Capítulo

 1 2 |         hubiesen caído todas en el corazón de ese infame Lobo, habríanle
 2 10|          que golpeaba en mi propio corazón. ¿Estaría allí Inés? ¿Estaría
 3 10|      comprende y no se explica. El corazón es el único adivino, y el
 4 11|           Dios les habrá tocado el corazón. ~ ~ - Pero oigan Vds. estotra
 5 11|           Aquello me desgarraba el corazón - contesté sin cuidarme
 6 13|            te pertenece en nuestro corazón y en nuestra casa? Mi sobrina
 7 16|           malezas para taladrar el corazón del Imperio. Aquel valiente
 8 20|            y llevándose la mano al corazón, miró a la condesa con semblante
 9 23| reconocemos, sin vernos, porque el corazón a unos y otros nos dice: «
10 24|            partiendo de aquel gran corazón compuesto de diez y ocho
11 27|       sentí dolorosa punzada en el corazón. Era el retrato de Inés. ~ ~
12 27|          de dos pulgadas contra mi corazón y la guardé en mi pecho,
13 27|        profundamente corrompido el corazón que hace años sólo existía
14 27|            duda por vuestro propio corazón, mostrabais bastante generosidad,
15 27|          más que a otra alguna? El corazón, tirano indiscutible, agrandando
16 27|            modo de probarme que un corazón ocupa menos espacio en la
17 28|          del dios ceguezuelo en su corazón. Lo cierto es que ha pedido
18 29|        sano y salvo. Me lo dice el corazón. ~ ~ - Tú eres un buen muchacho.
19 29|            diome un gran vuelco el corazón. Escondido tras uno de los