Parte,  Capítulo

 1    I, 3 |        aquí. Siéntate...~ ~ - ¡Ay! no puedo, no puedo ver
 2    I, 3 |   quedado como un oro... Pero ¡ay! ¡si supiera usted que los
 3    I, 12|      los muchachos del día... ¡Ay!... allí viene; huyamos.~ ~
 4    I, 15|    sitio donde sentarse.~ ~ - ¡Ay, niña de mi corazón! Esto
 5    I, 15|      Aprovechemos este claro. ¡Ay, cómo estarán esas calles!~ ~ -
 6    I, 25|    obedece, ¿no es verdad?... ¡Ay, señorita de mi alma, yo
 7    I, 25|    Preguntome cuánto debía... ¡Ay! yo había cantado muchas
 8    I, 26|    veía sino que te hallaba». ¡Ay! Mi corazón le aguardaba
 9    I, 26|     para cubrir sus rencores. ¡Ay! Los que se aman son de
10    I, 26|        Rebélate, rebélate!... ¡Ay de ti si no te rebelas!~ ~
11    I, 28|       dos... nos amamos; pero ¡ay! si nuestras almas adoran
12    I, 33|        ellas echaron suertes. ¡Ay de los impíos que después
13    2, 2 |         ese es nuestro deber. ¡Ay! para algunos es una obligación
14    2, 2 |    dice nada. ¡La conciencia! ¡Ay! Ventura, yo veo a la tuya
15    2, 5 |      mismo tiempo decía:~ ~ - ¡Ay! ¡Jesús mío, cómo estás!...
16    2, 5 |        el Salvador - ... Pero ¡ay! amigas lo que me ocurre
17    2, 5 |        no era de plumas.~ ~ - ¡Ay mi niño, cómo pesas!...
18    2, 5 |      alforja de este tunante. ¡Ay qué guapo vas a estar!...~ ~ - ¡
19    2, 7 |      hundió en los abismos... ¡Ay! no puedes apartar de ti
20    2, 18|    pero...~ ~ - ¿Pero qué?... ¡Ay! pobre hija de mi corazón,
21    2, 23|     tener piernas y brazos... ¡Ay! hijo, creí que no me había
22    2, 24|        una bendición de Dios. ¡Ay, Jesús, qué blasfemia he
23    2, 27| amenazas de no quererme.~ ~ - ¡Ay, hijo de mi corazón! - exclamó
24    2, 28| interrogando a mi conciencia. ¡Ay! no puedes tener idea de
25    2, 32|  también. Pensé en mi hijo... ¡Ay de mí! Si yo viviera muchos
26    2, 32|        favor?~ ~ - ¿Qué?~ ~ - ¡Ay! no puedo moverme. Parece