Parte,  Capítulo

 1    I, 2 |        sus ojos el reflejo de una conciencia pura. Aquella sensibilidad
 2    I, 4 |       maestra del individuo en su conciencia, sino como un instrumento
 3    I, 6 |    imaginación, pero caduca en la conciencia; y que comprendía el decaimiento
 4    I, 10| benevolencia, paz completa con la conciencia y relaciones perfectas con
 5    I, 10|         quedándose después con la conciencia no sólo tranquila, sino
 6    I, 11|      dejarla pasar. Tal vez en su conciencia no sean tan malos como dicen -
 7    I, 12| principios como ella, y aunque su conciencia diáfana, clara y limpia
 8    I, 23|       perderse. Si tienen ustedes conciencia no deben suponerse en peligro,
 9    I, 26|          avergüenzo de ello, y mi conciencia sigue tranquila. Dios está
10    I, 30|  absolutamente todo; rebañó en su conciencia, sacando de ella hasta las
11    I, 30|        más; no puedo violentar mi conciencia...~ ~ - De modo que para
12    I, 37|     dirigió la primer mirada a su conciencia, se horrorizó. Todo era
13    I, 37|         que en tu religión no hay conciencia.~ ~ - Puedes leer en la
14    I, 37|               Dices que lea en tu conciencia? - repitió Gloria - . No,
15    I, 37|         si no te muestro ahora mi conciencia toda, tal como es, y si
16    2, 1 |       admirable temple que dan la conciencia pura y una creencia inmutable,
17    2, 1 |      franco, humor más tolerable, conciencia menos rigorista, pensar
18    2, 2 |           que nos inspire nuestra conciencia. Juan habría hecho lo mismo.~ ~ - ¡
19    2, 2 |          hecho lo mismo.~ ~ - ¡La conciencia! - exclamó Serafinita moviendo
20    2, 2 |           veces no dice nada. ¡La conciencia! ¡Ay! Ventura, yo veo a
21    2, 2 |       resultar nada bueno para la conciencia ni para la fe cristiana. ¿
22    2, 2 |                Inspirándome en mi conciencia - dijo serenamente el banquero - ,
23    2, 7 |          creo que el estado de tu conciencia sea tan malo como piensa
24    2, 10|         Mundideo padecía y que su conciencia hallábase enfrente del más
25    2, 10|         favorecido? ¿Sabes que la conciencia hace al hombre, y la ingratitud,
26    2, 10|           ingratitud, es la única conciencia de los malos?~ ~ El extranjero
27    2, 10|          supiera usted leer en mi conciencia... No sé lo que me pasa.
28    2, 10|          ideas del vulgo.~ ~ - Mi conciencia me manda que no tenga con  ./. 
29    2, 10|         se había presentado a una conciencia problema semejante, y aquel
30    2, 11|           hombre corrompido y sin conciencia, insensible a los estímulos
31    2, 11|        vaciaría estas heces de mi conciencia delante de un judío!...
32    2, 11|        infundido la fe, más en la conciencia que en la imaginación, hablándome
33    2, 11|         entre ella y yo, entre su conciencia y la mía.~ ~ - Es necesario -
34    2, 12|        asentada en el fondo de la conciencia... Si mi hermano sospechase
35    2, 13|        alguno la turbación de una conciencia sorprendida por la denuncia.~ ~ -
36    2, 14|          Barrabás hembra de mucha conciencia y no podía corresponder
37    2, 14|         poco a poco la alborotada conciencia de aquella mujer. El primer
38    2, 16|           a tu Dios, mirarás a tu conciencia y la verás tranquila y satisfecha,
39    2, 19|           me detuvo y sentí en mi conciencia el habla dulcísima de mi
40    2, 20|     perseguido eternamente por mi conciencia y no tener un solo día de
41    2, 20|          Qué pienso, qué creo yo? Conciencia, muéstrame lo que tiene
42    2, 21|       Todo lo hacía conforme a su conciencia, y no se perdonaba cosa
43    2, 21|          sus acciones; ni existió conciencia más pura, porque en ella
44    2, 22|           delito se le sale de la conciencia a los labios, que entusiástico
45    2, 24|           que tendrán ellos en su conciencia... Puede que sean cristianos
46    2, 25|         dispuesto que en casos de conciencia se aceleren las formalidades
47    2, 25|     tenemos bien claro el caso de conciencia. Si no hubiera existido
48    2, 25|       solemnidad y pausa; pero la conciencia inquieta exige que no se
49    2, 27|         en Jesucristo», porque tu conciencia te grita más alto que tu
50    2, 28|          playa, interrogando a mi conciencia. ¡Ay! no puedes tener idea
51    2, 28|        consoladora; y mi fatigada conciencia admitía aquel sobrehumano
52    2, 28|    impostura con estas razones de conciencia?~ ~ - ¡Donosas razones!...
53    2, 28|       Quieres una razón que es de conciencia y además mundana? Estos
54    2, 28|           engaño.~ ~ - Dios ve mi conciencia. ¿Qué importa engañar al
55    2, 28|           merece la verdad?... Mi conciencia está tranquila. Ha penetrado
56    2, 28|        más íntimos secretos de su conciencia, la cual el amor ha puesto
57    2, 31|        tuvo ideas claras y exacta conciencia de la realidad. Me he creído
58    2, 32|         en espantosa lucha con tu conciencia y me ha dado miedo.~ ~ - ¡
59    2, 32|   incomprensible?~ ~ - ¡Ah!... Mi conciencia no me permitía privarte
60    2, 32|   terrible proyectada por nuestra conciencia, en todas partes la encontramos;
61    2, 32|           hubiera tenido sobre mi conciencia la desesperación de tu madre.
62    2, 32|           consuelo para mí!... Mi conciencia no me acusa de nada, y muero
63    2, 32|         espíritu suspiró al tener conciencia de su nueva vida. A punto