Parte,  Capítulo

  1    I, 1 |             cosa alguna con forma de hombre ni de bruto, y ella se inquieta
  2    I, 2 |           allí don Juan de Lantigua, hombre que iba ya mucho más allá
  3    I, 2 |         naturaleza corporal de aquel hombre quebrantada o por estudios
  4    I, 4 |             decir tonterías.~ ~ Como hombre de convicciones inquebrantables
  5    I, 5 |            aun letra los deberes del hombre, y era regular maestra en
  6    I, 6 |        estudio de la divinidad y del hombre que en tales obras se encierra,
  7    I, 6 |           los vicios que degradan al hombre en todas las épocas. No
  8    I, 7 |         parte mínima de su corazón a hombre nacido. Y don Juan no la
  9    I, 8 |            escuela, con pespuntes de hombre político, y aun de orador
 10    I, 9 |         Silvestre Romero, que era un hombre proceroso, fornido, de fisonomía
 11    I, 10|              perfectas con Dios. Era hombre que por natural impulso
 12    I, 11|           duda sospechas quién es el hombre a quien tengo por el más
 13    I, 13|             yo no puedo querer a ese hombre. Hay en él algo que me repugna,
 14    I, 13|          acompañase al prelado.~ ~ - Hombre de Dios - dijo este con
 15    I, 15|         verdad lo que dices, eres un hombre de muy mala conducta.~ ~ -
 16    I, 15|             soñé que había venido un hombre.~ ~ - ¡Un hombre!~ ~ - Es
 17    I, 15|           venido un hombre.~ ~ - ¡Un hombre!~ ~ - Es claro. ¿Pues a
 18    I, 15|         podía querer usted sino a un hombre?... Yo le veía, y me parece
 19    I, 15|                  cómo decirlo?... un hombre horrible, espantoso...~ ~ - ¡
 20    I, 16|            sobre mi casa.~ ~ - Es el hombre que ha bajado del cielo -
 21    I, 16|          dijo Mundideo riendo - ; el hombre con quien yo soñé.~ ~ -
 22    I, 16|              momentos. Allí había un hombre.~ ~ Estaba tendido en la
 23    I, 16|             Ves. D. Juan señalaba al hombre.~ ~ - Nos hemos llevado
 24    I, 16|            mudarte de vestido.~ ~ El hombre se movió entonces y dijo
 25    I, 17|             No era un buque, sino un hombre, un pobre náufrago, que
 26    I, 18|         enamora.~ ~ D. Silvestre era hombre rico. Además de que poseía
 27    I, 18|          Europa, donde parece que el hombre retrocede a las primeras
 28    I, 18|           reyes.~ ~ D. Silvestre era hombre vehemente y algo testarudo.
 29    I, 18|             de aquellos andurriales, hombre zafio y torpe que apenas
 30    I, 18|               por allí muy hondo. Mi hombre tomó por el vado las de
 31    I, 18|            los impíos.~ ~ Tal era el hombre extraordinario y valeroso
 32    I, 20|            murmuró Lantigua - . Será hombre de convicciones.~ ~ - Pero
 33    I, 20|            se pierde con intentarlo, hombre. Él estará todavía algún
 34    I, 20|             Juan con la sequedad del hombre acostumbrado a ver las malicias
 35    I, 20|        raíces y todo lo invade?~ ~ - Hombre, por Dios. ¡La yerba!...
 36    I, 20|            hemos comprendido que ese hombre es protestante.~ ~ - ¡Protestante!~ ~
 37    I, 20|             infinita encaminó a este hombre a nuestras playas abriéndole
 38    I, 20|              fe cristiana, sí. Aquel hombre era tan despejado que Nuestro
 39    I, 21|         perfecta es hija única de un hombre rico. Mi opinión es, amigo
 40    I, 21|           amigos. Fíese usted de mí, hombre. En todo lo que sea de los
 41    I, 23|             separada de lo demás. Un hombre devoto que se persigna al
 42    I, 23|             parte de los círculos un hombre ridículo.~ ~ - ¡Por Dios,
 43    I, 23|            usted con su franqueza de hombre honrado y de católico sincero.
 44    I, 23|            su corazón y su mano a un hombre que pase tres o cuatro horas
 45    I, 23|             bajo mi amparo a ese mal hombre. Es un miserable; pero la
 46    I, 24|              te enfadas.~ ~ - ¡Pobre hombre! - dijo Lantigua mirando
 47    I, 25|  herramientas para que trabaje y sea hombre de bien.~ ~ - Has pensado
 48    I, 25|         traía - . Si me prometes ser hombre de bien, ser arreglado y
 49    I, 25|         Divino Redentor.~ ~ - Ningún hombre se parece a nuestro Divino
 50    I, 25|             par el cielo, cuando ese hombre me dijo: toma, y me dio
 51    I, 25|              desgraciado. Sé siempre hombre de bien», y nada más. Yo
 52    I, 25|                 Ahora tienes que ser hombre de bien - gritó alejándose
 53    I, 26|              y a Dios: ¿por qué este hombre no ha de ser mi marido? ¿
 54    I, 27|             nada conveniente que ese hombre esté más tiempo en mi casa.
 55    I, 27|               El dinero es para este hombre, como para nosotros la arena
 56    I, 28|            que piensas?~ ~ - Tú eres hombre. El hombre debe sacrificarse
 57    I, 28|                   Tú eres hombre. El hombre debe sacrificarse por la
 58    I, 30|             objeto de tu pasión a un hombre que vive fuera de nuestra
 59    I, 30|          para verter en la oreja del hombre la ponzoña del falso discurso,
 60    I, 30|              primum. Tú dices: «Todo hombre tiene libertad para abrazar
 61    I, 30|        malditas víboras? Sin duda el hombre a quien has tenido la desdicha
 62    I, 34|          puente acababa de entrar un hombre a caballo. Galopaba.~ ~ - ¡
 63    I, 34|            el viaje para sacar a ese hombre de tan mal paso, pues si
 64    I, 34|           ese extranjero debe de ser hombre muy adinerado...~ ~ - Entonces
 65    I, 36|            apareció soñoliento.~ ~ - Hombre, muévete - dijo Francisca
 66    I, 37|             quizás hálito divino. El hombre es juguete de las fuerzas
 67    I, 38|                 Digamos algo de este hombre, cuyo apellido es de los
 68    I, 38|            los sesenta años y era un hombre despacioso, metódico hasta
 69    I, 38|         atención. Gozaba fama de ser hombre muy religioso, lo mismo
 70    I, 38|             formado usted de mí como hombre veraz? Opinión muy favorable.~ ~ - ¿
 71    I, 38|           usted la advertencia de un hombre honrado que le estima, que
 72    I, 38|        Ficóbriga la presencia de ese hombre.~ ~ - No se debe consentir -
 73    I, 39|         padre ha muerto.~ ~ El santo hombre llevó ambos puños a sus
 74    2, 1 |            mezcla de bien alguno. El hombre con quien se casó por compromisos
 75    2, 2 |       Serafinita con terror - . ¿Ese hombre...?~ ~ - Va a llegar. Le
 76    2, 2 |         hermano habría escrito a ese hombre rogándole que viniera?~ ~ -
 77    2, 3 |            para no dejar entrar a un hombre. En cuanto a la cara, sólo
 78    2, 4 |           ser mujer infelicísima del hombre más desautorizado y más
 79    2, 4 |         igual aire ropa de mujer, de hombre y de clérigo, pudiendo competir
 80    2, 5 |       sucesor en la sacristía era un hombre que había sabido conquistar
 81    2, 5 |            Es el tal D. Silvestre el hombre más deslenguado...~ ~ - ¡
 82    2, 5 |             que una gotita... Basta, hombre, basta; que tomo eso para
 83    2, 6 |          rato otras dos señoras y un hombre huyeron también de la capilla
 84    2, 7 |           sobre la tierra aliente un hombre, tú no tendrás valor para
 85    2, 7 |            lo que podrá ocurrir? Ese hombre te ha solicitado de nuevo,
 86    2, 8 |  regocimiento y circunspección, cual hombre que sabe su oficio. Al padre
 87    2, 8 |            enfrente entró también un hombre a caballo.~ ~ Los cantores
 88    2, 8 |               Al ver tanta gente, el hombre que venía a caballo quiso
 89    2, 8 |             la misma callejuela otro hombre a caballo. Era rubio, encarnado,
 90    2, 9 |              Dios. Además, el grande hombre de Ficóbriga en quien  ./. 
 91    2, 9 |            modo siguiente:~ ~ - Este hombre, que entre los suyos es
 92    2, 9 |            de marinos. Acercose a un hombre con mandil que estaba en
 93    2, 9 |              y pidió alojamiento. El hombre, después de observarle fijamente,
 94    2, 9 |          bolsillo.~ ~ - No - dijo el hombre deteniéndole.~ ~ - ¿Por
 95    2, 9 |               pero no hay más que un hombre que así tire el dinero... ¡
 96    2, 9 |             tire el dinero... ¡y ese hombre es el judío!~ ~ - Ese soy
 97    2, 9 |             frío y estupefacto.~ ~ - Hombre sin entrañas - dijo al fin
 98    2, 9 |            que me consuele, sin otro hombre que me diga hermano y se
 99    2, 9 |           consuelo de la voz de otro hombre, algo que no sea discordias
100    2, 9 |              la cabeza para mirar al hombre de los treinta dineros.~ ~
101    2, 10|            sintió ruido de pasos. Un hombre subía la escalera. Daniel
102    2, 10|              Al fin he encontrado un hombre, un verdadero hermano...
103    2, 10|             a eterno abandono a otro hombre, hechura de Dios como tú;
104    2, 10|            que la conciencia hace al hombre, y la ingratitud, la negra
105    2, 10|             un lanzazo con que aquel hombre hería su corazón; pero al
106    2, 10|               Gracias, José: tú eres hombre de corazón... Me han asegurado
107    2, 10|          problema semejante, y aquel hombre rudo vio desarrollarse en
108    2, 10|           reciben contestación. Otro hombre de inteligencia más cultivada
109    2, 11|           con un calavera, ni con un hombre corrompido y sin conciencia,
110    2, 11|             un réprobo, un paria, un hombre ignominioso colocado fuera
111    2, 11|            pasión irresistible.~ ~ - Hombre, eso de hacerse judío es
112    2, 11|         moral que puede ofrecerse al hombre, porque creo sinceramente
113    2, 11|             o a la de cualquier otro hombre del siglo.~ ~ - ¿Cómo? -
114    2, 11|        porque teniéndole a usted por hombre instruido en las ideas corrientes,
115    2, 11|   civilizadas... mejor dicho, que el hombre culto educado en la sociedad
116    2, 11|           cuanto Dios ha revelado al hombre está en mi ley. Todo lo
117    2, 11|            deshonrosa que la de otro hombre cualquiera.~ ~ D. Buenaventura
118    2, 11|            nosotros no habrá un solo hombre de honor que se pase a este
119    2, 11|                Adelante».~ ~ »Y a un hombre de tal temple, a un hombre
120    2, 11|           hombre de tal temple, a un hombre que tiene el fanatismo santo
121    2, 11|           siglo cree imposible; a un hombre que no es de estos vanos
122    2, 12| entendimiento del ilustre banquero y hombre de mundo. ¡La fórmula! He
123    2, 12|                 me basta con que ese hombre nos conceda una farsa de
124    2, 12|           motivo que he pescado a un hombre.~ ~ Gloria, que leía los
125    2, 13|          calle, donde la esperaba un hombre. Este le dio la mano para
126    2, 14|          dirigirse en compañía de un hombre hacia el cementerio. Resistíanse
127    2, 14|      demostrando vivo interés por el hombre infiel que se aposentaba
128    2, 14|            casa a media noche con un hombre...~ ~ - ¡Salir de la casa!~ ~ -
129    2, 14|              de la casa!~ ~ - Con un hombre... Con un hombre!~ ~ - Sí
130    2, 14|              Con un hombre... Con un hombre!~ ~ - Sí señor... La vio
131    2, 15|            una mujer.~ ~ - Yo veo un hombre.~ ~ - Sí, un hombre la acompaña -
132    2, 15|           veo un hombre.~ ~ - Sí, un hombre la acompaña - dijo Morton
133    2, 15|         porque... «¿qué más tiene el hombre de todo su trabajo con que
134    2, 15|          sueño y con la cual dice al hombre: «yo soy la amenidad de
135    2, 17|         tenido un susto.~ ~ - ¿Y ese hombre quién es? - preguntó Serafinita
136    2, 17|            dormían, acompañada de un hombre humilde que en todo me obedece...
137    2, 17|               A descansar.~ ~ - Este hombre - balbució Serafinita señalando
138    2, 17|         Mejor es que se encuentre un hombre con una osa a quien hayan
139    2, 18|           víctima, y para cebo... un hombre de raza maldita por Dios
140    2, 18|          Pues bien, desgraciada, ese hombre no sólo existe, sino que
141    2, 19|            lo ha dicho: «La vida del hombre sobre la tierra es una tentación».
142    2, 19|             el mundo, el que se hizo hombre por redimirnos, el que fue
143    2, 20|           corazón una piedra; no soy hombre si no pronuncio esa palabra.
144    2, 21|             y a gritos clama que ese hombre será salvo por tu mediación.~ ~ - ¡
145    2, 21|              padecer y morir como un hombre... ¡Y aquel era el Verbo,
146    2, 22|         verdadera que alumbra a todo hombre que viene a este mundo,
147    2, 22|             pendón enarbolado por un hombre, pasó la cruz negra, acompañada
148    2, 24|           iguala a don Ángel, ni hay hombre más sabio que el difunto
149    2, 25|           Dios que nos trajo con ese hombre tantas desgracias, y limpiemos
150    2, 25|             de Gloria. Era el tal un hombre excelente y muy sabio, soldado
151    2, 25|            un paraguas azul.~ ~ Este hombre benéfico se alegró mucho
152    2, 27|          existen desde que el primer hombre abrió sus ojos a la luz
153    2, 28|          directamente a la razón del hombre, el Señor, Jehová, o como
154    2, 28|              nacido enamorada ya del hombre clavado en la cruz! Antes
155    2, 28|      fascinación de Cristo, de aquel hombre extraordinario que supo
156    2, 28|         cristiana la fascinación del hombre clavado, la simpatía del
157    2, 29|           amigos y hermanos - , este hombre da lealmente su mano de
158    2, 29|        Embajada inglesa...~ ~ - Este hombre miente villanamente - gritó
159    2, 29|        creyeras las palabras de este hombre.~ ~ Gloria se levantó y
160    2, 29|      divorcia y toma otro marido, el hombre clavado. Y todavía dudas,
161    2, 30|                  XXX -~La visión del hombre sobre las aguas~ Gloria
162    2, 30|            de lo que la madre de ese hombre nos dijo.~ ~ - ¿Cómo he
163    2, 30|              toda la familia. Era un hombre que infundía a los enfermos
164    2, 30|             aquel horizonte venía un hombre, marchando a pasos de gigante.
165    2, 31|            Lo primero que vio fue un hombre alto, rubio y grueso, un
166    2, 31|          espalda y la cabeza de otro hombre sentado junto a una mesa.
167    2, 31|             a sus ojos, porque aquel hombre era Daniel Morton. La desgraciada
168    2, 32|             instante de silencio. El hombre contempló en las pupilas
169    2, 33|              donde los gemidos de un hombre y el llanto de un niño que
170    2, 33|             había encontrado. ¡Pobre hombre!... Meditando se consumió,