Parte,  Capítulo

 1    I, 4 |   transigía benignamente con los hombres de ideas más contrarias
 2    I, 6 |          Por otro no veo más que hombres bien alimentados, a quienes
 3    I, 6 |       frailes, los teólogos, los hombres de inteligencia cultivada
 4    I, 6 |   laboriosas lecturas, ni aun en hombres juiciosos y amaestrados
 5    I, 8 |    gravedad y compostura, porque hombres que habían pasado toda su
 6    I, 9 | filósofos y revolucionarios. Los hombres que gobiernan al 1 país
 7    I, 9 |         entristece el ánimo. Los hombres no piensan más que en reunir
 8    I, 11|          de los jóvenes, sino de hombres sesudos y maduros, ya templados
 9    I, 12|        pues, que entre todos los hombres que he visto y oído y conocido,
10    I, 12|     estrellas y soles, la tierra hombres y gusanos... Vivimos abajo
11    I, 17|         sacerdote!... ¡Aprended, hombres sin fe! - exclamó el obispo
12    I, 19|        la dicha de arrancar ocho hombres a la muerte.~ ~ Con acento
13    I, 23|         dejada de la mano de los hombres, toda destruida y ateada,
14    I, 23|  devociones exageradas, pero los hombres huyen de la Iglesia todo
15    I, 23|     basta para decir: «somos los hombres más religiosos de la tierra?».~ ~ -
16    I, 23|       casa rezan el rosario, los hombres se echan fuera, sin que
17    I, 23|         Dios, pero ni aun de los hombres que entren en él. En Madrid,
18    I, 23| presentará como modelo. Hay aquí hombres perversos, hay hombres indiferentes
19    I, 23|      aquí hombres perversos, hay hombres indiferentes en grandísimo
20    I, 26|          por las maldades de los hombres...». ¿Qué quiso decir? ¡
21    I, 26|       cielo y a la tierra, a los hombres y a Dios: ¿por qué este
22    I, 26|       virtud y el amor, sino los hombres que con sus disputas, sus
23    I, 28|    pensado anoche que lo que los hombres han hecho los hombres pueden
24    I, 28|        los hombres han hecho los hombres pueden deshacerlo - repuso
25    I, 30|          están sujetos todos los hombres, aun los más fuertes; pero
26    I, 30|  latitudinarismo. Tú dices: «Los hombres pueden encontrar el camino
27    I, 30|         y de las disputas de los hombres sobre ella, así como de
28    I, 33|          que quieren poner a los hombres religiosos y píos; si yo
29    I, 33|         detesto las apoteosis de hombres. No se debe enaltecer más
30    I, 33|       tiempos y la maldad de los hombres han traído un poder civil
31    I, 33|    semejantes a despropósitos de hombres borrachos. Ved aquí por
32    I, 35|         juez que no cree que los hombres tengan dinero si no es robándolo?~ ~ -
33    I, 37|      abandonada de Dios y de los hombres.~ ~ - ¡Daniel, Daniel! ¿
34    I, 37|         tierra no; pero ante los hombres es inmensa... Dios mío! -
35    I, 37|         maldito de Dios y de los hombres»?~ ~ - ¡A qué delirios te
36    2, 7 |   situación ante Dios y ante los hombres! Las circunstancias terribles
37    2, 8 |         gente que había en ella: hombres y mujeres de la villa, del
38    2, 8 |    Amarillo al ver que había dos hombres bastante osados para entrar
39    2, 9 |       vapor inglés.~ ~ Mujeres y hombres, todos le miraban con estupor
40    2, 11|        presente. Yo creo que los hombres buenos y caritativos pueden
41    2, 11|         a qué negarlo? todos los hombres del día, es de esas cosas
42    2, 11|        que gobiernan a todos los hombres que tienen preceptos. No
43    2, 12|       cual según su estilo, eran hombres de mundo; habían tomado
44    2, 12|   pícaras ideas que nosotros los hombres de peso no decimos nunca,
45    2, 12|          y os haré pescadores de hombres». He aquí que si al fin
46    2, 17|      llegar de la calle, y a dos hombres desconocidos, uno de los
47    2, 17|        también lloraba y los dos hombres permanecieron en pie consternados
48    2, 18|        mi tío es el mejor de los hombres... yo también le adoro a
49    2, 20|       hicieran caso de él ni los hombres ni los peces. Sentado en
50    2, 20|  religión es la única en que los hombres pueden salvarse, la única
51    2, 21|              Y para juzgarla los hombres y condenarla debían a su
52    2, 22|        paso iban los penitentes, hombres que habían venido de los
53    2, 27|      mismo, el Dios de todos los hombres me grita que lo haga. Esto
54    2, 27|      predilecto de Dios y de los hombres, todo lo desprecias, todo
55    2, 28|      vituperó los pecados de los hombres que trajeron la pícara multiplicación
56    2, 31|          gallos; vio pasar a dos hombres; ladráronle algunos perros
57    2, 32|         de Resurrección~ Los dos hombres se levantaron y Juana recogió
58    2, 32|  Jesucristo para quien todos los hombres son iguales. ¡Esposo! te
59    2, 32|   creyéndose el más cruel de los hombres si no lo decía.~ ~ - En