4. Con respecto a las diversas realidades implicadas en
la celebración litúrgica, la Constitución presta
atención especial a la importancia de la música sagrada. El
Concilio la exalta, indicando que tiene como fin "la gloria de Dios y la
santificación de los fieles" (n. 112). En efecto, la música
sagrada es un medio privilegiado para facilitar una participación activa
de los fieles en la acción sagrada, como ya recomendaba mi venerado
predecesor san Pío X en el motu proprio Tra le sollecitudini,
cuyo centenario se celebra este año. Precisamente este aniversario me ha
brindado recientemente la ocasión de reafirmar la necesidad de que la
música, según las directrices de la Sacrosanctum Concilium
(cf. n. 6), conserve e incremente su función dentro de las celebraciones
litúrgicas, teniendo en cuenta tanto el carácter propio de la
liturgia como la sensibilidad de nuestro tiempo y las tradiciones musicales de
las diversas regiones del mundo.