Parte,  Capítulo

 1    I, 3 |            dar tres jabonaduras al Cristo, en cuyo santo cuerpo las
 2    I, 5 |     Política de Dios y Gobierno de Cristo, y como el sabio colector
 3    I, 9 |      gobierno posible que es el de Cristo, marchan con paso ligero
 4    I, 9 |       honroso nombre de soldado de Cristo. La Iglesia pelea allí donde
 5    I, 12|           casaré con tu soldado de Cristo».~ ~ Luego siguió pensando
 6    I, 17|             bien por el soldado de Cristo! ¡Bien por el sacerdote!... ¡
 7    I, 20|         que soy indigno apóstol de Cristo si no consigo...~ ~ - ¿Convertirle? -
 8    I, 20| conquistado una oveja al rebaño de Cristo, y aumentado los celestes
 9    I, 21|         indicó el joven campeón de Cristo mirando fijamente al suelo,
10    I, 23|         recientes de la Iglesia de Cristo.~ ~ Mas de tanta erudición,
11    I, 23|          avanzados de las filas de Cristo, cuidan mucho, en sociedad,
12    I, 26|          fin puso la mano sobre el Cristo de marfil que presidía en
13    I, 28|         dolor, como el imitador de Cristo a quien este ha dicho: «
14    I, 30|          suelta del buen pastor de Cristo.~ ~ Cuando concluyó, D.
15    I, 32|        perfecciones del soldado de Cristo y su detestable afecto a
16    I, 32|            Bien por el ejército de Cristo! - exclamó Amarillo con
17    I, 37|         Arrodíllate delante de ese Cristo y creeré cuanto me digas.~ ~ -
18    2, 8 |         Abadía por el callejón del Cristo Viejo. El sitio llamado
19    2, 21|            soñado con la pasión de Cristo, con los horribles judíos
20    2, 22|           un infiel en el reino de Cristo; y sin embargo de esto,
21    2, 22|      pronunciar el dulce nombre de Cristo mientras lo niega el corazón;
22    2, 22|         aquel inmortal suspiro del Cristo, tan bien expresado en el
23    2, 26|      cornarinas. Otro le vendió un Cristo de marfil en mil libras,
24    2, 27|          añadidura, y proclamar al Cristo en la misma tierra que impíamente
25    2, 28|          más que la fascinación de Cristo, de aquel hombre extraordinario
26    2, 32|          en la pared, además de un Cristo en estampa, había varias