Parte,  Capítulo

 1    I, 1 |            dejando ver una cara de mujer. Sus ojos negros como una
 2    I, 1 |            semblante hermoso, esta mujer graciosa, estos negros ojitos
 3    I, 6 |            el entendimiento de una mujer era incapaz de apreciar
 4    I, 11|            sumergir el ánimo de la mujer cristiana en hondas meditaciones...~ ~
 5    I, 15|          estás mal casado y que tu mujer es capaz de hacer pecar
 6    I, 15|        haber virtud al lado de esa mujer? ¡Si usted la viera cuando
 7    I, 23|         carcomido. España, como la mujer rencillosa de que habla
 8    I, 23|      Dígame usted si hay en España mujer alguna capaz de dar su corazón
 9    I, 25|      arreglado, precavido.~ ~ - Su mujer, su infame mujer tiene la
10    I, 25|                Su mujer, su infame mujer tiene la culpa de todo.~ ~ - «¡
11    I, 28|            a Teresita la Monja, la mujer de D. Juan Amarillo.~ ~
12    I, 28|           debe sacrificarse por la mujer.~ ~ - En este asunto, la
13    I, 33|           decirse que la excelente mujer no durmió en la noche del
14    I, 37|          fueras mi esposa, ninguna mujer existiría en la tierra ni
15    I, 38|         religioso, lo mismo que su mujer, gran atisbadora de vidas
16    2, 1 |          Su Ilustrísima vestido de mujer, con un peinado entre antiguo
17    2, 1 |            tantas que ninguna otra mujer padeció más que ella.~ ~
18    2, 4 |        Amarillo era la que lavaba. Mujer rica y desocupada por tener
19    2, 4 |      cuñada de la primera, por ser mujer infelicísima del hombre
20    2, 4 |       Hacía con igual aire ropa de mujer, de hombre y de clérigo,
21    2, 5 |           la Gobernadora.~ ~ - No, mujer... acaba esas flores; que
22    2, 5 |               Jesús! ¿que dice esa mujer? - exclamó con terror Teresita - .
23    2, 7 |       pensar que al entrar tú, una mujer de mi sangre y de mi nombre
24    2, 8 |      delanteras en la cabeza a una mujer. Espoleado briosamente,
25    2, 9 |          en los semblantes.~ ~ Una mujer menos prudente que las demás
26    2, 9 |            discorde chillido de la mujer furiosa:~ ~ - ¡El judío,
27    2, 11|         amor, por el cariño de una mujer, por cosas de un día.~ ~ -
28    2, 11|     debilidad de enamorarse de una mujer cristiana?~ ~ - Dios nos
29    2, 13|            no!... Oyendo a aquella mujer, he tenido que hacer un
30    2, 14|   alborotada conciencia de aquella mujer. El primer día no pudo arrojar
31    2, 15|           le sale al encuentro una mujer, astuta de corazón... Rencillosa
32    2, 15|           callejuela ha salido una mujer.~ ~ - Yo veo un hombre.~ ~ -
33    2, 15|        dicho: «Sima profunda es la mujer. Aquel contra el cual estuviese
34    2, 15|            el vehículo; una voz de mujer grito angustiada: «¡Jesús!»
35    2, 15|          con cortinas de hule. Una mujer aterrada y llorosa estaba
36    2, 17|            usted.~ ~ - ¿Hay fuego, mujer?~ ~ - No señora, otra cosa
37    2, 17|                  Pero qué le pasa, mujer?~ ~ Quiso acelerar más la
38    2, 17|         sus cachorros, que con una mujer necia».
39    2, 19|            hijo. Me desprecio como mujer; pero como madre no puedo
40    2, 19|         todos los seres humanos la mujer que subió al cielo en cuerpo
41    2, 19|        maternidad. Pues qué ¿a una mujer casada, a una mujer coronada
42    2, 19|            una mujer casada, a una mujer coronada con esa guirnalda
43    2, 19|       Iglesia y la sociedad; a una mujer de estas me atrevería yo
44    2, 19|            basta crucificarte como mujer, sino como madre. Viviendo
45    2, 20|           y todo ¿por qué? por una mujer... por un amor poderoso,
46    2, 20|    seguimiento para detenerme; esa mujer que adora en mí el orgullo
47    2, 22|   trastorno que la presencia de la mujer amada debía de producir
48    2, 24|         vida... Es preciso que esa mujer que es el escándalo de Ficóbriga
49    2, 24|            haya oído hablar de ti, mujer...~ ~ - La veremos - dijo
50    2, 26|            Esther~ Esther Spinoza, mujer de Moisés Morton, opulentísimo
51    2, 26|       grandes figuras de Débora la mujer - juez, de Jael la que con
52    2, 27|         resucitar a esa pobre  ./. mujer que adoro. Lo he decidido,
53    2, 27|          una víctima inocente, una mujer dotada de las más altas
54    2, 28|           no sabes aún mi secreto, mujer, ¿para qué hablas? - repuso
55    2, 28|         madama Spinoza - . ¡De esa mujer!...~ ~ - ¿Concibes tú que
56    2, 28| desencantar a una cristiana, a una mujer que ha nacido enamorada
57    2, 28|        verás cómo te desprecia esa mujer cuando descubra tu taimado
58    2, 28|            siglos que se ha vuelto mujer, dejándose dominar por los
59    2, 28|        arrancar del corazón de una mujer cristiana la fascinación
60    2, 28|        decir, lo que esta tiene de mujer.~ ~ - Yo confío en que lo
61    2, 29|         que respeto, delante de la mujer que adoro más que a mi vida!...
62    2, 29|      posible que crean lo que esta mujer dice?~ ~ - Es su madre -
63    2, 29|          afligidos ojos.~ ~ - Esta mujer no es mi madre, no lo es -
64    2, 29|            voz de ángel más que de mujer, dijo así:~ ~ - Si para
65    2, 29|        Pero ha renunciado a ser tu mujer. Ha demostrado tener un
66    2, 30|      estaba en la alcoba. La pobre mujer sintió pavor inmenso, y
67    2, 30|       aurora. El grito de la buena mujer era:~ ~ - La señorita no
68    2, 31|         alguno.~ ~ También vio una mujer. Era María Juana, pobre
69    2, 32|         agradezco en mi corazón de mujer; pero no puedo aceptarlo.
70    2, 32|       abandonara para unirse a una mujer de otra religión... ¡Esta
71    2, 32|      huyendo de mí para amar a una mujer enemiga de Jesucristo...!~ ~
72    2, 32|                 Voy a llamar a esa mujer - repitió Morton cada vez