Parte,  Capítulo

 1    I, 3 |    habían empezado a comer los pies de San Juan!...~ ~ - ¡Abominables
 2    I, 3 |    Santo en las heridas de los pies no sé qué pastas y rellenos,
 3    I, 3 |  ratones se atrevieron con los pies de San Juan, fue porque
 4    I, 24|       no tiene que ponerme los pies en casa...~ ~ - Pero, papá...~ ~ -
 5    I, 25|    viendo correr por entre sus pies a las holgazanas y rastreras
 6    I, 25|         y llorando le besé los pies. Él me levantó, y abrazándome... ¡
 7    I, 33|       paz a las manos ni a los pies, apercibiéndolo todo con
 8    I, 34|    este se estremecía bajo sus pies. Mas no tardó en hallar
 9    I, 35|      desde la cabeza hasta los pies, como una deidad de los
10    I, 37|        que ve abrirse bajo sus pies la tierra y salir las llamas
11    I, 37|   arrodilló, y abrazándole los pies, gritó con voz dolorida:~ ~ -
12    I, 39|        faltara la tierra a sus pies, cayó violentamente al suelo
13    2, 5 |    funda desde el cuello a los pies, dos brazos negros, en fin,
14    2, 8 | amonestando, aquellos desnudos pies que pronto serán clavados
15    2, 8 |        y no gustaba de que sus pies tropezaran primero en cortante
16    2, 8 |      en aquel hirviente mar de pies y manos.~ ~ El cuadro de
17    2, 13|       y sus pasos, como los de pies que andan sobre nubes, no
18    2, 13|        poniendo suavemente los pies en cada escalón, y si algún
19    2, 15| Rencillosa y alborotadora, sus pies no pueden estar en casa».~ ~ -
20    2, 20|      acercaba.  ./. Cuando sus pies se hundían en la arena y
21    2, 20| decirle: «aquí me tienes a tus pies, aquí está el que se vanagloriaba
22    2, 20|    sobre la arena, mojando los pies del pensativo. Retirose
23    2, 21|     Divina Persona clavada por pies y manos; y este cuadro lamentable
24    2, 21|       que llegues, y ante esos pies taladrados por el clavo,
25    2, 27|          Daniel se sentó a los pies de Esther, apoyando sus
26    2, 29|  andando con las puntas de los pies; hizo señas al cura y a
27    2, 29|        hebreo se estremeció de pies a cabeza, sintiendo una