Parte,  Capítulo

 1    I, 1 |         pulcras y cómodas. ¡Qué calles, Santo Dios! Las pobres
 2    I, 5 |      música de organillo de las calles. No me digas que así es
 3    I, 8 |   igualarse a los chicos de las calles ni a los holgazanes, como
 4    I, 15|         como un guijarro de las calles, a quien todo el mundo da
 5    I, 15|           Ay, cómo estarán esas calles!~ ~ - La distancia es corta.~ ~
 6    I, 28|        extremos formando anchas calles, y algunos pinos se separan
 7    I, 33|     decir:~ ~ - Más vale que te calles, pedazo de alcornoque.~ ~ -
 8    I, 35|      Pasó algún tiempo más. Las calles eran ríos. Los tejados vaciaban
 9    2, 8 |     donde afluyen tres o cuatro calles tortuosas y mezquinas, una
10    2, 8 |    cuando por una de las boca - calles de enfrente entró también
11    2, 8 |    dispersiones que atascan las calles como barrancos estrechos
12    2, 9 |    techo.~ ~ A pesar de que las calles de Ficóbriga estaban muy
13    2, 9 |       haber recorrido todas las calles, encontró en sitio solitario
14    2, 9 | Poquísima gente había ya en las calles de Ficóbriga, por lo cual
15    2, 9 |     solitaria excursión por las calles sentía pasos, volvíase y
16    2, 10|         que estar barriendo las calles con mi lengua, o cargando
17    2, 14|        no se dejaran ver en las calles de Ficóbriga. Así lo prometieron
18    2, 23|     señoras, las guiaba por las calles de Ficóbriga.
19    2, 29|  predicando el hebraísmo en las calles... dirá cualquier cosa,