Parte,  Capítulo

 1    I, 1 |        sino en el mapa moral de España, donde yo la he visto.~ ~
 2    I, 4 |   políticos del Siglo de oro en España, cuanto pudiera hallar de
 3    I, 5 |       en su sentir los reyes de España habían hecho mal en arrojar
 4    I, 5 |         cuarenta años Francia y España, no hallarás una sola página...
 5    I, 6 |        de que tanto se envanece España por sus riquezas de estilo,
 6    I, 6 |      admirable que ha producido España y los siglos todos. Basta
 7    I, 9 |       también sobre la católica España, y la abrasarán, y podrá
 8    I, 19|     murmuró en español.~ ~ - En España, en Ficóbriga, humildísimo
 9    I, 21|       parece excelente.~ ~ - En España, por el contrario, es la
10    I, 23|        Mediodía y la capital de España - añadió - . Ignoro si el
11    I, 23|         se ofenda por esto, que España es el país, no diré más
12    I, 23|   Hablan de revoluciones! Si en España no ha habido nada que merezca
13    I, 23|        nombre, amigo mío. Si en España todos los trastornos políticos
14    I, 23|       todo estaba ya carcomido. España, como la mujer rencillosa
15    I, 23|      duda el organismo moral de España es tan endeble como el de
16    I, 23|         tienen más que el olor. España, por lo que veo, no puede
17    I, 23| saludable intemperie del siglo. España se parece al enfermo de
18    I, 23|      nunca me probará usted que España es el país menos religioso
19    I, 23|     pasa en Madrid pasa en toda España. El sentimiento católico
20    I, 23|          Dígame usted si hay en España mujer alguna capaz de dar
21    I, 23|     opinión con lealtad. Creo a España el país más irreligioso
22    I, 33|   dañado nuestro cuerpo. Gozaba España desde edades remotas el
23    I, 33|            No y mil veces no. O España dejará de ser España, o
24    I, 33|          O España dejará de ser España, o su suelo se ha de limpiar
25    I, 34|      bobos, Sr. Morton; aquí en España no nos mamamos el dedo y
26    I, 34|        lo mismo en toda nuestra España, y tras de cada siembra
27    I, 37|  Córdoba y fueron expulsados de España por una ley inicua, hasta
28    2, 2 |     caso como este, al menos en España. Se podría creer que Dios
29    2, 3 |   encarnados, que no son los de España. Después sale Francisca,
30    2, 11|       recibido, la expulsión de España, el injusto odio de los
31    2, 26|        polvo humano arrojado de España, oye hablar un castellano
32    2, 29|      del desgobierno que hay en España... Dirá después que se equivocó,