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Parte, Capítulo
1 I, 1 | estudio. ¡Qué dicha para el alma tocada de amor o de las 2 I, 3 | apacible contento de su alma en aquel instante.~ ~ - 3 I, 3 | para el cuerpo y para el alma. ¡Cuándo te enseñaré la 4 I, 3 | generoso, que puso en tu alma las maravillas de la fe 5 I, 3 | retrato. Hija mía: que tu alma no atienda tanto a la superficie 6 I, 3 | Gloria poniendo toda su alma en los ojos.~ ~ - Ya está 7 I, 4 | enérgicos, que impulsaban su alma a extremos de exageración, 8 I, 5 | alegre que siente en su alma el ansia de los trinos, 9 I, 6 | los nobles impulsos de su alma, elevando por cima de la 10 I, 6 | superior... los ojos de tu alma abarcan todo. Ábrelos y 11 I, 7 | alegría tan viva, que cuerpo y alma se reanimaron con ardor 12 I, 9 | desvaríos no perderán su alma, si llegamos a tiempo.~ ~ 13 I, 11| vicio y concupiscencia en el alma. Cuerdo, sensato, honesto, 14 I, 14| como un espejo donde el alma posaba blandamente sus ojos 15 I, 14| Rezaré, rezaré con toda mi alma.~ ~ Empezó a rezar con la 16 I, 14| tenía explicación fácil. El alma sentía pasos, que es como 17 I, 14| sones murmuraban: - «¡Oh alma; pronto en ti será de día!».~ ~ 18 I, 14| completamente a oscuras y sin alma viviente. Al salir de su 19 I, 15| y de la salvación de mi alma. Me parece que veo en todas 20 I, 16| podemos pensar nada del alma si no lo referimos al cuerpo.~ ~ 21 I, 20| diré algo que le llegue al alma. Sembraré, hijo. Si la simiente 22 I, 20| ha demostrado no ser un alma vulgar. Al contrario, posee 23 I, 20| madreselva, oyó con toda su alma.~ ~ - Has observado - preguntó 24 I, 20| Oh! tío, tío de mi alma - exclamó Gloria, besando 25 I, 20| energía y bravura desplega el alma, cuanto más señalado es 26 I, 20| Después corrió a la cocina. Su alma revoloteaba en el seno del 27 I, 21| singular que mientras su alma, como dice el salmista, 28 I, 21| Pero señor D. Rafael de mi alma, desarrollando su sistema 29 I, 21| tan convencido de que hay alma, de que hay infierno, de 30 I, 22| hermano.~ ~ - Que es un alma profundamente religiosa, 31 I, 22| profundamente religiosa, un alma llena de fe...~ ~ - Falta 32 I, 24| anunciaban la aflicción de su alma.~ ~ - Papá - dijo secando 33 I, 24| y de malvado; pero es un alma de Dios. Yo no puedo menos 34 I, 24| turbulento oleaje en el fondo del alma, y de ambas tuvo miedo.~ ~ - ¿ 35 I, 25| Pues bien, señorita de mi alma, ayer he visto un milagro.~ ~ - 36 I, 25| protector. Ha habido una buena alma que te ha socorrido.~ ~ - 37 I, 25| Ay, señorita de mi alma, yo he cometido una falta. 38 I, 25| había salido ha tiempo en su alma y que subiendo por la inmensa 39 I, 26| dirigía la palabra, que el alma se me estaba saliendo por 40 I, 26| primera y la luz toda del alma, la religión, es hoy para 41 I, 26| reunirlos. No sé cómo hay alma honrada que lea un libro 42 I, 26| así no fuera? ¿No tiene un alma privilegiada? ¿Qué le diferencia 43 I, 26| aquella voz secreta de su alma que otras veces le daba 44 I, 26| pensamiento ajeno, y reducir mi alma, encerrándola dentro de 45 I, 27| conforme se encuentre su alma. ¡Quién sabe las vicisitudes 46 I, 28| impaciente desasosiego de un alma alborotada. Nada... pensaba 47 I, 28| Gloria. Yo sentía en mi alma esta palabra; pero no podía 48 I, 28| Noble y hermosa es tu alma, Gloria. Si como dices, 49 I, 28| hermosura, tu bondad y tu alma toda me cautivaron... Olvidándome 50 I, 28| patente la honradez de mi alma?~ ~ - Sí - repuso Gloria 51 I, 28| cuando viene a llevarse un alma. Daniel la abrazó. La señorita 52 I, 28| aquel fúnebre luto de su alma. 53 I, 29| alumbrado con el negror de su alma. En vez de sonreír ante 54 I, 29| el templo renovose en su alma el terror, porque aquellas 55 I, 29| todas las fuerzas de su alma, su piedad y su fe, y no 56 I, 29| Silencio: la confesión de un alma ha empezado. Ante acto tan 57 I, 29| irreverente en este diálogo del alma con Dios. Lector, cierra 58 I, 30| parece desasosiego de un alma llagada y enferma miserablemente 59 I, 30| tu herida, negándole al alma toda comunicación y roce 60 I, 30| comunicación y roce con el alma de un hereje. Y reconociendo 61 I, 30| Gloria atendía con toda su alma.~ ~ - Pues bien, hija mía - 62 I, 30| discurso, pudo sorprender tu alma e inficionarte de la pestilencia. 63 I, 30| la saludable reacción del alma, se aclara el sentido, entra 64 I, 30| nada que quebrantara en mi alma la religión de mis padres. 65 I, 30| lealtad, mostrándole mi alma hasta el último fondo de 66 I, 30| hipócrita. Aquí está mi alma abierta hasta lo más recóndito, 67 I, 30| convenían a la delicadísima alma de Gloria; cierta reclusión 68 I, 31| pero allá en el fondo de su alma había una sospecha vaga. 69 I, 31| peligros la hermosísima alma de su sobrina. El amor que 70 I, 32| Oyéndolos, D. Ángel sentía en su alma profunda pena, sabedor, 71 I, 32| políticos.~ ~ - Siento en el alma que Su Ilustrísima no nos 72 I, 32| grandes sacudidas de su alma angustiada. Sólo D. Ángel, 73 I, 33| si el especioso sabor del alma o la dulzura del cuerpo, 74 I, 33| sino en lo profundo del alma.~ ~ »Si no lucháis por tan 75 I, 34| El santo varón con el alma gozosa como de costumbre 76 I, 34| desvanecía el gozo de su alma.~ ~ Daniel le besó el anillo 77 I, 35| generoso animal, sintió en su alma un vivísimo impulso de caballero, 78 I, 35| vanidad se amparó de su alma. La serpiente dijo en su 79 I, 35| sondando con sus ojos el alma de su amigo.~ ~ - Me quedaré 80 I, 35| borbotones manaba de su alma la sensibilidad. No pudo 81 I, 35| Morton, amigo de mi alma - dijo con pasión - , te 82 I, 36| Antonio bendito!~ ~ - Algún alma del otro mundo.~ ~ - Ea, 83 I, 37| frío en el cuerpo y en el alma. Volvía lentamente al estado 84 I, 37| Daniel, amigo de mi alma, no aumentes el abismo que 85 I, 37| amenazador del fondo de nuestra alma - dijo Gloria - , y nos 86 I, 37| Lantigua, sintiendo en su alma vivísima irrupción de sentimiento 87 I, 37| mi vida, compañero de mi alma, esposo mío, arrodillémonos 88 I, 37| dulce concordancia de tu alma con la mía... ¿Qué sé yo 89 I, 37| ti es amable? Sin duda tu alma es buena, y se conserva 90 I, 37| Un esfuerzo, amigo de mi alma, un esfuerzo y sacudirás 91 I, 37| felicidad de que inundabas mi alma. Sabía que no me podías 92 I, 37| toda dependía de ti en el alma y en el cuerpo, y descubrirme 93 I, 37| quebrantar mi resolución. Con el alma destrozada me disponía a 94 I, 37| tu confesión, porque tu alma está a oscuras. Huye de 95 I, 37| instinto del bien que hay en tu alma, te suplico que me saques 96 I, 37| Hazte cristiano; lava tu alma, y con tu alma mi deshonra. 97 I, 37| lava tu alma, y con tu alma mi deshonra. Has hecho una 98 I, 37| sacrificio? Pero ganar un alma al reino de Jesucristo bien 99 2, 1 | religiosas más interesantes al alma y a los ojos del cristiano; 100 2, 1 | morales y altas prendas del alma que parecían vinculadas 101 2, 1 | rodeados. Del mismo modo el alma de Serafinita se sostenía 102 2, 1 | de familia reunía en su alma proterva todas las maldades, 103 2, 1 | evangélica tan arraigada en su alma, es decir, que le abrumó 104 2, 2 | pensamiento se abrasó, su alma huyó escandalizada del cuerpo 105 2, 3 | en leve mancha oscura sin alma y sin vida. Si hay conversación 106 2, 5 | sacristán debía sentir en su alma necesidad imperiosa de expansión, 107 2, 6 | palabras resonaron en el alma de la joven con atronador 108 2, 7 | paciencia, y además, hija de mi alma, reconozco que tienen razón.~ ~ 109 2, 7 | mundo si quieres salvar el alma.~ ~ - ¡Muerta estoy! - murmuró 110 2, 7 | cabeza. Creeríase que en su alma estallaba repentina sublevación 111 2, 7 | esos conventos que labra el alma de sí misma se puede salir. ¡ 112 2, 7 | que es la salvación del alma, la muerte de las impuras 113 2, 7 | resignación será ineficaz para tu alma, si no es completa, absoluta, 114 2, 9 | Virgen del Carmen por el alma del favorecedor. Morton 115 2, 10| mí?... ¿Por qué juzgas mi alma? ¿Quién eres tú, miserable 116 2, 10| Supersticioso! Tu alma es dulce y piadosa; pero 117 2, 10| sepulturero - . Con toda mi alma. Cómo podría querer al que 118 2, 10| claro - oscuro incierto del alma humana cuando la fe vive 119 2, 11| los sentidos y mucho al alma. Además me han inculcado 120 2, 11| mismos que gobiernan el alma cristiana, los mismos que 121 2, 13| mansedumbre y paz de mi alma para no llenarme de infame 122 2, 13| este edificante gozo del alma que olvida la calumnia y 123 2, 13| no es permitido sino al alma del cristiano. ¿Las perdonas?~ ~ - 124 2, 13| estimulados por la zozobra de su alma, sondaban el silencio de 125 2, 13| ninguna idea pasada y toda su alma estaba en lo presente y 126 2, 13| movimiento en lo íntimo de su alma. Por fin llegó abajo, donde 127 2, 14| día no pudo arrojar de su alma el recelo, y permanecía 128 2, 15| el hebreo, empleando su alma toda en la atención, buscaba 129 2, 16| existiera, no existiría el alma.~ ~ Acercando sus labios 130 2, 16| como el último vagido del alma que se marcha, un sí. Pero 131 2, 17| cuenta de la perdición de un alma que de confundirle con anatemas.~ ~ - 132 2, 18| yo te lo doy con toda mi alma - repuso amorosamente Serafinita, 133 2, 18| con aflicción - , por tu alma, querida, que está en grandísimo 134 2, 18| más dulce consuelo de tu alma y la gala más rica de tu 135 2, 18| imaginaciones que trastornaron tu alma y sumieron en terribles 136 2, 18| que perdamos esta tierna alma, ofrenda piadosa de nuestra 137 2, 19| el último esfuerzo de tu alma pecadora para coger a Dios 138 2, 19| jamás vuelva a haberla en mi alma.~ ~ - Hablas como el réprobo, 139 2, 19| subió al cielo en cuerpo y alma. Los sentimientos maternales 140 2, 19| de Jesucristo, empapa tu alma en mis ideas. No hables 141 2, 19| brazos con desaliento - . Mi alma está acongojada, y en mi 142 2, 19| no puedo consentir que tu alma nobilísima arda en los infiernos 143 2, 19| pacífica y solitaria donde tu alma se purificará por la oración, 144 2, 19| elocuencia para salvar un alma querida!~ ~ - Usted es una 145 2, 20| hermosísimo en que vivía su alma y la precipité en las tinieblas; 146 2, 20| todas las fuerzas de mi alma; y todo el odio venenoso 147 2, 21| fingir del sueño, llenó su alma de patética y dolorosa compunción. 148 2, 21| justo y conveniente. Era el alma de más rectitud que podía 149 2, 21| insidiosos. Y sin embargo, el alma tan limpia de perversidad 150 2, 21| aguas han entrado hasta el alma. Estoy hundido en cieno 151 2, 21| Ambas mujeres tenían su alma absorta en tan sublimes 152 2, 21| Eucaristía. Si tú, hija mía de mi alma, meditando mucho en esto, 153 2, 21| Serafinita sintiendo en su alma la inspiración apostólica 154 2, 21| mejor camino para salvar tu alma; si haces el sacrificio 155 2, 21| conceda la redención de un alma, ciega hasta ahora a la 156 2, 21| heridas, mayor gozo tendrá mi alma. Perezcan los ojos de mi 157 2, 21| así te verán mejor los del alma. Perezca mi belleza, que 158 2, 21| digno puede ambicionar un alma consagrada a Dios? «Señor, 159 2, 21| Tía, querida tía, mi alma se llena repentinamente 160 2, 22| pálidamente, el estado de su alma, diciendo que se resignó 161 2, 22| corazón, pruébame que en tu alma generosa, a la cual no faltaba 162 2, 22| debía de producir en el alma del extranjero.~ ~ Venía 163 2, 23| Eminencia - , esta buena alma que a la sazón pasaba, tuvo 164 2, 24| de las agitaciones de su alma, lo mismo que el aumento 165 2, 25| vigor que se iguale al de un alma iluminada por los destellos 166 2, 25| abuelos pueden nada contra un alma que ha visto la salvación 167 2, 25| descargo de un enorme peso del alma le pareció excelente antiflogístico. 168 2, 27| en mi mano levantar a esa alma superior del lodazal en 169 2, 28| todas las cosas habló a mi alma. ¡Qué alborozo tan vivo 170 2, 28| al reino de la verdad esa alma que ha debido estar siempre 171 2, 28| estar siempre en él, esa alma cuyo único defecto es hallarse 172 2, 28| elevación y pureza de su alma... ¡Oh! tengo inmensa fe 173 2, 28| encadenamiento que tiene su alma con la mía. La viveza de 174 2, 28| clara ante mis ojos. Es un alma llena de dudas, y de dudas 175 2, 29| corría por toda la iglesia de alma en alma, y aquel mar se 176 2, 29| toda la iglesia de alma en alma, y aquel mar se alborotaba 177 2, 29| apariencia era la de un alma tranquila y confiada. Oraron 178 2, 29| conozca lo que hay en mi alma... Pero así como yo leo 179 2, 29| gran júbilo da usted a mi alma, Sr. Morton! - exclamó el 180 2, 29| amor que Dios comunica al alma de la criatura purificada 181 2, 29| Amarillo.~ ~ Morton, cuya alma era un volcán, trató de 182 2, 29| negra, echó fuera de su alma toda aquella esencia, a 183 2, 29| todavía dudas, todavía tu alma se apega a ella, que te 184 2, 30| colegirse el estado de su alma. Serafinita y el arzobispo 185 2, 30| Dime la verdad, ¿está tu alma tranquila? ./. Sí señor, 186 2, 30| Parece que brotó en mi alma un surtidor, una fuente... 187 2, 30| encierra, a aligerar tu alma del peso de las más grandes 188 2, 30| conozco el estado de tu alma; bien sé que si no está 189 2, 30| escogido aquí para traer esa alma preciosa al reino de la 190 2, 30| de angustia, dijo en su alma: «Me muero». Y en la vaguedad 191 2, 30| uno de esos esfuerzos del alma que son capaces de tornar 192 2, 31| libre, dijo:~ ~ - Corre, alma mía, corre.~ ~ Y con pie 193 2, 31| no los encontraré. Corre, alma mía, corre.~ ~ Pasando más 194 2, 31| potente sentimiento de su alma, pudo andar con trabajo 195 2, 32| Purgatorio, donde padecerá mi alma, tendré el consuelo de suponer 196 2, 32| Terrible cosa es obligar al alma a una impostura semejante!... ¡ 197 2, 32| aspiraciones sublimes del alma son aquí esfuerzos que se 198 2, 32| enaltece y glorifica al alma tanto como el sacrificio? 199 2, 32| nuestra dicha futura, pero tu alma, incapaz de comprender esto, 200 2, 32| muerte, la purificación de mi alma y la seguridad de mi entrada 201 2, 32| No hay que afligirse: el alma es libre, y su inmortalidad 202 2, 32| exclamó: Creo en Dios, en mi alma inmortal, inmerecedora del 203 2, 32| nueva vida. A punto que el alma libre tendía su primera 204 2, 33| garantía de la salvación de alma tan notable. D. Ángel no 205 2, 33| Si en aquel día no entró alma nueva en el reino de Dios,