Parte,  Capítulo

 1    I, 3 |          de escaso interés para el cuerpo y para el alma. ¡Cuándo
 2    I, 3 |           al Cristo, en cuyo santo cuerpo las moscas habían hecho
 3    I, 7 |        verle alegría tan viva, que cuerpo y alma se reanimaron con
 4    I, 12|         ninguna parte, si no tiene cuerpo, ni vida, ni realidad?... ¡
 5    I, 15|          llevaron al cementerio el cuerpo del tío Fulastre, se le
 6    I, 15|          faz angulosa, el estevado cuerpo, la color amarilla de José
 7    I, 16|         alma si no lo referimos al cuerpo.~ ~ Sopló de súbito otra
 8    I, 17|           de la nave que ya era un cuerpo inmóvil, y se posesionaron
 9    I, 18|   sanguíneo, fuerte, grandísimo de cuerpo, animoso hasta la temeridad,
10    I, 21|       monte cual ave, estuviese su cuerpo en lugar tan rastrero como
11    I, 21|           calor que les dejó en el cuerpo la silla ministerial. Los
12    I, 23|       necias. Fuera todo eso, y el cuerpo enfermo recobrará su vigor.~ ~
13    I, 26|        resbalaron sobre el hermoso cuerpo medio vestido de la enamorada
14    I, 30|         los demonios arrojados del cuerpo, entre alaridos. Tú no has
15    I, 33|          del alma o la dulzura del cuerpo, y también gran copia de
16    I, 33|          pestilente lepra cubre el cuerpo social. El llamado espíritu
17    I, 33| extranjeros que han dañado nuestro cuerpo. Gozaba España desde edades
18    I, 37|           Gloria sintió frío en el cuerpo y en el alma. Volvía lentamente
19    I, 37|           de ti en el alma y en el cuerpo, y descubrirme equivalía
20    I, 39|           Morton se abalanzaron al cuerpo del infeliz padre. Lo examinaron:
21    2, 1 |            viene el mirlo». Era su cuerpo alto y no fornido, un poco
22    2, 2 |        alma huyó escandalizada del cuerpo en un instante horrible.
23    2, 2 |           y encorvó ligeramente el cuerpo y se puso a pasear por el
24    2, 3 |       decían que estaba enferma de cuerpo y de espíritu. Teresita
25    2, 4 |           al carpintero. El divino cuerpo consistía en un tosco madero
26    2, 4 |   gallardía y elegante soltura del cuerpo de D. Juan Amarillo. En
27    2, 5 |         Apenas quedara cubierto el cuerpo del Señor abriose la puerta
28    2, 5 |          redonda como avellana, un cuerpo forrado en verdinegra funda
29    2, 7 |         comenzó a aliviarse. Ya su cuerpo se fatigaba extremadamente
30    2, 8 |        bien gigantesco, de robusto cuerpo y puños como martillos.~ ~
31    2, 8 |         cirial y que caía sobre un cuerpo duro; viose la cabeza del
32    2, 8 |           su divina cara, ni en su cuerpo y traje: los dos animales
33    2, 9 |            primera necesidad de su cuerpo, este, que cuando le niegan
34    2, 9 |            estatura corpulenta; su cuerpo, a pesar de la desnudez
35    2, 15|         dormir si para ello tienes cuerpo. Yo te despertaré en caso
36    2, 17|        extendida una mano, todo su cuerpo y fisonomía como estatua
37    2, 19|        mujer que subió al cielo en cuerpo y alma. Los sentimientos
38    2, 20|           perros, sin que jamás mi cuerpo disfrute el descanso del
39    2, 21|           de su voluntad vencía al cuerpo, infundiéndole una resistencia
40    2, 21|        santa imagen, y si das a mi cuerpo el santo tormento de que
41    2, 21|            Perezcan los ojos de mi cuerpo, que de nada me sirven,
42    2, 28|           le devuelvo la salud del cuerpo, la arranco de este horrible
43    2, 30|      enlazando con ambos brazos el cuerpo de su sobrina.~ ~ - ¿Para
44    2, 30|            idea, y dándoles vida y cuerpo en su fantasía poderosa
45    2, 30|          de su espíritu roncaba el cuerpo con estrépito. Pero después
46    2, 31|         cómo me canso, si no tengo cuerpo... Lo he dejado en la fosa.~ ~
47    2, 31|           rodillas se doblaban, su cuerpo desmayado y flojo apenas
48    2, 31|            estoy? Si parece que mi cuerpo se clava en la tierra, que
49    2, 32|             no es verdad? Mi pobre cuerpo será polvo y nada sentirá.
50    2, 32|          de su boca, aquel hermoso cuerpo, que iba cayendo en el frío
51    2, 33|           pasado su nivel sobre el cuerpo, y el mundo seguía su marcha.
52    2, 33|        arte y de la fe; que le dio cuerpo y vida la ardiente inspiración