Parte,  Capítulo

 1    I, 1 |       sus vagas tintas con las nubes; en las más próximas se
 2    I, 1 |      lobanillos, hasta que las nubes envuelven en blancos velos
 3    I, 8 | paraguas, que desafiaban a las nubes.~ ~ Cuando D. Ángel llegó
 4    I, 20| poniéndola todos en las mismas nubes como en realidad merecía;
 5    I, 21|     paseando por encima de las nubes, y si es niño, correteando
 6    I, 22|        Le ponen a usted en las nubes... aquí; lea usted - dijo
 7    I, 26|        reloj de la Abadía, las nubes, los barcos, Germán, Caifás,
 8    I, 35|   temblaron los abismos... Las nubes echaron inundaciones de
 9    I, 39|        juicio y aparezca entre nubes de fuego el que ha de venir
10    2, 7 |     inválidos, dos cojos y las nubes de incienso suspendidas
11    2, 8 |    unas humaredas que parecían nubes.~ ~ D. Silvestre llevaba
12    2, 13|        de pies que andan sobre nubes, no se sentían. Largo rato
13    2, 15|    luna llena; pero las muchas nubes que corrían, viniendo del
14    2, 20|     que mecía los árboles, las nubes que pomposamente discurrían
15    2, 31|    salido de entre un grupo de nubes, como una belleza que arroja
16    2, 31|       huyen corriendo como las nubes sobre el mar... ¡Oh! ¡Desgraciada