Capítulo

 1 2 |        es verdad?... Pues bien, hijo, como te iba diciendo, corrí
 2 3 |                Quién ha de ser, hijo? El albéitar, que vive en
 3 1 | parientes de su supuesta madre. Hijo, es preciso hacer algo por
 4 8 |       tengan intención, como mi hijo, de incorporarse al ejército
 5 8 |      Tendrá el segundo lugar su hijo, joven de veinte años, niño
 6 8 |     madre decía: «No seas loco, hijo mío. Vaya, puedes montarte
 7 9 | primeros de España luego que su hijo heredase el mayorazgo de
 8 9 |     siglos; trató de casar a su hijo con una hembra de la familia
 9 9 |   discreción por D. Paco: ~ ~ - Hijo mío, mucho te quiero. Tu
10 9 |   atreve a conquistar a España. Hijo mío, mucho te amo; pero
11 9 | franceses, a que se diga que el hijo del conde de Rumblar no
12 9 |       entregándolo después a su hijo. Era aquella espada una
13 9 |        serenidad, hablando a su hijo de asuntos extraños a la
14 9 | distinto tono, habló así: ~ ~ - Hijo mío, cuidado con lo que
15 11|       el vizconde de Matarrosa, hijo del conde de Toreno... ¡
16 15| llamábamos el sainetero por ser hijo de D. Ramón de la Cruz. ~ ~
17 17|        manera que cada cual sea hijo de sus obras. ~ ~ - Así
18 18|         La coronita no es de mi hijo, sino mía; pero para acabar
19 20|          Doña María abrazó a su hijo sin perder ni por un instante
20 20|      dignas de la historia: ~ ~ Hijo mío: sé todo lo que pasó
21 20|         para preguntarnos si su hijo se había vuelto loco durante
22 20|    también impuso silencio a su hijo con gesto aterrador. Asunción
23 20|     dignidad, y deseando que su hijo variase de conversación,
24 20|       doña María reprendió a su hijo con majestad verdaderamente
25 20|         amargas palabras: ~ ~ - Hijo mío, recordarás que te entregué
26 20|    condesa dio un paso hacia su hijo; que su semblante hermosamente
27 20| erguirse, serenarse, mirar a su hijo con desdén, señalar a la
28 22|        vuestras simplezas. Pues hijo, adelantado estáis. ~ ~ -
29 26|          Y qué? ¿Este miserable hijo de España no había hecho
30 29|        qué tal se ha portado mi hijo? - me preguntó cuando marchábamos
31 29|      recordando el linaje de mi hijo? ~ ~ - Sí señora, los jefes
32 29|         Y amabais vosotros a mi hijo?~ ~ - ¡Oh!, sí señora. D.
33 29|          Ayúdanos a buscar a mi hijo y te recompensaré. Si parece,
34 29|     hasta convencerse de que su hijo no estaba allí. Si nos acontecía
35 29|       disponer de la vida de mi hijo - exclamó sentándose en
36 29|        dices, y encuentras a mi hijo y le traes - me dijo la
37 29|         su mano poderosa. Si mi hijo no parece, ¿qué soy, qué
38 29|      felices teniendo aquí a mi hijo, y recibiendo a la prometida
39 31|      como siga la guerra. ~ ~ - Hijo mío - añadió doña María - ,