Parte,  Capítulo

 1    I, 1 |         suben hacia Poniente, y la luz simula en las remotas cumbres
 2    I, 1 |     exploran todo el país, y si la luz va lejos, ellos van más.
 3    I, 3 |            y deslumbrantes como la luz; pero tú, hija, a todas
 4    I, 9 |            de Dios y sus ojos a la luz de la verdad. Fervor y piedad
 5    I, 10|    excelente sujeto!».~ ~ Como una luz alumbra cuanto la rodea,
 6    I, 12|    mariposas negras, jugando en la luz. ¡Ah! Cualquiera que en
 7    I, 14|          del templo, aquella media luz, aquel silencio, eran como
 8    I, 14|        aurora y que anunciaba otra luz mayor.~ ~ Dentro de Gloria
 9    I, 16|          al fin estamos cerca. Veo luz en la ventana del cuarto
10    I, 16|          sorprendiose mucho de ver luz allí donde no habitaba nadie.~ ~
11    I, 16|          la cercana mesa había una luz. Gloria dio algunos pasos
12    I, 19|             abriendo con gozo a la luz sus ojos azules y examinando
13    I, 20|            figúrate que un rayo de luz... Nada, no me quedaré sin
14    I, 20|        sacrílega venda y mira esta luz que tengo en la mano, esta
15    I, 20|         que tengo en la mano, esta luz divina que el Señor se ha
16    I, 20|            éter más puro, en plena luz celestial, como los ángeles
17    I, 21|          cuyas facetas temblaba la luz. Después pasó aquel menjurje
18    I, 22|           el momento convertido en luz. Lo que no conseguirás por
19    I, 22|            oscuras de la verdadera luz; pero bien se conoce que
20    I, 23|            distinta para llevar la luz al espíritu de aquel hereje.~ ~
21    I, 24|             tembló como tiembla la luz cuando se mueve el agua
22    I, 24|           emoción que brillaba con luz singular en los azules ojos
23    I, 25|           inundaba de esplendorosa luz.
24    I, 26|       dentro de sus alas y mató la luz, habló así:~ ~ - Hoy me
25    I, 26|    palabras, lo mismo que entra la luz por una puerta cuando la
26    I, 26|          la necesidad primera y la luz toda del alma, la religión,
27    I, 26|           si digo esto mañana a la luz del día se reirán de mí. ¡
28    I, 26|           lo veo tan claro como la luz, como tu existencia, como
29    I, 26|            equivocarme, porque una luz divina me acompaña, porque
30    I, 26|       porque yo te hice para tener luz propia como el sol y no
31    I, 28|          su balsámico ambiente, la luz que a trechos entraba por
32    I, 28|         llenos de lágrimas y de la luz divina - ; creo en Jesucristo,
33    I, 29|       abrieron de par en par, y la luz penetró a punto que ella
34    I, 29|         creado. Si pudiera existir luz negra, ella sería el sol
35    I, 30|        religión que, guiado por la luz de la razón, creyere verdadera...».
36    I, 31|           del prelado derramaba su luz; pero la herejía y el error
37    I, 32|           para deslumbrarse con la luz de un fósforo.~ ~ Oyéndolos,
38    I, 33|    hubieran sido salpimentados con luz los manteles. Aquí brillaba
39    I, 35|           costado del Oeste, y vio luz en las habitaciones altas.  ./. 
40    I, 35|            vapores que oscurece la luz del sol.~ ~ - Amigo, si
41    I, 36|            el viento ha apagado la luz de la escalera!... ¡Cómo
42    I, 37|            entre los ángeles de la luz has sido escogida. Me glorío
43    I, 39|        entraba por las ventanas la luz de una aurora más triste
44    2, 1 |         por penas, lloraban por la luz meridional. Rara vez usaba
45    2, 2 |         vuelva espero traer alguna luz».~ ~ - Eso dijo, sí - repuso
46    2, 3 |       fango; que el diamante no es luz solidificada sino carbón;
47    2, 8 |             habría reglamentado la luz del sol, como reglamentó
48    2, 10|        Caifás, después de encender luz, guió a su amigo por estrecho
49    2, 10|            Caifás no sacó nada, ni luz completa ni tinieblas, sino
50    2, 11|  alojamiento digno, decoroso, a la luz del día; que no viva oculto
51    2, 13|           Quieres que te apague la luz?... Ya está apagada.~ ~
52    2, 13|         Dio un soplo para matar la luz, y tomando la suya, besó
53    2, 15|          brillaba en su mente como luz que nace y crece - . Yo
54    2, 18|         trabajo, por la misteriosa luz que se recibe del cielo...
55    2, 18|            criatura que has dado a luz, y que la ama con fraternal
56    2, 18|         concebir un hijo y darlo a luz para tener derecho a los
57    2, 19|         Señor se digne rodearte de luz; que te anonades y te humilles
58    2, 19|         obediencia...». Esta es la luz que he puesto ante tus ojos,
59    2, 20|    prevalecer. ¡Oh! Dios mío, dame luz, dime dónde está la salida
60    2, 20|         presenta lleno de gracia y luz, único ser a quien puedo
61    2, 20|       tierra empezó a inundarse de luz. Amanecía; pero Morton no
62    2, 21|  empedernido abriese sus ojos a la luz cristiana, sería preciso
63    2, 21|         hasta ahora a la verdadera luz, ¿cómo es posible que Dios
64    2, 21|            carecer de la verdadera luz».~ ~ - El Señor me oirá -
65    2, 21|           fe; en mí ha entrado una luz prodigiosa; siento como
66    2, 22|            universal, o sea, de la luz verdadera que alumbra a
67    2, 22|         cual no faltaba más que la luz, ha entrado ya esa luz;
68    2, 22|          la luz, ha entrado ya esa luz; pruébame, no que abrazas
69    2, 22|            agujeros por donde daba luz a sus ojos el atribulado
70    2, 24| Eminentísimo señor Cardenal, dio a luz un niño robusto, aunque
71    2, 25|         vez de oscuridad encuentro luz, en vez de torbellino de
72    2, 26|            española también por la luz y la expresión melancólica
73    2, 27|          Daniel estaba inundado de luz, el de su madre en la sombra.~ ~ -
74    2, 27|           En hora menguada te di a luz y de aquella triste hora
75    2, 27|           lo haga. Esto es como la luz, madre. Si no lo comprendes,
76    2, 27|          ciega, pero no niegues la luz.~ ~ Esther, sentándose en
77    2, 27|         hombre abrió sus ojos a la luz acabada de hacer...! No,
78    2, 27|         pantalla, caía de lleno la luz sobre la madre, y su sombra,
79    2, 29|            parece que te he dado a luz dos veces!~ ~ - No cantes
80    2, 29|            dices que me has dado a luz dos veces!... Yo digo que
81    2, 30|           al reino de la verdadera luz, no es el más a propósito.
82    2, 30|    estrecho espacio, sin aire, sin luz. Enorme peso había caído
83    2, 30|         estaba. Todo era claridad, luz, día infinito. Allá lejos
84    2, 30|          su amita, y a la indecisa luz de la lámpara observó que
85    2, 31|          que abrían sus corolas de luz en la inmensa concavidad
86    2, 31|          la iglesia, y vio también luz al través de la ventana
87    2, 31|            Sobre la mesa había una luz. El caballero había sacado
88    2, 32|          es en mí más claro que la luz. Además, ¿qué cosa enaltece
89    2, 32|           caos; ella que merece la luz, la tendrá. ¡Oh! ¡cuánto
90    2, 32|          los abismos ocultos, cuya luz no vemos los de acá. Sintiose
91    2, 33|         importaba si tenía otra de luz inextinguible, cuyo resplandor,