Parte,  Capítulo

 1    I, 4 |       confusión de las lenguas y tras la confusión la dispersión
 2    I, 4 |        confusión la dispersión y tras la dispersión la esclavitud,
 3    I, 5 |           decía D. Juan entrando tras ella y sorprendiéndola en
 4    I, 13|         los tejados y arrancando tras sí todas las tejas que no
 5    I, 14|          corrió y alguien corría tras ella. Indudablemente oía
 6    I, 20|           y seis veces se hundió tras la cotera de Dª Fronilde,
 7    I, 21|       con mucha lentitud palabra tras palabra - ; le digo a usted
 8    I, 26|        la cabeza descubierta.~ ~ Tras la cena venía un poco de
 9    I, 27|     extraviada; llamarla, correr tras ella. Si a pesar de eso
10    I, 31|         atropelladamente demonio tras demonio. Del latitudinarismo
11    I, 34|        en toda nuestra España, y tras de cada siembra de sanos
12    I, 35|        primer impulso fue correr tras ella, pero se contuvo y
13    I, 35|         su escondite para correr tras ella.~ ~ - ¡Qué esté condenado
14    I, 35|        presentes se alejaron uno tras otro.~ ~ - Pero yo quiero
15    I, 35|            dijo Daniel corriendo tras ella.~ ~ Gloria entró y
16    2, 2 |     repuso Serafinita rascándose tras de la oreja con una de las
17    2, 6 |      todas las penas que dejaron tras sí, las cuales bastarían
18    2, 13|       triste claridad que dejaba tras sí la vela con que se alumbraba.~ ~
19    2, 15|        estrangulo... Ocultémonos tras esta esquina, porque vienen
20    2, 15|        Los dos hebreos corrieron tras él; pero el coche avanzaba
21    2, 22| Buenaventura a la izquierda.~ ~  Tras cuatro guardias civiles
22    2, 22|        de aquel mar de gente.~ ~ Tras el segundo paso iban los
23    2, 24|   tampoco criada; cuando vio que tras el coche ocupado por ellas
24    2, 31|    seguir a corriendo. Al llegar tras un gran castaño, reconoció
25    2, 32|          la alcoba. Todos fueron tras ella, menos Sansón, a quien
26    2, 32|          matando lentamente, día tras día. El padecer será meritorio;
27    2, 32|       corriendo al lado de ella. Tras él venían María Juana y