Parte,  Capítulo

 1    I, 6 | comprendía el decaimiento de la raza española, que a la sazón
 2    I, 23|        industrial, social. Cada raza tiene su organización propia.
 3    I, 37|       injuries a mi desgraciada raza, ni participes de un odio
 4    I, 37|     perversa.~ ~ - Maldice a tu raza que, sacrificando a Jesús,
 5    2, 11|    Madrid, y por personas de su raza de usted a quienes estimo
 6    2, 11|       gran prestigio en nuestra raza, por sostener con noble
 7    2, 11|    además de la religión, es la raza, es una especie de suelo
 8    2, 11|     esto, obedezco a una ley de raza: ¡y qué terribles son las
 9    2, 11|      terribles son las leyes de raza! El mismo valladar insuperable
10    2, 11|       en la humanidad, como una raza abyecta y manchada, y nos
11    2, 11|        el acendrado fuego de la raza. Yo siento la pasión de
12    2, 11|         la suerte infeliz de mi raza. Desde que tuve uso de razón,
13    2, 11|   estaba usted de la idea de su raza, si esta idea le ocupaba
14    2, 12|       más que de religión es de raza... Y si aún vacilara tengo
15    2, 14|   hospitalidad de aquella noble raza, cerrar a un ser humano
16    2, 18|       para cebo... un hombre de raza maldita por Dios y que expía
17    2, 20|        los agravios hechos a mi raza... ¡Oh! Dios, Dios... ¿qué
18    2, 20|       todo, a mi historia, a mi raza, a mi culto, a mi familia,
19    2, 20|    adora en mí el orgullo de su raza y que morirá de seguro cuando
20    2, 25|        a ese infeliz réprobo de raza deicida y que tantos trastornos
21    2, 25|       su esposa. El único de la raza que estaba allí era Sansón,
22    2, 26|      clases elevadas de aquella raza, y que no deben sorprendernos
23    2, 27|       prestigio que quedan a la raza judía? ¿Qué has hecho de
24    2, 27|   nombre y tu familia, tu pobre raza sin patria, la Ley santa
25    2, 28| criándome en el odio de nuestra raza y enseñándome a maldecir
26    2, 32|       tiene: su fanatismo es de raza.~ ~ - Lo mismo da. Al momento