Parte,  Capítulo

 1    I, 5 |         musical.~ ~ Lantigua la oyó recitar trozos de historia
 2    I, 6 |        de Lantigua, cuando esto oyó, estuvo largo rato perplejo
 3    I, 20|        arrojando la madreselva, oyó con toda su alma.~ ~ - Has
 4    I, 21|       este camino. Al poco rato oyó voces y se detuvo. Su primera
 5    I, 21|         y seguir adelante. Pero oyó pronunciar su nombre, reconociendo
 6    I, 32|      dijo Gloria después que le oyó alabarse de sus recientes
 7    I, 35|    palabras dulcísimas, y Sildo oyó claramente: «Sube en el
 8    I, 39|        En su paroxismo de dolor oyó los lúgubres pasos de los
 9    2, 6 |      Gloria sobre el mismo tema oyó de sus labios estas palabras:~ ~ -
10    2, 6 |    raudales las lágrimas cuando oyó cantar: «Oh Dios que enviaste
11    2, 7 |    alborotadas algunas mujeres, oyó rumor de voces y gritos
12    2, 8 | circundado de rayos de gloria y oyó como un Ave Caesar imperator,
13    2, 8 |       de Gloria. Cuarto: cuando oyó decir en la iglesia de Ficóbriga: - «¡
14    2, 9 |      groseras insinuaciones que oyó en la puerta, y subía resueltamente
15    2, 9 |  mirarle como a un objeto raro. Oyó soeces invectivas o necedades
16    2, 10|         se elevaban fantasmas y oyó esas aterradoras preguntas
17    2, 13|   formular esta idea, cuando se oyó la primera campanada, larga,
18    2, 14|         protector al hebreo.~ ~ Oyó Isidorita la proposición
19    2, 15|    poder explicarla.~ ~ Después oyó cantar un gallo, y a la
20    2, 22|     presa de un delirio, cuando oyó a su tío pronunciar estas
21    2, 24|         gala - . En seguida que oyó hablar de la señora del
22    2, 27|       de revelártelo.~ ~ Esther oyó con la más viva ansiedad.~ ~ -
23    2, 29|        al señor alcalde. Cuando oyó la dulce voz del prelado,
24    2, 31|        le faltó la respiración. Oyó canto a los gallos; vio
25    2, 31|       Gloria, y al mismo tiempo oyó voces.~ ~ - Están despiertos -
26    2, 32|    últimos alientos de la joven oyó estas palabras.~ ~ - Mañana...
27    2, 32|         infinito, Daniel Morton oyó las campanas que dentro