Parte,  Capítulo

 1    I, 9 |         Juan Amarillo, el cura y el alcalde de Ficóbriga, los tres indianos
 2    I, 18|         Habían bajado a la playa el alcalde, el secretario, el alguacil
 3    2, 3 |             antes a la categoría de alcalde, con lo cual su respetabilidad,
 4    2, 3 |             Buenaventura y el digno alcalde, este habló a su amigo de
 5    2, 3 |        fueron sino pretextos que el alcalde tomaba para hablar de un
 6    2, 8 |        futuras.~ ~ - ¡Paso al señor alcalde! - gritaba el gentío.~ ~
 7    2, 8 |          contienda espantosa. ¡Y el alcalde, aquel varón destinado por
 8    2, 8 |      descomunal contienda!... ¡Y el alcalde, aquella personalidad augusta
 9    2, 8 |           tiendas... ¡Y en tanto el alcalde, aquella providencia, aquella
10    2, 9 |     razonable es que nuestro celoso alcalde no llevó más adelante sus
11    2, 14|            deseaba servir, el mismo alcalde de Ficóbriga Sr. D. Juan
12    2, 14|        conversión del israelita, el alcalde no temió que su pueblo se
13    2, 14|         añadiendo que él, a fuer de alcalde, tomaba para sí toda la
14    2, 22|            y alguaciles, el soplado alcalde don Juan y el jefe de los
15    2, 23|         estaban hechas a miradas de alcalde, soltaron la risa. D. Juan,
16    2, 24|           cuñada Teresa, esposa del alcalde de Ficóbriga y persona de
17    2, 24|           viveza - . ¡La señora del alcalde!... Mi hijo me ha dicho
18    2, 24|            me ha dicho que al señor alcalde de Ficóbriga debe este alojamiento
19    2, 24|              Deseo conocer al señor Alcalde y a su esposa - añadió Esther.~ ~ -
20    2, 24|             usted era la señora del alcalde, recordé lo que me había
21    2, 24|             hablar de la señora del alcalde... Era natural... He aquí
22    2, 29|        profundo al ver que el señor alcalde no venía solo. Con él venía
23    2, 29|       Esther con desconsuelo - . El alcalde, que sabe cumplir su deber,
24    2, 29|    dispuesto a estrangular al señor alcalde. Cuando oyó la dulce voz
25    2, 29|        Inglaterra - añadió el fiero alcalde - , por cuyo gobierno es
26    2, 29|             de abalanzarse sobre el alcalde. D. Buenaventura y Romero
27    2, 29|     palabras:~ ~ - ¡Lo que el señor alcalde ha dicho... es verdad!~ ~ -
28    2, 29|          derecha.~ ~ - Ese horrible alcalde - dijo Morton - , no podrá
29    2, 29|          vuelto idiota.~ ~ - Sí, el alcalde me ha asegurado que podría
30    2, 29|             cesado los susurros del alcalde, Sedeño y Romero; los tres
31    2, 30| Buenaventura de muy mal talante, el alcalde no pudo obtener tampoco