalía buscaba instintivamente la variedad en aquellas 3791 16| verbosidadampulosa: los instintos galantes no se quedaban 3792 49| Alcázar. Parecía que la institución monárquica dormía aún en 3793 12| esa misma revolución y las instituciones, entre las nuevas ideas 3794 34| estómago. Sus nervios se insubordinaron y su cerebro, cual si estuviera 3795 15| Bringas, se iría solo a su ínsula, y la desconsolada esposa 3796 7 | eran, por un lado, lo más insulso del perfeccionado lenguaje 3797 18| hay cena...Esto ya es un insulto. Jamás me ha pasado cosa 3798 18| ello. La misma dificultad insuperable del asunto atraía su espíritu, 3799 15| todas estas, la dama de las insuperables dificultades que sobrevendrían 3800 12| cultísimo, de conversación insustancial y amena, capaz de hacer 3801 41| amorosas. Otros eran de intachables costumbres dentro y fuera 3802 22| funciones ópticas se conservaban intactas, es decir, que D. Francisco 3803 12| pantalón y sombrero eran parte integrante de la oficina misma, de 3804 11| aquel día de una sordera intelectual tan persistente que no comprendió 3805 18| dominar por quien le gana en inteligencia y gobierno... A ver, decídase 3806 36| su espíritu un cambio de intención que debió de ser milagroso... 3807 48| trabándose una discusión que ella intentaba aplacar con graciosos embustes 3808 3 | hacerlos de pelo, que lo he de intentar: dos y medio. Total: quince 3809 36| debía manifestar su firme intento de romper aquella tonta 3810 11| puerta?, ¿a la de Cándida? Intentolo Rosalía, hallando en la 3811 43| que a mí me pasa, ¿a quién interesa más que a mí sola?». ~Lentamente 3812 42| Señora viniera, pensaba él interesarla en su favor para subsanar 3813 27| nos importa que Amparo se interese o no por nosotros!... Pues 3814 48| consejo, para que vea que me intereso por la familia. Y es que 3815 5 | la cocina. En dos piezas interiores dormían los hijos. ~Ignoro 3816 37| rosquilla para ponérsela a su interlocutor delante de los ojos, como 3817 42| entre las miradas de los dos interlocutores. ~La Pipaón confió a las 3818 15| que en todo se metía, que interpelaba hasta por un carrete de 3819 8 | humildad regia que cada cual interpretará como quiera. No faltaba 3820 2 | tristeza lacustre y lunática... Interrumpiendo esta hermosa visión de la 3821 43| Los besuqueos de los niños interrumpieron esta grata conferencia, 3822 15| hacer, revelando la súbita interrupción del trabajo por la presencia 3823 13| pero de poco tiempo acá intervienen con calor nuestros hijos». 3824 27| la voz de Pez, de un tono íntimamente relacionado con su áureo 3825 31| deber conyugal. Alegrías íntimas endulzaban su pena y penetrado 3826 19| no le agradaban mucho las intimidades de su mujer con aquella 3827 46| indicó, sacando valor de lo intimo de su pecho. ~ - ¡Qué más 3828 37| suavizando. Ni era Bringas intolerante en un grado superlativo, 3829 11| en tienda, bajo la acción intoxicante de una embriaguez de trapos.~ 3830 18| La noche la pasó muy intranquila, y al día siguiente, 13 3831 49| Continuó durante la noche la intranquilidad. Bringas y otros muchos 3832 13| habíase vuelto arisca e intratable. Todo la enfadaba y estaba 3833 38| También Paquito se arrojaba intrépido a las ondas de aquellos 3834 49| patraña. Aquí hay algún intríngulis. Y sí es verdad lo que usted 3835 35| por la mitad, y luego se introducen sin pagar derechos. Yo le 3836 28| olorosísima, en cuyo cáliz introducía la nariz de rato en rato, 3837 34| aquel fárrago que había introducido en su estómago. Sus nervios 3838 38| prendas de su alma!, lo introdujo en un sobre magnífico, de 3839 2 | es que por ningún caso introduzca en la obra cabello que no 3840 39| Dios quiere?». Su alma se inundaba de tolerancia; pero no quería 3841 4 | dudo en llamar plazoletas, inundados de luz solar, la cual entraba 3842 26| desorden de todo y mil gastos inútiles. No me explico ese consumo 3843 7 | de mujeres a medio formar invadía el domicilio de Bringas. 3844 45| extendíase hasta el gabinete, invadiendo algunas de las sillas y 3845 8 | chicas de Lantigua y la Sudre invadieron desde muy temprano la habitación 3846 44| Hacienda. La cólera que invadió el alma de la Pipaón al 3847 49| Las turbas no tardarán en invadir esta casa para saquearla... 3848 37| clerical. Era en él costumbre invariable preguntar por la familia 3849 44| diez y media iba Bringas invariablemente a su oficina. Aquel día 3850 3 | la daba el naipe por la invención, compuso, con partes tomadas 3851 22| monserga que los médicos han inventado ahora para acabar de exprimir 3852 19| un conflicto igual? ¿Qué inventaré yo de aquí a mañana?... 3853 26| Aquí el lujo está en razón inversa del dinero con que pagarlo. 3854 7 | que acababan de recibir la investidura de mujeres se paseaban en 3855 19| tenía cierta ojeriza, ya inveterada, por no haber recibido de 3856 16| percatarnos de ello, el remedio de inveterados males!... La fácil palabra 3857 28| rodeados de tinieblas e invisibles. ~«¿Se ha marchado D. Manuel?». ~ - 3858 39| aires frescos y salinos, les invitaban a pasar un mes allá. El 3859 18| indispensable. Ya he repartido las invitaciones... ¡verá usted qué chasco! 3860 8 | habían ido en calidad de invitadas, eran tan impertinentes 3861 39| despecho... ¡Atreverse a invitar a una familia honrada...! « 3862 8 | y bien aprovechados! Les invitaron a subir con engaño a un 3863 39| Es una indecencia que nos inviten a vivir en su compañía. 3864 37| santas a quienes la Pipaón invocaba, aún no se le había ocurrido 3865 36| qué. Quizás todas aquellas invocaciones que la señora hizo a los 3866 36| fondo se levantaba.Rosalía invocó a todos los santos, a todas 3867 36| pronunciando mudamente alguna frase iracunda, rencorosa: «Maldito cominero, ¿ 3868 34| a toda la familia que no irían a baños, con lo cual estaba 3869 38| Jerónimos, Cipreses, el Arco Iris, la Esmeralda y el Andaluz, 3870 36| no le entregue, antes de irme, aquel resto que falta. 3871 36| comer por el camino esos irracionales... ¡Y todo esto en un solo 3872 50| movimiento desordenado e irreflexivo de toda sociedad que ha 3873 48| en su vida una situación irregular. Vendrían otros tiempos, 3874 13| echaba a Pez la culpa de la irreligiosidad de la prole. Sí, él era 3875 1 | síncope. El tal sauce era irremplazable en una época en que aún 3876 28| entrambos. ~«Esta simpatía irresistible es más fuerte que yo. Prohíbame 3877 47| representábase luego al irritado esposo... No, con todo el 3878 7 | le manifestó el deseo de irse a Cuba, no tuvo fuerzas 3879 40| trapo, los pitos de San Isidro, los muñequillos, restos 3880 11| un Florián de paja de Italia, adornado de flores del 3881 9 | IX - ~La belleza de Milagros 3882 22| depositaba esta en el bolsillo izquierdo de su chaleco. La señora 3883 14| sobras, ni aquella cabeza de jabalí que olía a desperdicios... 3884 26| debiera. No será por falta de jabón, del cual se ha gastado 3885 38| paso tardo de los caballos jadeantes, las puertas de las tiendas 3886 21| agonía... ¡Y esta noche gran jaleo!... Te juro que les tengo 3887 14| No sé de dónde sacó aquel jamón en dulce que era todo recortes 3888 12| molduras, archivoltas y jarrones, suposición que, sin pensarlo, 3889 38| de Espinosa, las de dos jefes de oficio, la de un oficial 3890 5 | lugares impropios de su jerarquía. Sus primeras palabras, 3891 14| D. Manuel de entonar la jeremiada de sus disturbios domésticos. 3892 22| dice que tome un dedito de Jerez; pero no lo compres. Si 3893 8 | nos ordena Nuestro Señor Jesucristo. Si no es por mí, el fregado 3894 27| siempre mandaba al enfermo una jícara, bien custodiada de mojicón 3895 22| mañanas y es forzoso darle la jicarita de chocolate... ¿Me podrá 3896 26| el quilo. Yo me pondré el jipijapa que Agustín se dejó olvidado, 3897 42| calle del Arenal encontró a Joaquinito Pez, el cual, muy gozoso, 3898 28| tantas sus calamidades que Job se quedaba tamañito. ~ - 3899 16| formando hombrera a lo jockey... Cinturón color lila cerrado 3900 36| la cabeza el llevar una jofaina para lavarse dos o tres 3901 17| no hubiera sido nada sin Josefina. Si en vez de esa beata 3902 36| contrabando. Y no necesitaban Josefita y Rosita hacer lo que hacen 3903 13| salvación...Naturalmente, eran jóvenes y gustaban de ir al teatro 3904 6 | no saliese de la casa una joya, un cuadrito, un mueble 3905 23| quiero nada ya? Las pocas joyas que me quedan tal vez sean 3906 38| escaparates de modas y de joyería, y hacía mil cálculos sobre 3907 18| le anticipó para pagar al joyero...! Pues sí, era preciso 3908 2 | los hermosos cabellos de Juanita y andaba buscando un habilidoso 3909 47| salir». ~ - Pero tú... ¿juegas... o qué...? ~ - No se apure 3910 8 | divertido tanto. Repetía los juegos por la terraza; veía a las 3911 7 | repostería de Palacio. «Jueguen, enreden, griten y alboroten, 3912 36| ya que no con miradas de juez inexorable, hacía pública 3913 40| Isabelita, si alguna vez jugaba con muñecas, no tenía en 3914 40| de que los dos hermanos jugasen casi siempre aparte uno 3915 49| empieza a enredar con los juguetes del saber histórico y social. 3916 7 | Creación, el querer ser. ~La juguetona bandada de mujeres a medio 3917 23| una aprobación o censura juiciosas. La viuda siempre se sentía 3918 13| la derecha, empuñando un junco por la mitad. A veces los 3919 15| imposibles, delgadas como juncos, tiesas como palos, cuyos 3920 21| reponerlos en su sitio, juntando muy pronto el dinero preciso 3921 2 | Bringas el blanco mechón, y juntándolo a los demás, oprimiolo todo 3922 16| por el simple gusto de juntar monedas en un cajoncillo 3923 40| ladito, para, que no se junten con las flores artificiales, 3924 40| los huesos de albaricoque juntitos aquí. Vamos a contarlos: 3925 | juntos 3926 23| Pues yo juraría...~ - No jures, hijito, que es pecado... ¡ 3927 9 | esta decía era ya cuerpo jurídico para toda cuestión que ocurriera 3928 7 | estas, hija del célebre jurisconsulto D. Juan de Lantigua, la 3929 41| en el caso de hacer una justiciada. De este modo nuestros hijos 3930 25| preguntas que hacía. Su mujer, justo es decirlo, tenía la cabeza 3931 12| ningún concepto en términos justos y precisos, sino que los 3932 43| influencia que sobre la juventud ejerce toda idea expansiva, 3933 16| quisiese tener lujo, no: mas juzgaba que su decoro y el contacto 3934 8 | personó en la regia morada, juzgando que era indispensable su 3935 1 | que debía de ser la Luna a juzgar por los blancos reflejos 3936 50| esperar los sucesos para juzgarlos. Vendrían seguramente tiempos 3937 1 | tirolés que prevalece en los kioskos. Tenía piramidal escalinata, 3938 43| perversa doctrina titulada krausista. Bringas la había oído calificar 3939 50| L - ~Cuando las cosas marcharon 3940 4 | conocíamos ninguna parte de aquel laberíntico pueblo formado de recovecos, 3941 25| por ejemplo, la tornería, labores campestres... Pero nada 3942 39| cerebro de Bringas, tras un laboriosísimo parto, dio a luz esta idea: ~ - ¿ 3943 13| Francisco, dejando los laboriosos pelos, aparecía frotándose 3944 12| avanzando, va minando, va labrando su camino, y lo único que 3945 10| unir atrás los faldones de lacasaca de guardia francesa.~ ~MILAGROS. - ( 3946 8 | revolvían con los cocheros y lacayos, y era como una gran cazuela 3947 14| porque el chico es una laceria; noveluchas de a peseta 3948 43| estimaba más oportuno. El laconismo de las respuestas de ella 3949 23| oído estas palabras, más lacrimosas que el cenotafio en que 3950 29| cuales había muerto en la lactancia. Ella les quería entrañablemente, 3951 2 | con toda aquella tristeza lacustre y lunática... Interrumpiendo 3952 48| la Tellería, que es muy ladina y muy cuca». ~Rosalía daba 3953 2 | agua, cristal...? ~ - Un lago, señora, una, especie de 3954 1 | trazos inferiores salían unos lagrimones que figuraban resbalar por 3955 3 | grabadito de no sé qué librote Lamartinesco que era todo un puro jarabe. 3956 44| encontrado la casa en un atraso lamentable, con un cúmulo enorme de 3957 31| necesariamente flojedades lamentables al carácter más entero. 3958 20| palpó, dioles mil besos, lamentándose de no poderles ver, y augurando 3959 14| no sobase los dulces y no lamiera los helados... Yo tomé una 3960 45| con las orejas rotas. Las láminas de las paredes estaban torcidas, 3961 45| piso lleno de manchas; la lámpara colgante con el tubo ahumadísimo. 3962 5 | mesas patas arriba; las lámparas y los biombos y otras muchas 3963 20| cacharro de goma laca y la lamparilla de alcohol para calentarla, 3964 28| falta para nada... «Eso es, lamparita para que nos asemos de calor... 3965 40| absoluta. Los pedacitos de lanas de bordar y de sedas y trapo 3966 19| mente pasaba el terrible lance de la noche próxima, los 3967 26| olvidado, y con mi levisacde lanilla, el que me hice hace seis 3968 30| prometían algo lisonjero, o bien lanzaban a lo interior de su alma 3969 36| días, y el Gobierno había lanzado su último reto. El Ejército 3970 2 | este antojo de Carolina, lanzó con todo el vigor de su 3971 27| Cándida a la familia como una lapa, se hacía punto menos que 3972 1 | carnes se inclinaba sobra una lápida, en actitud atribulada y 3973 1 | obra ejecutada a punta de lápiz duro o con pluma a la tinta 3974 19| raso rosa, de enorme pouffy larguísima cola, afectando alegría, 3975 25| de mar». ~A pesar de que lastimaba su espíritu aquella perspectiva 3976 46| dijo Rosalía con viveza, lastimada de oír el nombre de su marido - . 3977 24| calor de la improvisación, lastimó bastante a Rosalía. ~ - 3978 21| tercera manera mucho más lastimosa. ~Todo se arregló, pues, 3979 40| de trastos, chasquidos de látigo, y estas palabrotas: ¡Ala... 3980 14| vez de libros de estudio; látigos y bastones en tal número 3981 4 | círculo y bajo un doselete de latón. ~En todas partes hallábamos 3982 38| La otra solía decir con laudable franqueza: «Nosotros esperamos 3983 22| las sienes con belladona y láudano. Dábale todas las noches 3984 26| figura que Prudencia no lava todo lo que debiera. No 3985 4 | de papel. Algunas mujeres lavaban ropa en grandes artesones, 3986 25| no, haré un magnífico lavabo y una consola... Y a Candidita 3987 8 | la molestia de verse tan lavados, no se compensan con lo 3988 45| consola. Un libro de cuenta de lavandera estaba abierto sobre el 3989 8 | a los pobres después del lavatorio. Hay en el ala meridional 3990 36| durante un rato. ~«Yo me lavo las manos - dijo el otro - . 3991 10| colocación de lo que describe.) Lazo grande de raso sobre los 3992 23| leyéndolas, sientan mis buenos lectores en su estómago efectos parecidos 3993 2 | Universidad y con aquellas lecturas de Filosofía de ./. la Historia 3994 20| como los poetas cuando leen sus versos, exclamó con 3995 50| tarjetas y cartas, que por no leerlas le permití que ocupara su 3996 23| anécdotas de las que corrían y leerle sueltos de periódico. Aquella 3997 12| forrados de terciopelo y los legajos atados con cintas rojas.~ 3998 36| ver en el Estado el ladrón legal, el ladrón permanente, el 3999 9 | después, y como no sólo legislaba sino que autorizaba su doctrina 4000 26| inagotable manantial de legislación doméstica. Trajo las alpargatas 4001 44| escrito por tres carillas. Leía a saltos, buscando las cláusulas 4002 14| vista y cabeza por haber leído dos o tres periódicos después 4003 23| su colega al aposento más lejano, que era la Furriela. ~Nunca 4004 48| los siguientes estuvo como lelo; no comía, no dormía, no 4005 49| banderas con diferentes lemas y otros quitaban las reales 4006 6 | Había yo rematado un lote de leñas y otro de hierbas en Riofrío; 4007 40| Francisco, que aborrecía los lenguarajos, gritaba: «Niño, ven aquí 4008 27| Recomendó mi hombre las lentejas, menestras de acelgas y 4009 27| cerebro. Como brillaban las lentejuelas de algunos abanicos, así 4010 36| ojos. Se puso hecha una leona y clamaba por la revolución