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Alfabética [« »] cuyas 12 cuyo 23 cuyos 6 d 556 da 32 dª 43 daba 21 | Frecuencia [« »] 627 gloria 611 mi 597 pero 556 d 535 le 528 yo 499 si | Benito Pérez Galdós Gloria IntraText - Concordancias d |
Parte, Capítulo
1 I, 4 | de Lantigua. Sus ideas~ D. Juan Crisóstomo de Lantigua 2 I, 4 | pasó a los cuatro sobrinos, D. Ángel, a la sazón capellán 3 I, 4 | capellán de Reyes Nuevos, D. Juan, abogado de mucha 4 I, 4 | fama, y los más jóvenes D. Buenaventura y Serafinita 5 I, 4 | por ahora exclusivamente a D. Juan de Lantigua.~ ~ Había 6 I, 4 | torbellino de estos pensamientos, D. Juan de Lantigua salió 7 I, 4 | presente, hacían sonreír al Sr. D. Juan. Nunca se ocupó de 8 I, 5 | Cómo educó a su hija~ D. Juan de Lantigua no había 9 I, 5 | Advirtamos que enviudó D. Juan a los catorce años 10 I, 5 | monsergas, hijita - le decía D. Juan - , coge un libro 11 I, 5 | buscas?... ¿novelas? - decía D. Juan entrando tras ella 12 I, 5 | Pero al poco tiempo D. Juan prohibió a su hija 13 I, 5 | sí, leía para su padre. D. Juan, con mucha fatiga 14 I, 5 | instituyó a su hija en lectora. D. Juan se ocupó algún tiempo 15 I, 5 | En otras ocasiones, como D. Juan no pusiese reparos 16 I, 5 | y mística a la moda, de D. Fulgencio Afán de Ribera. 17 I, 6 | superstición.~ ~ Cuentan que D. Juan de Lantigua, cuando 18 I, 6 | que al llegar a este punto D. Juan de Lantigua hizo, 19 I, 6 | su presencia majestuosa, D. Juan de Lantigua, a quien 20 I, 7 | celestial inspirado por su tío D. Ángel, obispo de ***. Le 21 I, 7 | precocidad que hemos expuesto, D. Ángel se reía de tan buena 22 I, 8 | más ./. apresurado fue D. Silvestre Romero, cura 23 I, 8 | piernecitas, el llamado D. Juan Amarillo, varón rico 24 I, 8 | antiguo raído pantalón, D. Bartolomé Barrabás, el 25 I, 8 | ni a los holgazanes, como D. Bartolomé Barrabás. Iban 26 I, 8 | desafiaban a las nubes.~ ~ Cuando D. Ángel llegó a las primeras 27 I, 8 | y muy difícil le fue a D. Ángel llegar a la Abadía 28 I, 8 | todos están buenos. El Sr. D. Juan hecho un mozalbete. 29 I, 8 | Ya se lo dirá a usted D. Juan. He venido en el mismo 30 I, 9 | Ilustrísima, el paje del mismo, D. Juan Amarillo, el cura 31 I, 9 | El cura de Ficóbriga, D. Silvestre Romero, que era 32 I, 9 | hace estremecer. El Sr. D. Juan profetizó en aquel 33 I, 9 | disolución y total ruina.~ ~ D. Silvestre no quitaba los 34 I, 9 | ojos, mientras hablaba, de D. Juan de Lantigua, como 35 I, 9 | de amor al catolicismo! D. Rafael del Horro inclinándose 36 I, 9 | pasar...~ ~ - ¡Ah! - dijo D. Juan Amarillo haciendo 37 I, 9 | y un gran periodista.~ ~ D. Silvestre Romero abrazó 38 I, 9 | duraron las felicitaciones, D. Bartolomé Barrabás, que 39 I, 9 | aquella ocasión. El respeto a D. Ángel ponía una mordaza 40 I, 9 | esta prudencia, que como D. Silvestre aludiera claramente 41 I, 9 | modo:~ ~ - No me toquen a D. Bartolomé, que espero convertirle, 42 I, 9 | según la prensa, el Sr. D. Rafael del Horro viene 43 I, 9 | Repitiendo el gesto de amenaza, D. Bartolomé dijo riendo:~ ~ - 44 I, 9 | convidados aquel día; pero D. Ángel le rogó que se quedase, 45 I, 9 | Barrabás. Al mismo tiempo D. Juan de Lantigua gritaba 46 I, 10 | X -~D. Ángel de Lantigua, obispo 47 I, 10 | la de su egregio hermano D. Juan; pero le ganaba en 48 I, 10 | ideas. Se ignora lo que D. Ángel habría hecho si hubiera 49 I, 10 | sociedad presente. En cuanto a D. Juan es seguro que la habría 50 I, 10 | prácticas religiosas era D. Ángel intachable. No se 51 I, 10 | principio desagradó esto a D. Ángel, pronto se fue acostumbrando, 52 I, 10 | cuando fuese trasladado D. Ángel, como se anunciaba, 53 I, 10 | cabildo.~ ~ Sólo sabemos que D. Ángel era amado con delirio 54 I, 10 | las entienda con su amigo D. Silvestre, que es, según 55 I, 10 | al cuidado de su hermano D. Juan, como se verá en el 56 I, 11 | Jesucristo pareciese por la casa, D. Ángel, que acababa de llegar 57 I, 11 | partes jugando y charlando. D. Juan miró con afectuosos 58 I, 11 | la majestad imponente de D. Juan, en quien veía entonces 59 I, 11 | necesito nombrarlo? es D. Rafael del Horro... En 60 I, 11 | enumerarte los méritos de D. Rafael, hija mía - dijo 61 I, 11 | Rafael, hija mía - dijo D. Juan - , te diría que, 62 I, 11 | malos como dicen - indicó D. Juan - ; pero ello es que 63 I, 11 | tabla.~ ~ - Bien - dijo D. Juan levantándose - . Tómate 64 I, 11 | Descuide usted, papá.~ ~ D. Juan de Lantigua se metió 65 I, 12 | El otro~ Lo propuesto por D. Juan dejó a Gloria en la 66 I, 12 | Teresita la Monja esposa de D. Juan Amarillo, en cuya 67 I, 12 | mismo dicen las dos hijas de D. Bartolomé Barrabás, ambas 68 I, 12 | me manda que quiera a ese D. Rafael, buena persona, 69 I, 12 | Qué excelente joven es ese D. Rafael! - dijo marchando 70 I, 13 | fueron todos a la Abadía. D. Ángel la recorrió toda 71 I, 13 | les parece a ustedes.~ ~ D. Juan, el doctor Sedeño, 72 I, 13 | aguarnos el paseo?~ ~ - D. Silvestre - manifestó el 73 I, 13 | Vienes, Gloria? - repitió D. Juan.~ ~ - No - dijo ella 74 I, 13 | que rece, que rece - dijo D. Ángel - . Sr. D. Rafael, 75 I, 13 | dijo D. Ángel - . Sr. D. Rafael, deme usted el brazo.~ ~ 76 I, 13 | en la playa. Delante iba D. Ángel, apoyado en el joven 77 I, 13 | salir con la suya - dijo D. Ángel - . Nos quedamos 78 I, 13 | manifestó el barómetro.~ ~ D. Ángel miró al cielo, y 79 I, 13 | la punta de la nariz.~ ~ D. Juan extendió la mano, 80 I, 13 | que estamos aquí - indicó D. Ángel alargando también 81 I, 13 | Pues adelante - dijo D. Silvestre abriendo su paraguas 82 I, 13 | cubriese al señor obispo.~ ~ D. Juan abrió también el suyo. 83 I, 13 | instante hasta los huesos, D. Ángel se volvió a sus amigos, 84 I, 15 | por frente a la casa de D. Juan Amarillo, y se movía 85 I, 15 | tío Fulastre aplazaba a D. Juan Amarillo para el día 86 I, 15 | casa de la Cárcaba y debo a D. Juan Amarillo más de lo 87 I, 15 | ser llevado a juicio por D. Juan Amarillo, y echado 88 I, 16 | indiano y que fue heredada por D. Juan. Ambos edificios estaban 89 I, 16 | casa nueva y aparecieron D. Ángel y D. Juan. Andaban 90 I, 16 | y aparecieron D. Ángel y D. Juan. Andaban con cuidado 91 I, 16 | Ya estás aquí? - dijo D. Juan - . ¿Por dónde has 92 I, 16 | punto de reposo. Ya Ves. D. Juan señalaba al hombre.~ ~ - 93 I, 16 | no hagamos ruido - dijo D. Juan - . El médico ha dicho 94 I, 16 | caridad!~ ~ - Sino es por D. Silvestre...~ ~ - ¿D. Silvestre 95 I, 16 | por D. Silvestre...~ ~ - ¿D. Silvestre le sacó?~ ~ - 96 I, 17 | deploraban el chasco, y aunque D. Ángel reía para animar 97 I, 17 | sacudiéndose la ropa. ./. D. Ángel, tomando asiento 98 I, 17 | preguntaron ansiosos D. Juan, D. Ángel y los demás 99 I, 17 | preguntaron ansiosos D. Juan, D. Ángel y los demás de la 100 I, 17 | aplacan las olas - manifestó D. Juan que trataba de convencer 101 I, 17 | piedad y admiración.~ ~ D. Silvestre se arremangó 102 I, 18 | preceder su retrato.~ ~ Era D. Silvestre joven, sanguíneo, 103 I, 18 | misa corta no hay otro como D. Silvestre - decían - . 104 I, 18 | presteza que enamora.~ ~ D. Silvestre era hombre rico. 105 I, 18 | con sus feligreses.~ ~ - D. Silvestre no es un santo - 106 I, 18 | pero sí un caballero.~ ~ D. Silvestre tenía además 107 I, 18 | pero un vicio de reyes.~ ~ D. Silvestre era hombre vehemente 108 I, 18 | de sus derechos, el buen D. Silvestre no paraba en 109 I, 18 | que aumentaban la valía de D. Silvestre. Como prueba 110 I, 18 | la elección. Advirtiolo D. Silvestre, y bramando de 111 I, 18 | provocación. Exasperado D. Silvestre contra aquel 112 I, 18 | breve, completo, diré que D. Silvestre despuntaba en 113 I, 18 | tresillo y ajedrez. Él y D. Juan de Lantigua se batían 114 I, 18 | favorita y el sueño dorado de D. Silvestre eran cuidar una 115 I, 18 | cerdos gordísimos, a quienes D. Silvestre solía rascar 116 I, 18 | historia no atendía mucho D. Silvestre a su granja - 117 I, 18 | virtud de ciertas cartas que D. Silvestre escribió desde 118 I, 18 | Impávido se lanzó a las olas. D. Silvestre tenía fe en su 119 I, 18 | entre las olas del mundo.~ ~ D. Ángel se había quitado 120 I, 18 | fango, rezaba en voz alta. D. Juan, Rafael, Sedeño, sentían 121 I, 18 | llegarán y les salvarán - dijo D. Ángel con la inefable convicción 122 I, 18 | pusieron el pie en tierra, D. Ángel los abrazó a todos, 123 I, 18 | entre las cuales se contaba D. Juan Amarillo, que era 124 I, 19 | solicitud; le acostaron; vino D. Nicomedes, médico titular 125 I, 19 | Tranquilícese usted - dijo D. Juan - . ./. Está usted 126 I, 19 | los semblantes de Gloria, D. Juan y D. Ángel. Los que 127 I, 19 | semblantes de Gloria, D. Juan y D. Ángel. Los que resucitan 128 I, 19 | de Hamburgo - manifestó D. Juan.~ ~ - Soy hamburgués 129 I, 19 | Tranquilidad, amigo - añadió D. Juan - . No hay que apurarse. 130 I, 19 | náufrago miró sucesivamente a D. Ángel y a Gloria, conforme 131 I, 19 | vida, justicia y gloria.~ ~ D. Ángel repitió también en 132 I, 19 | Esto que hemos hecho - dijo D. Juan - , no merece ni alabanza 133 I, 20 | de la acción heroica de D. Silvestre, comentándola 134 I, 20 | portentoso, al decir de D. Ángel, de la fe cristiana 135 I, 20 | Orgullosísimo estaba D. Silvestre, y aquellos días 136 I, 20 | cortesía. Bien pronto conoció D. Juan que había dado albergue 137 I, 20 | cumplido caballero! - dijo D. Juan a su hermano cuando 138 I, 20 | Caerá en pedregales - afirmó D. Juan con la sequedad del 139 I, 20 | y por ahí, por ahí...~ ~ D. Juan se echó a reír. Después 140 I, 20 | chocolate! - dijo el reverendo D. Ángel, arramblando lo que 141 I, 20 | conduce la irreligiosidad, Sr. D. Juan - dijo dando un golpe 142 I, 20 | usted este caso.~ ~ Y leyó. D. Juan, apartando el jicarón, 143 I, 20 | atmosféricas.~ ~ En tanto D. Ángel salió murmurando 144 I, 20 | Toda la ropa que el Sr. D. Daniel tenía en los baúles 145 I, 20 | Gloria con disgusto - , a que D. Silvestre no da ninguna 146 I, 21 | ella, entraron en la casa D. Rafael del Horro y el cura 147 I, 21 | electoral. Subieron a saludar a D. Juan en su despacho; pero 148 I, 21 | rico. Mi opinión es, amigo D. Rafael, que todo no debe 149 I, 21 | confianza me decía: «Sr. D. Silvestre, no hay quien 150 I, 21 | contra los pillos. Pero señor D. Rafael de mi alma, desarrollando 151 I, 21 | ceremonias en San Pedro. ¡Ah, Sr. D. Silvestre! Es cosa que 152 I, 21 | La vida eterna! - dijo D. Rafael del Horro - . Aquí 153 I, 21 | abrir un libro. ¡Vaya con el D. Rafael, qué ideas tiene! 154 I, 21 | sonriendo - ; por cierto, Sr. D. Silvestre, que si no nos 155 I, 21 | puesto su asunto en manos de D. Juan, y este con las finuras 156 I, 21 | echado a perder. Si yo fuera D. Juan, saldría del paso 157 I, 22 | Entró en el despacho de D. Juan, al mismo tiempo que 158 I, 22 | De veras? - exclamó D. Juan metiendo en el sobre 159 I, 22 | es que...~ ~ - ¿Qué?~ ~ D. Ángel acercó su silla a 160 I, 22 | Nuestro Sr. Morton - añadió D. Ángel - , podrá estar a 161 I, 22 | vías del catolicismo.~ ~ D. Ángel miró a su secretario 162 I, 22 | Voy a contestar.~ ~ D. Juan dejó la pluma.~ ~ - 163 I, 22 | mí nunca ha brillado el D. Rafaelito sino como hojalata.~ ~ - ¡ 164 I, 22 | manera de juzgar! - dijo D. Juan no disimulando que 165 I, 22 | silencio que viene aquí.~ ~ D. Silvestre y Rafael entraron, 166 I, 22 | y nunca vista hazaña de D. Silvestre Romero, al sacar 167 I, 22 | espontaneidad evangélica.~ ~ D. Silvestre, algo turbado, 168 I, 22 | usted!~ ~ - ¿Y al fin el Sr. D. Daniel se nos marcha? - 169 I, 22 | quince días más o un mes.~ ~ D. Juan, que meditaba al lado 170 I, 22 | Como quieras tú - indicó D. Juan - . Lo que ahora nos 171 I, 22 | señor doctor, señor cura, D. Rafael...~ ~ Al suave anuncio 172 I, 23 | si fuera blanco - dijo D. Ángel.~ ~ - Pues no creí 173 I, 23 | tan buena pieza - indicó D. Juan examinando la bestia - . 174 I, 23 | comentarios. Varias personas, como D. Juan Amarillo y dos de 175 I, 23 | No se le cocía el pan a D. Ángel hasta plantear de 176 I, 23 | Maravilló ciertamente a D. Ángel en estas disputas, 177 I, 23 | aquel hereje.~ ~ En cuanto a D. Juan de Lantigua, si al 178 I, 23 | físicas en términos que D. Juan se desmejoraba más 179 I, 23 | estuviese allí de visita D. Ángel, por ser costumbre 180 I, 23 | Tomando pie de esto, D. Juan le preguntó si sus 181 I, 23 | fijas; a lo cual contestó D. Juan 4 que más le gustaba 182 I, 23(4)| D. Ángel» en el original. ( 183 I, 23 | virtuosos y tan ilustrados como D. Ángel de Lantigua y seglares 184 I, 23 | Lantigua y seglares como D. Juan.~ ~ - Yo conozco regularmente 185 I, 23 | Efectivamente no basta, no - dijo D. Juan con voz triste mirando 186 I, 23 | usted me va a decir - indicó D. Juan melancólicamente.~ ~ - 187 I, 23 | refiero a los varones, querido D. Juan), gracias que cumplan 188 I, 23 | precepto, Sr. Morton - dijo D. Juan con sequedad - , no 189 I, 23 | tenido revoluciones - dijo D. Juan - . Las hemos tenido 190 I, 23 | punto de la discusión en que D. Juan creyendo a su huésped 191 I, 23 | nadie.~ ~ Breve rato estuvo D. Juan de Lantigua sin dar 192 I, 23 | baja.~ ~ - Vamos - dijo D. Juan - . Mi hermano se 193 I, 24 | bajaron. En el jardín estaba D. Ángel y frente a él un 194 I, 24 | despedido a Caifás por orden de D. Silvestre - dijo Su Ilustrísima - . 195 I, 24 | gimió Sildo.~ ~ - ¿Y que D. Juan Amarillo le ha echado 196 I, 24 | niños están desnudos - dijo D. Ángel - . Es preciso darles 197 I, 24 | Bien merecido.~ ~ - Y D. Juan Amarillo le ha embargado 198 I, 24 | se ve. No parece sino que D. Juan Amarillo tiene el 199 I, 24 | caminos.~ ~ - Basta - dijo D. Juan gravemente - . Aquí 200 I, 24 | los desgraciados - indicó D. Ángel - , se escribió aquello 201 I, 24 | Vamos, vamos - murmuró D. Juan sonriendo con bondad - . 202 I, 24 | Morton miraba, mientras D. Ángel hacía indicaciones 203 I, 24 | Cuando la señorita volvió, D. Ángel se había unido al 204 I, 24 | cartas recién llegadas, y D. Juan se acercó a los albañiles 205 I, 25 | que yo debo algún dinero a D. Juan Amarillo? Patraña: 206 I, 25 | tus pagarés devueltos por D. Juan Amarillo.~ ~ José 207 I, 25 | Más rico debe de ser D. Juan Amarillo, y sin embargo... 208 I, 25 | Trabajo sin cesar, y el Sr. D. Juan no se arrepentirá 209 I, 27 | XXVII -~Se va~ Una mañana D. Juan de Lantigua dijo a 210 I, 27 | Y qué tal? - dijo D. Juan con cierta ironía - . ¿ 211 I, 27 | fructifique algún día?~ ~ D. Juan movió la cabeza indicando 212 I, 27 | hablado cuerdamente - dijo D. Ángel - . Por mi parte 213 I, 27 | religión divina, sí; pero...~ ~ D. Ángel se confundía.~ ~ - 214 I, 27 | humano es imposible - afirmó D. Juan - . Por consiguiente, 215 I, 27 | de este breve coloquio, D. Juan se dio la encerrona 216 I, 27 | esfuerzos para aparecer serena, D. Juan creyó ver alguna nube 217 I, 27 | Pregúntaselo a tu tío - dijo D. Juan riendo, a punto que 218 I, 27 | Juan riendo, a punto que D. Ángel entraba en el despacho - . 219 I, 27 | Ilustrísima. Después dio la mano a D. Juan y a Gloria. Estaba 220 I, 27 | mucho gusto en verle - dijo D. Ángel con voz patética - . ¡ 221 I, 27 | decirlo claramente? - repuso D. Ángel con enfado de sí 222 I, 28 | Teresita la Monja, la mujer de D. Juan Amarillo.~ ~ El insecto 223 I, 29 | ir a la iglesia.~ ~ Era D. Ángel, que salía para decir 224 I, 29 | con su peso.~ ~ Cuando D. Ángel salió al altar, Gloria 225 I, 29 | fe, y no en vano, porque D. Ángel era un santo y la 226 I, 29 | sabré padecer y morir.~ ~ D. Juan de Lantigua, que observaba 227 I, 29 | esto.~ ~ - Gloria - decía D. Juan a su hermano una mañana 228 I, 29 | hoy o mañana - manifestó D. Juan afectando indiferencia - , 229 I, 29 | acá, mansa ovejuela - dijo D. Ángel sonriendo - . ¿Tienes 230 I, 29 | Pues me retiro - dijo D. Juan, a tiempo que su hermano 231 I, 29 | Desfallecía. Cayó de rodillas, y D. Ángel le rodeó el cuello 232 I, 30 | Cristo.~ ~ Cuando concluyó, D. Ángel no estaba sereno. 233 I, 30 | enojarse contra ella. Se quedó D. Ángel como Tobías cuando 234 I, 30 | los limpios de corazón.~ ~ D. Ángel frunció el ceño.~ ~ - 235 I, 30 | herejía en herejía! - exclamó D. Ángel con verdadero espanto.~ ~ - 236 I, 30 | lo perderás todo - dijo D. Ángel cada vez más severo - . 237 I, 30 | hablaron más. Por el camino, D. Ángel pensó que los ejercicios 238 I, 31 | Después de meditarlo mucho, D. Ángel resolvió no revelar 239 I, 31 | No es preciso decir que D. Juan experimentó viva pesadumbre 240 I, 31 | Al día siguiente, cuando D. Ángel la amonestaba delante 241 I, 31 | latitudinaria para sí.~ ~ D. Juan de Lantigua volvió 242 I, 32 | Echose fuera de su despacho D. Juan, creyendo que había 243 I, 32 | aquella algazara la hacía D. Silvestre Romero, gritando:~ ~ - ¡ 244 I, 32 | No les había abrazado aún D. Juan, cuando empezaron 245 I, 32 | cohechos, bofetadas, etc...~ ~ D. Ángel no tardó en presentarse.~ ~ - 246 I, 32 | ellos o nosotros! - vociferó D. Silvestre.~ ~ - Justo es - 247 I, 32 | Silvestre.~ ~ - Justo es - dijo D. Juan mirando a su hermano - , 248 I, 32 | largo rato el despacho de D. Juan fue un hervidero de 249 I, 32 | mundanos ímpetus. Al fin, D. Ángel y Rafael pasaron 250 I, 32 | un fósforo.~ ~ Oyéndolos, D. Ángel sentía en su alma 251 I, 32 | verdad.~ ~ - Yo no lo creo. D. Juan Amarillo que entiende 252 I, 32 | recelo...~ ~ - Sí - dijo D. Juan que a la sazón entró - . 253 I, 32 | Tenemos discursos? - preguntó D. Juan viendo que después 254 I, 32 | piadosos banquetes...~ ~ D. Juan vio que el cura iba 255 I, 32 | todos reunidos en la mesa de D. Juan, que era suculenta 256 I, 32 | Judas, subir los prados de D. Juan Amarillo, y en seguida 257 I, 32 | se despide de todos.~ ~ D. Ángel miró con disimulo 258 I, 32 | su alma angustiada. Sólo D. Ángel, sabedor de todo, 259 I, 32 | en el rostro de la joven. D. Juan la miró también. Quizás 260 I, 32 | en el negocio de Caifás. D. Juan de Lantigua, a quien 261 I, 32 | ley, ni ley...~ ~ - Sr. D. Juan - dijo el cura - , ¿ 262 I, 32 | Brindo por Su Ilustrísima D. Ángel de Lantigua, el glorioso 263 I, 32 | turbado - . Basta de incienso, D. Juan, basta, basta. El 264 I, 33 | ser el banquete con que D. Silvestre Romero, espléndido 265 I, 33 | en el coche de Lantigua, D. Juan, el cura y Rafael. 266 I, 33 | Seguían luego en otro coche D. Juan Amarillo con el teniente 267 I, 33 | los comensales, bendijo D. Silvestre la comida, y 268 I, 33 | salero, más lejos la calva de D. Juan Amarillo.~ ~ En cuanto 269 I, 33 | atmósfera.~ ~ El anfitrión D. Silvestre Romero (la moda 270 I, 33 | nombre) había comido bien; D. Juan de Lantigua, no había 271 I, 33 | Horro estuvo muy parco y D. Juan Amarillo devoraba. 272 I, 33 | Los demás no desairaron a D. Silvestre. Este se desvivía 273 I, 33 | Lantigua.~ ~ Cuando fumaban, D. Silvestre creyó que debía 274 I, 33 | Muy bien - repuso D. Juan Amarillo abriendo 275 I, 33 | ilustre amigo el gran católico D. Juan de Lantigua, os diría 276 I, 33 | yo tuviera, repito...~ ~ D. Silvestre se atragantó 277 I, 33 | serenidad; en los labios de D. Juan vagaba una sonrisilla 278 I, 33 | palabra...~ ~ - ¡Oh! si el Sr. D. Juan nos concediera oír 279 I, 33 | concurrentes, y entonces D. Juan de Lantigua, sin dejar 280 I, 33 | Sr. Lantigua! - exclamó D. Juan Amarillo sin poderse 281 I, 33 | no viese a Su Ilustrísima D. Ángel de Lantigua, que 282 I, 34 | de la Iglesia católica, D. Ángel de Lantigua, separándose 283 I, 34 | Ah! Sr. Morton - exclamó D. Ángel con estupor, sintiendo 284 I, 34 | volvíme y vi a Caifás, Sr. D. Ángel, con el semblante 285 I, 34 | nadie cree al humilde, y D. Juan Amarillo, soberbio 286 I, 34 | hacia Ficóbriga, mientras D. Ángel no paraba en el del 287 I, 34 | trajeron los cangilones, y D. Ángel se sentó en un banquillo 288 I, 34 | del periódico.~ ~ - Sr. D. Silvestre - dijo el prelado 289 I, 34 | adivinan ustedes? Pues al mismo D. Daniel Morton en persona.~ ~ - ¿ 290 I, 34 | preguntó con mucho interés D. Juan Amarillo.~ ~ - Allá 291 I, 34 | los pillos...~ ~ - Amigo D. Juan - manifestó Su Ilustrísima 292 I, 34 | una gloria esta huerta de D. Silvestre. Aquí todo prospera, 293 I, 34 | perales, qué melocotoneros!~ ~ D. Silvestre vio llegado el 294 I, 34 | Mientras esto sucedía, D. Juan Amarillo había llevado 295 I, 34 | Amarillo había llevado aparte a D. Juan de Lantigua para hablarle 296 I, 35 | acompañar a casa del escribano D. Gil Barrabás, hermano de 297 I, 35 | está asustada porque el Sr. D. Juan y el señor obispo 298 I, 38 | Job~ Dejamos al bueno de D. Silvestre mostrando lleno 299 I, 38 | peras de su huerta, mientras D. Juan Amarillo se apoderaba, 300 I, 38 | Tenía bastante amistad con D. Juan de Lantigua, una de 301 I, 38 | Amarillo tomó el brazo de D. Juan, y llevándole por 302 I, 38 | Hace tiempo, mi querido D. Juan, que deseaba hablar 303 I, 38 | Por la honra de mi casa! D. Juan - exclamó Lantigua 304 I, 38 | A Gloria! - exclamó D. Juan lanzando un grito.~ ~ - 305 I, 38 | lo escojan católico.~ ~ - D. Juan, ¿qué farsa es esa? - 306 I, 38 | sin contarle todo al amigo D. Juan».~ ~ - ¡Por vida de...! - 307 I, 38 | traerte las nuevas».~ ~ Pero D. Juan no rasgó su levita, 308 I, 38 | del agua, y los criados de D. Silvestre retiraban a toda 309 I, 38 | Lloviendo?... Por Dios, D. Juan, ¿qué prisa hay?~ ~ - 310 I, 38 | Como tú quieras - dijo D. Ángel.~ ~ D. Silvestre 311 I, 38 | quieras - dijo D. Ángel.~ ~ D. Silvestre mandó enganchar 312 I, 38 | No importa - manifestó D. Juan - . Vámonos.~ ~ Pero 313 I, 38 | día de desgracia - gruñó D. Juan hiriendo el suelo 314 I, 38 | marcharnos a pie - añadió D. Juan - . Es calamidad... 315 I, 38 | A dónde vas? - manifestó D. Ángel deteniendo a su hermano.~ ~ - ¡ 316 I, 38 | hermano.~ ~ - ¡Por Dios! D. Juan... no parece sino 317 I, 38 | descendían por las laderas.~ ~ D. Silvestre dispuso que un 318 I, 38 | Mucho costó persuadir a D. Juan a que se quedara; 319 I, 38 | estaba allí? - preguntó D. Juan con viva ansiedad.~ ~ - 320 I, 38 | viva ansiedad.~ ~ - Roque, D. Amancio el de la botica, 321 I, 38 | abrasado pensamiento de D. Juan de Lantigua pasaron 322 I, 38 | nuevas».~ ~ - ¿Qué es eso, D. Juan, le ha hecho a usted 323 I, 38 | daño la comida? - preguntó D. Silvestre a su amigo.~ ~ ¿ 324 I, 38 | observándole cariñosamente. D. Juan se había puesto verde.~ ~ - 325 I, 38 | A ver ese pulso - indicó D. Silvestre que también se 326 I, 38 | ese Sr. Morton, a quien D. Juan ha nombrado. Es nada 327 I, 38 | vida - dijo con petulancia D. Silvestre - ; porque está 328 I, 38 | Mi opinión - dijo D. Juan Amarillo gravemente - , 329 I, 38 | razón de él, sea hecho.~ ~ D. Juan de Lantigua se levantó, 330 I, 38 | Qué temeridad! - dijo D. Silvestre en voz baja al 331 I, 38 | Horro - . Cuando a este D. Juan se le mete una cosa 332 I, 39 | puerta abriose y apareció D. Juan de Lantigua. Gloria 333 I, 39 | vivos y a los muertos.~ ~ ~ D. Juan avanzó hacia su hija 334 I, 39 | rebotó contra el suelo. ./. D. Ángel que venía detrás, 335 I, 39 | criados. Cuando levantaban a D. Juan, el prelado separó 336 I, 39 | vino el médico y dijo que D. Juan de Lantigua había 337 I, 39 | fin Gloria vio aparecer a D. Ángel que le dijo: - Tu 338 2, 1 | I -~Serafinita y D. Buenaventura de Lantigua~ 339 2, 1 | ficobrigenses, el Excelentísimo Sr. D. Buenaventura y la Sra. 340 2, 1 | de Lantigua, hermanos de D. Ángel y del difunto D. 341 2, 1 | de D. Ángel y del difunto D. Juan Crisóstomo, que falleció 342 2, 1 | la testamentaría del Sr. D. Juan es farsa y enredo... 343 2, 1 | a empezar.~ ~ En efecto, D. Buenaventura y su hermana 344 2, 1 | la testamentaría del Sr. D. Juan. ¡Y qué excelentes 345 2, 1 | obispo era el primogénito y D. Buenaventura el más joven. 346 2, 1 | descanso; pero la muerte de D. Juan con las horribles 347 2, 1 | convento marchó a Ficóbriga.~ ~ D. Buenaventura tenía poca 348 2, 1 | el menos guapo, así como D. Juan había sido el más 349 2, 1 | ofender a Dios. Además, D. Buenaventura no había declarado 350 2, 1 | posibles.~ ~ La muerte de D. Juan, a quien amaba con 351 2, 1 | y corrió la voz de que D. Buenaventura proyectaba 352 2, 1 | buenas amigas.~ ~ Así era D. Buenaventura de Lantigua. 353 2, 2 | querido salir? - preguntó D. Buenaventura.~ ~ - Tampoco - 354 2, 2 | remedio en el mundo - replicó D. Buenaventura tomando una 355 2, 2 | Eso dijo, sí - repuso D. Buenaventura - . Yo creo 356 2, 2 | Bendita sea! - replicó D. Buenaventura.~ ~ - No, 357 2, 2 | familia honrada - repuso D. Buenaventura con flemático 358 2, 2 | esperan...~ ~ - Hermana - dijo D. Buenaventura interrumpiéndola - , 359 2, 2 | santa fe católica - dijo D. Buenaventura.~ ~ - ¿Qué? ¿ 360 2, 3 | silencio de la muerte. En vano D. Buenaventura trató de ponerle 361 2, 3 | Las habitaciones de D. Juan, su alcoba y su despacho 362 2, 3 | cerradas hasta que llegó D. Buenaventura, que, tomándolas 363 2, 3 | Después sale Francisca, entra D. Buenaventura y se entabla 364 2, 3 | marcan y nada dicen solas. D. Buenaventura se retira 365 2, 3 | reunieron en el comedor D. Buenaventura y los dos 366 2, 3 | que don Silvestre Romero y D. Juan Amarillo, este último 367 2, 3 | remontado a lo sublime.~ ~ D. Silvestre a poco de estar 368 2, 3 | Jueves. A todo dijo amén D. Buenaventura; mas no se 369 2, 3 | se estaba labrando al Sr. D. Juan, no fueron sino pretextos 370 2, 3 | deshonor. Enunciada esta idea, D. Juan Amarillo que era, 371 2, 3 | madre de todas las ideas de D. Juan Amarillo era esta: « 372 2, 3 | cuya inquietud no cesaba D. Juan de hacer indiscretas 373 2, 3 | quedarse con la casa; pero D. Buenaventura no pudo contestarle 374 2, 3 | gigante bajara por ella. Era D. Silvestre que volvía de 375 2, 3 | me parece a mí - indicó D. Buenaventura demostrando 376 2, 3 | acercándolo a la picuda nariz de D. Juan Amarillo, que olió 377 2, 3 | borriquito.~ ~ - Ya el Sr. D. Buenaventura - manifestó 378 2, 3 | saldrá al balcón - afirmó D. Silvestre con regocijo - . ¡ 379 2, 3 | prometo a usted que ira - dijo D. Buenaventura al despedir 380 2, 3 | pronto.~ ~ En el jardín D. Juan Amarillo alzaba la 381 2, 4 | Teresita la Monja, esposa de D. Juan Amarillo era la que 382 2, 4 | filósofo y ateo y mentecato, D. Bartolomé Barrabás, hermano 383 2, 4 | elegante soltura del cuerpo de D. Juan Amarillo. En la temporada 384 2, 4 | las gracias personales de D. Juan Amarillo (cuando era 385 2, 5 | santurronas!...».~ ~ - Es el tal D. Silvestre el hombre más 386 2, 5 | rico. Al marcharse el Sr. D. Silvestre me dijo: «Ve 387 2, 5 | respetabilidad del difunto D. Juan, a quien mató con 388 2, 5 | anacreóntico, como dice D. Bartolomé Barrabás. Cuando 389 2, 6 | En la mañana del Domingo, D. Buenaventura dijo a su 390 2, 6 | tomando su bastón negro salió. D. Buenaventura tuvo que esperar 391 2, 6 | estarás cansada - le dijo D. Buenaventura al darle el 392 2, 6 | bendita sin poder dar un paso. D. Buenaventura, tomándole 393 2, 6 | la cabeza sobre el pecho. D. Buenaventura, al tomarle 394 2, 6 | algún rato en separarse. D. Buenaventura se dirigió 395 2, 6 | las hijas del escribano D. Gil Barrabás. Pero si no 396 2, 7 | y tomaba la colación.~ ~ D. Buenaventura llevó nuevamente 397 2, 7 | el ramo que entregara a D. Silvestre con el fin que 398 2, 8 | humaredas que parecían nubes.~ ~ D. Silvestre llevaba su capa 399 2, 8 | pecador.~ ~ Más atrás iba D. Juan Amarillo, henchido 400 2, 8 | espíritu podían hacer que D. Juan Amarillo olvidase 401 2, 8 | oír tan soberbia música, D. Juan se hizo la ilusión 402 2, 8 | era el más conveniente, D. Buenaventura, cuyo semblante 403 2, 8 | distraerse ni un momento, Sr. D. Buenaventura, si se ha 404 2, 8 | de la órbita trazada por D. Juan Amarillo. Pero de 405 2, 8 | ojos y, en los labios de D. Juan Amarillo fluctuaban 406 2, 8 | puños como martillos.~ ~ D. Juan Amarillo al ver que 407 2, 8 | en medio! Y he aquí que D. Juan flotaba de un lado 408 2, 8 | ir más que a una, aunque D. Juan le gritaba:~ ~ - Al 409 2, 9 | pero después de anochecido, D. Juan Amarillo fue en persona 410 2, 9 | cuál era la religión de D. Juan Amarillo, fácil nos 411 2, 9 | conseguir Morton fue que D. Juan prometiera soltarle 412 2, 10 | se está construyendo para D. Juan de Lantigua.~ ~ Morton 413 2, 10 | permitía respirar.~ ~ - ¿El Sr. D. Juan... - murmuró - , está 414 2, 10 | No se ofenda el Sr. D. Daniel, ni crea que soy 415 2, 10 | Cuando supe la muerte del Sr. D. Juan y que usted era...~ ~ - 416 2, 10 | y su dinero de usted Sr. D. Daniel, me quema las manos... 417 2, 10 | aurora... Deseo hablar al Sr. D. Buenaventura.~ ~ - ¿Tan 418 2, 11 | No eran las seis cuando D. Buenaventura y Daniel Morton 419 2, 11 | hablará primero!». Por fin, D. Buenaventura entabló la 420 2, 11 | no es definitiva - indicó D. Buenaventura gravemente - . 421 2, 11 | que se nos cae encima.~ ~ D. Buenaventura dio un suspiro. 422 2, 11 | concesiones yo voy a hacer otras. D. Buenaventura decía para 423 2, 11 | por cruel e inútil.~ ~ A D. Buenaventura se le vinieron 424 2, 11 | otro hombre cualquiera.~ ~ D. Buenaventura dejó ver una 425 2, 11 | innovación cristiana...~ ~ A D. Buenaventura se le acababa 426 2, 11 | Merecido baldón ha sido - dijo D. Buenaventura - y lo prueba 427 2, 11 | nombre de Jesucristo - dijo D. Buenaventura, sintiendo 428 2, 11 | que acabo de oír - dijo D. Buenaventura con acento 429 2, 11 | imposible buscar una fórmula?~ ~ D. Buenaventura que en su 430 2, 11 | gusta.~ ~ - ¿Y el señor D. Ángel?~ ~ - No está aquí. 431 2, 11 | en busca del señor cura D. Silvestre Romero. 432 2, 12 | XII -~La fórmula de D. Buenaventura~ En la tarde 433 2, 12 | siguiente despacho:~ ~ «A D. Ángel María, cardenal de 434 2, 12 | punto. Serafina».~ ~ El Sr. D. Ángel había sido elevado 435 2, 12 | estricta fidelidad. En cuanto a D. Buenaventura ya sabemos 436 2, 12 | encontrar aquella fórmula.~ ~ D. Buenaventura militaba públicamente 437 2, 12 | adopta después. Eso le pasó a D. Buenaventura; y el hábito 438 2, 12 | directamente hería su corazón, D. Buenaventura vaciló mucho, 439 2, 12 | escudriñaron. Por último, D. Silvestre lleno de interés 440 2, 12 | fórmula, una formulita.~ ~ D. Silvestre fue desde entonces 441 2, 12 | hay que sortearlo».~ ~ D. Buenaventura no admitía 442 2, 12 | hemos descrito, habló con D. Silvestre antes de misa 443 2, 12 | Gloria.~ ~ - ¡Ah! - decía D. Buenaventura - . Si esa 444 2, 12 | no menos respetables de D. Juan Amarillo. Causaba 445 2, 12 | un instante a otro al Sr. D. Ángel de Lantigua para 446 2, 12 | el pueblo corría. Apoyole D. Buenaventura; mas las dos 447 2, 12 | sus palabras, volviose a D. Buenaventura y prosiguió 448 2, 12 | Cuando el cura salió, D. Buenaventura le dijo:~ ~ - 449 2, 12 | buen remolino... ¡Ah! Sr. D. Silvestre... Se me figura 450 2, 13 | hija mayor del escribano D. Gil Barrabás... Dice que 451 2, 13 | recogerse, dirigiose a su cuarto D. Buenaventura, mientras 452 2, 14 | Casa~ Por indicación de D. Buenaventura, a quien deseaba 453 2, 14 | alcalde de Ficóbriga Sr. D. Juan Amarillo había proporcionado 454 2, 14 | apoyase la proposición de D. Juan, autorizando a Isidorita 455 2, 14 | una nueva exhortación de D. Juan, el cual estableció 456 2, 14 | única condición que les puso D. Juan, fue que durante las 457 2, 14 | molestado, y esto desagradó a D. Bartolomé que era muy entrometido; 458 2, 14 | no le ve a usted el Sr. D. Buenaventura, otra noche 459 2, 14 | importa. ¿No es verdad, Sr. D. Daniel? ¡Qué importuna 460 2, 17 | la asistía juntamente con D. Buenaventura. La piadosa 461 2, 17 | No es nada - dijo D. Buenaventura lleno de turbación 462 2, 17 | No... es que - repuso D. Buenaventura pálido y balbuciente - . 463 2, 17 | Acudió a ella prontamente D. Buenaventura temiendo que 464 2, 17 | grabadas en el silencio mismo. D. Buenaventura levantó a 465 2, 17 | Ahora debes descansar - dijo D. Buenaventura - ; estás 466 2, 17 | momento soy con usted - dijo D. Buenaventura, enlazando 467 2, 18 | de esta, después de bajar D. Buenaventura y de salir 468 2, 20 | Qué haré?~ Daniel Morton y D. Buenaventura hablaron larguísimo 469 2, 20 | sinceros, esa noble señora y D. Ángel, el discípulo del 470 2, 21 | Abriose la puerta y apareció D. Buenaventura. 471 2, 22 | Querida hija - dijo D. Buenaventura, acariciando 472 2, 22 | tocan la carraca - dijo D. Buenaventura - . Sale la 473 2, 22 | la derecha de la señora, D. Buenaventura a la izquierda.~ ~ 474 2, 23 | seráfica, la angelical cara de D. Ángel de Lantigua. El señor 475 2, 23 | elevado al cardenalazgo. D. Ángel lloraba de agradecimiento.~ ~ 476 2, 23 | el carruaje cardenalicio. D. Juan Amarillo lanzó sobre 477 2, 23 | alcalde, soltaron la risa. D. Juan, llamando al alguacil, 478 2, 23 | y despejada la plazuela, D. Buenaventura salió al encuentro 479 2, 23 | Dios me tienes vivo - dijo D. Ángel sonriendo - . Si 480 2, 23 | de él estaban, mientras D. Buenaventura se apresuraba 481 2, 23 | este fausto suceso - dijo D. Buenaventura - . Sabrás 482 2, 23 | convierte al catolicismo.~ ~ D. Ángel abría su venerable 483 2, 23 | casa de Lantigua, mientras D. Buenaventura, brindándose 484 2, 24 | volvió a casa de Lantigua con D. Buenaventura.~ ~ - Como 485 2, 24 | volvió, mandó un recado a D. Buenaventura, vino este, 486 2, 24 | más sabio que el difunto D. Juan...~ ~ - Lo mejor que 487 2, 24 | parrafito. Ya sabemos que D. Silvestre es el que manda 488 2, 25 | grandísimo recogimiento, D. Ángel habló a su hermano 489 2, 25 | gana habría manifestado D. Buenaventura que le parecía 490 2, 25 | no adelantaremos nada.~ ~ D. Buenaventura frunció ligeramente 491 2, 25 | que hacemos nosotros.~ ~ D. Buenaventura manifestó 492 2, 25 | sermón de la Soledad que D. Silvestre predicaría aquella 493 2, 25 | prelado; mas no son del caso. D. Buenaventura corrió a casa 494 2, 25 | Daniel por todo el pueblo, D. Buenaventura le halló en 495 2, 25 | extrañeza. Informole del plan de D. Ángel, teniendo el gusto 496 2, 25 | y por la boca hablando. D. Nicomedes, médico titular 497 2, 25 | benéfico se alegró mucho cuando D. Buenaventura le dijo que 498 2, 25 | Esther había visitado a D. Juan Amarillo y a su esposa! ¡ 499 2, 25 | amable, muy cariñosa con D. Juan y con Teresita!... ¡ 500 2, 29 | sobre diferentes asuntos, y D. Silvestre ponderó el buen