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Parte, Capítulo
1 I, 1 | pero tiene en su campanario dos ojos vigilantes, y allí 2 I, 1 | trabajo que les cuesta dar dos pasos dentro de aquella 3 I, 1 | plazoleta, sombreada por dos acacias y un álamo verrugoso.~ ~ 4 I, 1 | Compónese en realidad de dos edificios, el uno vicio 5 I, 2 | Gloria y su papá~ Estaban los dos en una sala del Mediodía, 6 I, 2 | lánguida pereza. Sobre estos dos astros aleteaban sus grandes 7 I, 3 | aquí no se tarda más de dos horas.~ ~ - Sí; pero sabe 8 I, 3 | leche?... Francisca es así: dos horas para mover cada brazo 9 I, 3 | mover cada brazo y otras dos para pensarlo... Y nada, 10 I, 3 | Sedeño y quizás quizás a dos de sus pajes o cuando menos 11 I, 4 | en nuestros fines estos dos últimos, les dejamos a un 12 I, 4 | concretándonos a los dos primeros y por ahora exclusivamente 13 I, 5 | Gloria de doce años y a dos pequeñitos que volaron al 14 I, 6 | En el arte, veo también dos términos: los poetas que 15 I, 6 | dogmas sagrados. De estas dos musas, una sublima el amor 16 I, 6 | pueden entenderse. De estas dos voluntades que aparecen 17 I, 7 | años de edad. Quedáronle dos hermanitos, el uno de tres ./. 18 I, 7 | camposanto de Ficóbriga. Las dos inocentes criaturas ocuparon 19 I, 7 | anunciado por los cohetes. Dos años antes había estado 20 I, 7 | vajilla de comedor y cocina y dos docenas de damas y galanes 21 I, 7 | Al coloquio de las dos voces igualmente infantiles 22 I, 8 | consigo a tres personas, dos del orden sacerdotal y un 23 I, 8 | Gloria se echó a reír.~ ~ - Dos días después fui a casa 24 I, 8 | entretendrá poco más de dos semanas... ¡Qué dulce es 25 I, 9 | Estaban allí además de los dos hermanos Lantigua, el doctor 26 I, 11| veía entonces juntas las dos personas de su padre y su 27 I, 12| se habían callado, y sólo dos o tres cuchicheaban algún 28 I, 12| escapado. Lo mismo dicen las dos hijas de D. Bartolomé Barrabás, 29 I, 13| extensión considerable. Dos o tres lanchas corrían tendiendo 30 I, 14| era la última que salía, y dos marinos ancianos que iban 31 I, 15| también, atributos estos dos objetos de alguna imagen 32 I, 15| miradas fervorosas. Eran dos varones y una hembra pequeñuela. 33 I, 16| Noroeste tan fuerte, que los dos viajeros tuvieron que detenerse. 34 I, 16| de Lantigua lo componían dos casas, la vieja morada solariega 35 I, 17| con escaso cordaje. Tenía dos vergas en el palo de trinquete, 36 I, 17| y la chimenea negra con dos anillos blancos y una T, 37 I, 17| poseedora de treinta y dos buques de carga y pasaje.~ ~ 38 I, 17| fuera para respirar por las dos grandes portas de las anclas, 39 I, 17| Ilustrísima... Dentro de dos horas no quedará nada.~ ~ - 40 I, 17| que trataba de convencer a dos marineros amigos suyos.~ ~ - ¡ 41 I, 17| la trainera 2, un cable, dos!... A ver quiénes son los 42 I, 18| que con los gestos de los dos movibles brazos le insultaba 43 I, 18| las tardes. Como poseía dos o tres lanchas de pesca, 44 I, 20| a su hermano cuando los dos, juntamente con el doctor 45 I, 20| servicio y le trajo. Hace dos o tres días que no pienso 46 I, 20| hizo sobre la muerte de sus dos hermanas doncellas, contagiadas 47 I, 21| provincia y que nuestros dos expedicionarios habían de 48 I, 21| algunos espesos pinos y dos o tres plátanos, los cuales 49 I, 21| presente que aquí hablamos los dos en confianza y que esto 50 I, 21| que esto no sale de los dos. Bueno andaría el mundo 51 I, 21| cualquier cosa, nada entre dos platos. ¿Pues y la vida 52 I, 22| de Dios. Mira que estos dos señores tienen que marcharse 53 I, 23| XXIII -~Dos opiniones sobre el país 54 I, 23| camino real), y recibió dos grandes baúles con efectos. 55 I, 23| como D. Juan Amarillo y dos de los indianos, hicieron 56 I, 23| Morton las simpatías de los dos hermanos por su trato afabilísimo 57 I, 23| No puedo creer que estas dos cosas hayan arrebatado al 58 I, 24| se lo había dicho Morton dos veces; pero no con las mismas 59 I, 25| XXV -~Otra~ A los dos días de esta escena y después 60 I, 25| extendía y al cual cruzaban dos o tres veredas. Iba con 61 I, 25| Cuatro cientos treinta y dos pesos. A esto ascendía mi 62 I, 25| señor cura, que cuando da dos duros a los pobres, o les 63 I, 26| estar unido a mí, siendo los dos uno solo en la vida usual, 64 I, 26| fuente de amargura. Entre los dos cae el filo de una espada 65 I, 26| aborrecen. Mirándolo bien, veo dos religiones, la de los buenos 66 I, 26| cáliz. No tenía más que dos caminos: resignarse o rebelarse.~ ~ 67 I, 27| conmovido, lo que a los dos hermanos no causó extrañeza, 68 I, 27| aguardaba en la plazoleta. Dos horas antes había mandado 69 I, 28| tenía que esperar, porque a dos pasos de allí, fiel y puntual 70 I, 28| Por qué siendo buenos los dos, vivimos como criminales? 71 I, 28| lo debe hacer uno de los dos. ¿A cuál le tocará, a ti 72 I, 28| en el suelo.~ ~ - A los dos, querida mía - dijo al fin.~ ~ - ¿ 73 I, 28| dijo al fin.~ ~ - ¿Los dos? - repitió Gloria algo confusa - . 74 I, 28| no la compliques. Somos dos... nos amamos; pero ¡ay! 75 I, 28| quitar de en medio una de las dos religiones.~ ~ - Sí.~ ~ - 76 I, 28| el sacrificio uno de los dos, sino los dos a un tiempo - 77 I, 28| uno de los dos, sino los dos a un tiempo - afirmó Daniel.~ ~ - 78 I, 29| espectáculo con el recuerdo de las dos personitas a quienes Caifás 79 I, 29| creyó ver la figura de sus dos hermanos muertos, que se 80 I, 30| yo me confieso a los dos.~ ~ - Muy bien, me parece 81 I, 31| atrevidas ideas de Gloria dos años antes, comprendió que 82 I, 31| del Plantagenet.~ ~ Los dos hermanos emprendieron sin 83 I, 32| la larga ausencia de los dos amigos, y ellos hicieron 84 I, 32| pena, sabedor, como era, de dos sucesos igualmente deplorables: 85 I, 33| ser como gobernante de las dos o tres amas y demás servidumbre 86 I, 33| A hora conveniente, dos jayanes pusieron sobre la 87 I, 33| Amarillo con el teniente cura y dos beneficiados de las cercanías, 88 I, 33| huerta, y a la sombra de dos o tres álamos, que con sus 89 I, 34| departiendo afablemente con sus dos adláteres, cuando al entrar 90 I, 35| en él - dijo - , y diera dos pasos de aquí a los Cinco 91 I, 35| como si llovieran piezas de dos cuartos. Buscando donde 92 I, 35| alegra las horas de los dos ancianos... ¡Oh! Dios mío, ¡ 93 I, 35| sola en Ficóbriga, sino dos.~ ~ Esto pensaba cuando 94 I, 37| que la distancia entre los dos no puede ser grande.~ ~ - 95 I, 37| infierno, para nosotros dos, para nosotros dos solos 96 I, 37| nosotros dos, para nosotros dos solos creará Dios uno, Daniel... 97 I, 37| manos. De improviso los dos se estremecieron y se miraron, 98 I, 38| se podrían haber hecho dos de sólida piedra.~ ~ - No 99 I, 38| debe consentir - añadieron dos o tres de los presentes.~ ~ 100 I, 39| moverse. Ninguno de los dos pudo articular una sílaba. 101 2, 1 | de su bolsillo particular dos beneméritos ficobrigenses, 102 2, 1 | rápida mención de estas dos estimables personas; mas 103 2, 1 | cordiales apretones como dos buenas amigas.~ ~ Así era 104 2, 2 | pupilas en las puntas de las dos agujas, que, rozándose con 105 2, 3 | el péndulo. El reloj daba dos o tres latidos, dos o tres 106 2, 3 | daba dos o tres latidos, dos o tres pulsaciones quejumbrosas 107 2, 3 | casa, a excepción de las dos mujeres, tampoco la habían 108 2, 3 | comedor D. Buenaventura y los dos personajes de más peso en 109 2, 3 | banquero y que debían ser dos a la usanza antigua, la 110 2, 3 | la del Crucificado, con dos pasos más y la Dolorosa, 111 2, 3 | que dijo: «no servirás a dos señores». Pero si los Lantiguas 112 2, 4 | pesados bancos de nogal, dos o tres inscripciones sepulcrales 113 2, 4 | triángulo por la caída de las dos bandas de cabellos, superaba 114 2, 4 | con la virtud de aquellas dos preciosas industrias.~ ~ 115 2, 5 | boca remilgada y sonriente, dos alegres ojos pequeños, apenas 116 2, 5 | desde el cuello a los pies, dos brazos negros, en fin, toda 117 2, 5 | observar en el semblante de dos de ellas la satisfacción 118 2, 5 | mi ventana alta. Lee en dos o tres libros... trabaja 119 2, 5 | dijo la Monja. Pero las dos amigas no podían tenerse 120 2, 6 | lectura. Pero no habían pasado dos minutos cuando otra señora, 121 2, 6 | otra señora, seguida de dos niñas abandonó también la 122 2, 6 | Gloria.~ ~ Al poco rato otras dos señoras y un hombre huyeron 123 2, 6 | infestado. Sólo quedaron dos viejas y un anciano marinero, 124 2, 7 | algunos ancianos inválidos, dos cojos y las nubes de incienso 125 2, 8 | Amarillo al ver que había dos hombres bastante osados 126 2, 8 | en su cuerpo y traje: los dos animales sí se hallaban 127 2, 9 | establecimiento de Mr. Mirabeau. Dos mujeres le conocieron, y 128 2, 9 | varoniles, ni engañarle. Pero dos o tres rapazuelos a quienes 129 2, 9 | Al poco rato aparecieron dos perros, a quienes Morton 130 2, 9 | como estoy tan viejo, hace dos años que no salgo a la mar 131 2, 9 | piedras, un pucherito y dos panojas, que eran otras 132 2, 9 | en las minas. Pero hará dos meses se desplomó una piedra 133 2, 9 | para mantenernos; mas hará dos semanas que la enterramos. 134 2, 9 | una sola. Toma otra, toma dos más, y mañana es preciso 135 2, 10| pequeña planicie sombreada por dos o tres plátanos de corpulenta 136 2, 11| repetidas conferencias entre los dos han de abrir algún camino... 137 2, 12| D. Buenaventura; mas las dos hembras no dijeron nada.~ ~ - 138 2, 13| creciendo hasta ser una hora, dos horas...~ ~ - Ya es tiempo - 139 2, 13| la casa nueva había: dio dos golpecitos en una puerta, 140 2, 14| cementerio. Resistíanse las dos amigas a creerlo; pero la 141 2, 15| del camino real.~ ~ Los dos hebreos corrieron tras él; 142 2, 15| venía corriendo tirado por dos caballos.~ ~ - ¡Dos caballos! - 143 2, 15| por dos caballos.~ ~ - ¡Dos caballos! - dijo el amante 144 2, 17| que el mundo se partía en dos pedazos, al golpe de un 145 2, 17| llegar de la calle, y a dos hombres desconocidos, uno 146 2, 17| que también lloraba y los dos hombres permanecieron en 147 2, 18| En fin, entre las dos saldremos del paso.~ ~ Gloria 148 2, 22| alturas. Gloria y su tía eran dos estatuas.~ ~ - Lo que mi 149 2, 22| negra, acompañada de los dos ciriales, siguió el primero 150 2, 22| primera imagen, pasaron dos filas de individuos que 151 2, 23| coche de Su Eminencia venían dos señoras, una de ellas muy 152 2, 23| de otra cosa que de las dos damas que exornaban con 153 2, 23| indagadora, terrible; pero las dos señoras, que sin duda no 154 2, 23| El coche quedó inútil... dos ruedas menos, una ballesta 155 2, 23| El arzobispo señaló a las dos señoras que no lejos de 156 2, 24| disponiendo el alojamiento de las dos señoras, a quienes trató 157 2, 24| los Lantiguas... ¡a las dos de la mañana, señoras!... 158 2, 24| vino este, hablaron los dos un gran rato y después se 159 2, 24| los cristianos».~ ~ Las dos amigas soltaron la risa.~ ~ 160 2, 24| vea... Juan hará que los dos alguaciles se pongan en 161 2, 25| aquel desenlace felicísimo, dos veces lisonjero por el triunfo 162 2, 25| y vivirá por espacio de dos o tres días en reclusión 163 2, 25| sin más compañía que la de dos seres para él muy queridos, 164 2, 26| lloran como lloraban hace dos mil quinientos años sobre 165 2, 27| cercana. Las sombras de los dos iracundos brazos, movidos 166 2, 27| la temprana muerte de mis dos hijas; pero la tuya, esta 167 2, 28| horas de duda. Yo tenía dos conciencias igualmente poderosas, ¿ 168 2, 28| poderosas, ¿comprendes esto?... dos conciencias que daban la 169 2, 28| dolor!... Ninguna de estas dos ideas podía aniquilar a 170 2, 28| fiero se mostraba uno de los dos dragones, con más rabia 171 2, 29| siendo la conferencia de dos horas largas. Al salir de 172 2, 29| a la sala seguido de las dos mujeres, a punto que del 173 2, 29| el que no tiene más que dos pensamientos, la muerte 174 2, 29| a cien vidas, mar entre dos orillas cercanas; mas lleno 175 2, 29| un plazo que no pasará de dos días, comprometiéndose antes 176 2, 29| parece que te he dado a luz dos veces!~ ~ - No cantes victoria 177 2, 29| dices que me has dado a luz dos veces!... Yo digo que la 178 2, 30| mismo tiempo estrechaba sus dos brazos fuertemente contra 179 2, 30| amoroso y último adiós a dos seres queridos. Gloria les 180 2, 30| su corazón se partió en dos. Observó la hermosa visión 181 2, 31| los gallos; vio pasar a dos hombres; ladráronle algunos 182 2, 31| la iglesia, la taberna y dos casas infanzonas de lúgubre 183 2, 32| Pascua de Resurrección~ Los dos hombres se levantaron y 184 2, 32| sonrosado con cabellos negros, y dos puños de rosa cerrados fuertemente, 185 2, 32| aseada. El lecho, la cuna y dos sillas la ocupaban casi 186 2, 32| otro, uno solo para los dos!~ ~ - Eso sucederá cuando 187 2, 32| Dios ha de salvarnos a los dos.~ ~ - ¡Oh! tú no morirás, 188 2, 32| venían María Juana y otras dos mujeres.~ ~ - ¡Se muere, 189 2, 33| D. Buenaventura se quedó dos días más para arreglar ciertas 190 2, 33| Había muerto después de dos años de locura, motivada 191 2, 33| símbolo en que se han fundido dos conciencias, harás sin duda