Parte,  Capítulo

 1    I, 1 | destructoras el huracán. Hasta el mar, el displicente y sañudo
 2    I, 1 |          van ascendiendo desde el mar hasta las montañas, subiéndose
 3    I, 1 |        dónde va, ni dónde está el mar que la espera, metiéndose
 4    I, 1 |        desde el cual se domina el mar por el Norte, la extensión
 5    I, 8 |      inmensa, como el bramido del mar irritado, le saludó. De
 6    I, 10|     pasear por el pueblo hacia la mar, bajando casi siempre a
 7    I, 10|     seguían por la superficie del mar, y cuando atracaban, tenía
 8    I, 11|         como el buzo se arroja al mar, él se sumergió en el océano
 9    I, 13|       ante los ojos para mirar al mar - . Hoy vendrá buena sardina...
10    I, 13|            hola... está picada la mar.~ ~ - ¿Tendremos temporal? -
11    I, 13|     aplanado cuya falda tocaba el mar y que tenía por nombre la
12    I, 13|         rústica bajada se veía el mar en extensión considerable.
13    I, 13|           con furia loca sobre el mar, y embistiendo las olas
14    I, 15|      Estuve dudando si echarme al mar o emborracharme para dormir
15    I, 15|          unas ganas de echarme al mar... ¡Qué bien se debe de
16    I, 17|        todos y entre la bruma del mar vieron un fantasma que elevaba
17    I, 18|      lanchas de pesca, salía a la mar muchos días y era más conocedor
18    I, 18|          Muchos aseguraban que el mar le tenía miedo, y bien se
19    I, 19|  Ficóbriga, humildísimo puerto de mar, que si tuvo la desgracia
20    I, 20|        pico de Monteluz, junto al mar; y seis veces se hundió
21    I, 20|           la furia del borrascoso mar en términos tan vivos, que
22    I, 28|           abandonado, vecino a la mar, expuesto a todos los vientos,
23    I, 28|        ella era el cielo azul, la mar profunda y llena de patéticas
24    I, 28|        riendo - , estoy viendo el mar y el cielo. Es admirable
25    I, 35|         pendientes que bajaban al mar.~ ~ Una pesada y tibia gota
26    I, 35|         tembló la tierra... En la mar fue tu camino, y tus sendas
27    2, 1 |          vuelta por la orilla del mar en compañía de Francisca.
28    2, 3 |    reinaría ya sin rival entre el mar y la Pesqueruela, entre
29    2, 6 |      desierto después de pasar el mar Rojo, la escasez que sufrieron,
30    2, 8 |          villa, del campo y de la mar, creyentes los unos, tocados
31    2, 8 |         empezaron a probar que la mar no cría puños de algodón. ¡
32    2, 8 |        cayendo en aquel hirviente mar de pies y manos.~ ~ El cuadro
33    2, 9 |        dos años que no salgo a la mar y vivo en la mayor miseria,
34    2, 12|       desgracia viene un brazo de mar y nos quiere llevar, es
35    2, 13|        percibía el resuello de la mar jamás callada ni aun cuando
36    2, 15|         que corrían, viniendo del mar y en dirección a las montañas,
37    2, 15|          pasear por la orilla del mar? - dijo Sansón - . ¿Nos
38    2, 16|          hayamos separado, iré al mar, iré a ese buen amigo que
39    2, 20|      cielos apagados o por la del mar, cuya exclamación grave
40    2, 20|           Daniel, contemplando el mar grave y cadencioso, especie
41    2, 20|  equilibrio misteriosos. En aquel mar, en su voz semejante al
42    2, 20|         adelante, y mirado por el mar cuyas olas son una fisonomía,
43    2, 20|      aclararse, la superficie del mar brillaba junto al horizonte,
44    2, 20|          unas a otras la mano, el mar sonoro y las flores, que
45    2, 20|           al suelo y contempló el mar que bajaba, recogiendo sus
46    2, 22|        por la superficie de aquel mar de gente.~ ~ Tras el segundo
47    2, 24|          judío a quien escupió el mar en Ficóbriga, y fue aposentado
48    2, 28|           medio del estruendo del mar: «¡O la solución o la muerte!...».
49    2, 29|          de alma en alma, y aquel mar se alborotaba con olas de
50    2, 29|            no se oía el ruido del mar. Todo era silencio y quietud,
51    2, 29|        que equivale a cien vidas, mar entre dos orillas cercanas;
52    2, 30|       extensión de los cielos, el mar, pero no la tierra ni el
53    2, 30|           verla, y entrando en el mar, corrió por encima de él.
54    2, 31|       ancho horizonte. Se veía el mar a lo lejos, confundiéndose
55    2, 31|           como las nubes sobre el mar... ¡Oh! ¡Desgraciada de
56    2, 33|          quejándose alborotada la mar, dejaba oír en toda la costa