Parte,  Capítulo

 1    I, 6 |              Pero en sus horas de soledad, en sus arrobamientos y
 2    I, 8 |          pícara! ¡Dejarnos en tal soledad...! ¿Se acuerda usted de
 3    I, 12|         su acuerdo. Advirtió gran soledad en el jardín, bastante caldeado
 4    I, 12|         Complacida del silencio y soledad en que estaba, dejose ir
 5    I, 28|          tiempo más. Piensa en mi soledad, que va a ser como la de
 6    2, 7 | remordimiento, quiero vivir en la soledad más negra y más completa
 7    2, 9 |    religión y no te apiadas de la soledad en que estoy, sin un amigo,
 8    2, 11|         he pasado años enteros en soledad sombría, como los anacoretas
 9    2, 20|         de la madre y el hijo, mi soledad, el remordimiento implacable
10    2, 20|         pensar en su enojo, en su soledad. En mi familia se llora
11    2, 25|   privarse de oír el sermón de la Soledad que D. Silvestre predicaría
12    2, 25|          tan oscuro por amor a la soledad y porque se había cansado
13    2, 29|     felicitar por su sermón de la Soledad predicado en la tarde del
14    2, 29|          a la propia imagen de la Soledad, diciéndole: «Señora, ¿dónde
15    2, 32|    pudiéramos gozar de esta grata soledad perpetuamente, como es nuestro
16    2, 33|           vivido no había más que soledad, silencio, olvido.~ ~ El