Capítulo

 1 2 |         él llamaba honradísimas señoras, donde permanecería hasta
 2 2 |        no estaba allí. Aquellas señoras desconocidas dijéronme que
 3 9 |       Algún día será. Di a esas señoras que si vuelven pronto a
 4 10|        un armario. ~ ~ - ¿Y las señoras? Oí decir que una sobrinita
 5 11|      franceses insultaban a las señoras. ~ ~ - Nada, lo que he dicho
 6 12|       si ocurre una guerra, las señoras, llevadas de sus humanitarios
 7 12|       hilas. ¡Ay!, entonces las señoras tenían alma para ocuparse
 8 12|      bancos se sentaban algunas señoras de edad: las luces del altar,
 9 13|     hacer lo que me mandan esas señoras? - me preguntó Inés con
10 13|       Haz lo que te mandan esas señoras. ¿Qué dicen en esa carta? ~ ~ -
11 13| convento... luego vinieron esas señoras a decirme que era su sobrina...
12 13|       haz lo que te mandan esas señoras: obedécelas en todo. Ya
13 13|      este convento, ve con esas señoras, y espérame tranquila, con
14 14|      gratuitamente las monjas y señoras de Sevilla. Dice así: «Por
15 14|           Por las comunidades y señoras de distinción se han hecho
16 14|         1.684 escarapelas». Las señoras de Alcolea, las de Carmona,
17 17|    arreglado todo con otras dos señoras de Córdoba, y según me han
18 22|       enseñarían; pero aquellas señoras dijéronme que la discreta
19 30|        pasando adentro las tres señoras, el diplomático se quedó