Parte,  Capítulo

 1    I, 7 |       preparado; que entren las señoras...». «Pues allá van las
 2    I, 7 |               Pues allá van las señoras...». «Música, tío, música...». «
 3    2, 1 |      Sonreían persignándose las señoras, y acto continuo entraban
 4    2, 5 |       al rebaño.~ ~ - ¿Qué tal, señoras mías, se trabaja muchito? -
 5    2, 5 |       al animal en su sitio - . Señoras, adiós.~ ~ - ¿Pero te vas?~ ~ -
 6    2, 5 |          No se vaya usted.~ ~ - Señoras, hay que tener paciencia -
 7    2, 5 |         señor cura para que las señoras lo pongan en la alforja
 8    2, 5 |          dijo alegremente:~ ~ - Señoras, el cura se ha ido... ¡Ah!
 9    2, 5 |     dijo: «Ve y pregunta a esas señoras si quieren tomar alguna
10    2, 5 |             Pero qué tienen las señoras? - añadió observándolas
11    2, 5 |         un mohín grotesco.~ ~ - Señoras - dijo - , ¿saben ustedes
12    2, 5 |    algún brebaje...~ ~ - Ánimo, señoras; eso se llama hallarse en
13    2, 5 |      pobre animalito. Hay algo, señoras, aquí hay algo que no comprendemos.~ ~ -
14    2, 5 | Gobernadora de las armas - . Sí señoras, lo he visto.~ ~ - ¡Jesús! ¿
15    2, 6 |          Al poco rato otras dos señoras y un hombre huyeron también
16    2, 7 |      mandarlo.~ ~ - Esas buenas señoras - continuó Serafinita - ,
17    2, 22|    otras con humildes pañuelos, señoras y aldeanas, amas y criadas,
18    2, 23|         Su Eminencia venían dos señoras, una de ellas muy principal
19    2, 23|          terrible; pero las dos señoras, que sin duda no estaban
20    2, 23|      arzobispo señaló a las dos señoras que no lejos de él estaban,
21    2, 23|  atreviéndose a meterse con las señoras desde que las vio tan mano
22    2, 23|   brindándose a acompañar a las señoras, las guiaba por las calles
23    2, 24|       el alojamiento de las dos señoras, a quienes trató con la
24    2, 24|         a las dos de la mañana, señoras!... Vamos, digo que esa