Parte,  Capítulo

 1    I, 1 |          la deja de sus terribles manos destructoras el huracán.
 2    I, 1 |  madreselvas llenas de aromáticas manos blancas, árgomas espinosas,
 3    I, 5 |     hallándose capaz de poner las manos en cualquiera de esas horribles
 4    I, 5 |    banqueta, y dejando correr sus manos por el teclado, se puso
 5    I, 7 |     flores en las sienes y en las manos, y al fin había cerrado
 6    I, 7 |      cuchillos, pronto...». «Pues manos a la obra...». «Todo está
 7    I, 9 |       llegado el texto a nuestras manos.  ./. Malos son los tiempos -
 8    I, 11|          don Juan en pie, con las manos a la espalda, inspeccionando
 9    I, 14|           sosteniéndola con ambas manos. Un momento después pensaba
10    I, 15|       funerales. Un San Pedro sin manos, y por consiguiente sin
11    I, 16|        quería arrancárselo de las manos. Una rama arrastrada por
12    I, 17|          mostrando las musculosas manos de oso, aquellas manos que
13    I, 17| musculosas manos de oso, aquellas manos que lo mismo tomaban la
14    I, 20|        trae muchos negocios entre manos, su padre le dijo:~ ~ - ¿
15    I, 20|     porque habré arrancado de las manos de Satanás una víctima,
16    I, 20|           besando con frenesí las manos del prelado, trémulas aún
17    I, 20|       exclamó Gloria cruzando las manos y elevándolas hasta apoyar
18    I, 21|          vas a echar a perder las manos. Vete arriba, que aquí no
19    I, 21|      usted ha puesto su asunto en manos de D. Juan, y este con las
20    I, 23|     tiempo los trabajos que entre manos traía. Devorado por un ansia
21    I, 25|           por ser de esas divinas manos, y con la condición de darlo
22    I, 25|       carpintería que traía entre manos Mundideo.~ ~ - Adiós - dijo - .
23    I, 28|         el extranjero besando las manos de su amiga - , no me mates
24    I, 28|      puntas de los dedos de ambas manos, tiró de ella. Gloria cayó
25    I, 28|         Gloria sentía temblar las manos de Morton que le oprimía
26    I, 28|         Morton que le oprimía sus manos, y en su rostro sentía el
27    I, 29|        bondad, dejando caer ambas manos sobre los brazos del sillón
28    I, 32|          Iglesia está en nuestras manos y no podemos abandonarla.~ ~
29    I, 32|       enlazaba los dedos de ambas manos, rozando una con otra la
30    I, 33|     servidores no daban paz a las manos ni a los pies, apercibiéndolo
31    I, 33|     cuantas la ayudaban no tenían manos para tomar quién los papelillos
32    I, 33|       sopas, parecían traer entre manos el sustento de un ejército.~ ~
33    I, 35|     exclamó Gloria llevándose las manos a la cabeza y huyendo hacia
34    I, 37|     Ocultando el rostro entre las manos, rompió a llorar sin consuelo.~ ~ - ¡
35    I, 37|      arrodillándose y besando las manos de Gloria - . ¡Que mi padre
36    I, 37|         abrasada frente entre las manos. De improviso los dos se
37    2, 1 |        amistosa compañía, con las manos a la espalda, la cabeza
38    2, 1 |           vez usaba bastón, y las manos por lo común se volvían
39    2, 2 |          levantándose, echó ambas manos a la espalda y encorvó ligeramente
40    2, 4 |         ocupadas estaban las seis manos, no lo estaban menos las
41    2, 5 | deteniendo sus flacas y amarillas manos en el momento en que iba
42    2, 5 |      silla. Yo no lo toco con mis manos.~ ~ - Ni yo.~ ~ - Pues ni
43    2, 7 |           Serafina llevando ambas manos a su sereno rostro y llorando
44    2, 7 |       Gloria no contestó. Con las manos cruzadas sobre las rodillas,
45    2, 7 |         doña Serafina tomando las manos de Gloria y estrechándolas
46    2, 7 |           La tienes asida con tus manos y aunque te quemas, todavía
47    2, 8 |       cristales se bambolearon en manos de los acólitos, como árboles
48    2, 8 |           estaban las martilludas manos, que caían como piedras
49    2, 8 |           hirviente mar de pies y manos.~ ~ El cuadro de Goya La
50    2, 9 |        limpieza, hasta que dio en manos de un francés, el cual la
51    2, 9 |        alzó la voz y extendió sus manos diciendo:~ ~ - En mi casa
52    2, 9 |        mal cogido en las trémulas manos. Cualquiera habría visto
53    2, 9 |       oprimió su cabeza entre las manos y estuvo largo rato en meditación
54    2, 10|           D. Daniel, me quema las manos... El confesor me dijo que
55    2, 11|      retorcer una hilacha que sus manos habían encontrado allí.~ ~ -
56    2, 13|          y dio algunos pasos. Sus manos iban delante como asidas
57    2, 13|         delante como asidas a las manos de un fantasma que la guiaba.
58    2, 16|       abriría para ponerte en mis manos. Gloria, Gloria, ¿por qué
59    2, 16|         lo que estaba y cruzó sus manos en la actitud de los muertos.~ ~ - ¿
60    2, 16|        color. Daniel le tentó las manos y sintió la suya oprimida
61    2, 16|        ojos, sonrió después y sus manos crispadas apretaron con
62    2, 17|     delante de su tía, besole las manos, y entre ahogados sollozos,
63    2, 17|         la señora acariciando las manos de su sobrina - , no me
64    2, 19|      asombro.~ ~ Gloria cruzó las manos sobre el pecho, y con acento
65    2, 19|          Serafinita tomándole las manos y estrechándoselas con amor - ;
66    2, 19|         Por último se llevó ambas manos al pecho y oprimiéndoselo,
67    2, 20|          bajó lentamente, con las manos cruzadas a la espalda, la
68    2, 20|           encubierto y confiado a manos mercenarias...~ ~ Detúvose
69    2, 20|     Oprimiose la frente con ambas manos como si quisiera sujetar
70    2, 21|        Persona clavada por pies y manos; y este cuadro lamentable
71    2, 21|          dijo Gloria cruzando las manos - . Tía, querida tía, mi
72    2, 22|          rostro cadavérico, y sus manos temblaban como las del enfermo
73    2, 27|          y que yo con mis propias manos apretaré y estrujaré para
74    2, 27|          de ella, le estrechó las manos y contemplándola con amor,
75    2, 28|    apartando  ./. de sí con ambas manos la cabeza de su hijo - . ¡
76    2, 28|         dijo Daniel besándole las manos - . Óyeme, madre querida.
77    2, 28|           Concibes tú que deje en manos de los católicos a ese infeliz
78    2, 29|         el obispo extendiendo las manos.~ ~ Serafinita había acudido
79    2, 30|         Su Eminencia juntando las manos en actitud de oración.~ ~
80    2, 30|         dama juntando también las manos como D. Ángel - . Nos da
81    2, 30|           quisiera ponerle en sus manos.~ ~ D. Buenaventura dio
82    2, 31|       muerta! - dijo cruzando las manos - . Viva estoy, pues que
83    2, 32|        cubrió el rostro con ambas manos.~ ~ - ¡La religión! - dijo
84    2, 32|         al cielo, y enlazando sus manos con las del autor de su
85    2, 32|           tocaron con sus blandas manos, la examinaron, la suspendieron,