Capítulo

 1 1 |      que facha. Más de cuarenta mujeres nos apostamos en la escalera,
 2 2 |    estabas a su lado, pues unas mujeres compasivas, habiendo notado
 3 2 |       mi casa. Rogué a aquellas mujeres que te cuidaran un momento
 4 1 |         ni los ancianos, ni las mujeres, cuando se sabía que D.
 5 7 |    debían de quedar más que las mujeres y los niños, porque hasta
 6 7 |      sólo los hombres, sino las mujeres y los niños, aparecían cosidos
 7 8 |    varios puntos, apostadas las mujeres o los chiquillos en lo escabroso
 8 8 |         y en algunos sitios las mujeres se ocupaban en segar a toda
 9 12|      tal era el espíritu de las mujeres, figúrense Vds. cómo estarían
10 12|       cual desmayo de sensibles mujeres, las que al oír los dos
11 12|       largo callejón vi algunas mujeres que corrían gritando. Esto
12 12| tranquilidad de aquellas santas mujeres, su apacible recogimiento,
13 13|  olvidarás?... ¡Dios mío! ¡Esas mujeres que pasan corriendo! Sin
14 15|         de los pueblos, incluso mujeres, ancianos  ./. y chicos,
15 15|         europeo. Dijéronnos que mujeres y niños habían sido inhumanamente
16 15|     robada y vejada, al ver las mujeres que acudían frenéticas y
17 17|  conversación recayó en tema de mujeres. ~ ~ - Yo - dijo D. Diego
18 19|     sentíase arrastrado por las mujeres, pellizcado por los chicos
19 22|       españolas, por lo general mujeres nerviosas, muy extremadas
20 24|         en bandadas multitud de mujeres con cántaros de agua para
21 24|        veces aquellas valerosas mujeres se exponían al fuego, penetrando
22 27|     agua. Agrupábanse hombres y mujeres junto a los heridos para
23 28|    gentes del pueblo, hombres y mujeres, corrían hacia las calles
24 29|     procesión compuesta de tres mujeres vestidas de negro, a las