Índice | Palabras: Alfabética - Frecuencia - Inverso - Longitud - Estadísticas | Ayuda | Biblioteca IntraText
Bartolomé de las Casas
De las antiguas gentes del Perú

IntraText CT - Texto

Anterior - Siguiente

Pulse aquí para desactivar los vínculos a las concordancias

- 141 -


Capítulo XVII

Que continua el reinado y sucesión de los Ingas, con los hechos y obras memorables de Pachacútec

Aquí ocurre buena materia de considerar el modo por qué los Reyes Ingas que a este Pachacuticapacingayupangi sucedieron, fueron tan grandes Señores y tuvieron tan dilatados reinos como se dirá. Fue el mismo (al menos en cierto tiempo) con que los romanos, según cuenta San Agustín en los libros de la Ciudad de Dios, alcanzaron la monarquía del mundo viejo de por acá, conviene a saber: que puesto que a los principios los romanos algunas guerras injustas movieron, o fueron causa que contra ellos e otros justamente las moviesen, como fue la de los Sabinos, por la maldad y engaño que les hicieron, fingiendo ciertas fiestas, para que fuesen las hijas dellos a festejallas a Roma, y después alzáronse con ellas, tomándolas por mujeres contra su voluntad, como cuenta Titulivio, libro I. de la déc. , y después de ya ser poderosos la codicia y ambición de dilatar su Imperio, como toca San Agustín, lib. I., capítulo


- 142 -


32 de la Ciudad de Dios, y en otras partes hicieron hartas injustas guerras, y dello también testifica Paulo Orosio y otros muchos historiadores; pero, en el tiempo del medio, las guerras injustas que algunas naciones contra ellos movieron, fueron causa que ellos, por su defensión peleando, los venciesen y subjectasen, porque desde adelante no presumiesen a se levantar. Así lo testifica el mismo sancto, lib. 4., cap. 15, diciendo: «Iniquitas, n. eorum cum quibus justa bella gesta sunt, regnum adjuvit ut cresceret; y más abajo: Multum. n. ad istam latitudinem imperii, eam scilicet iniquitatem alienam cooperatum videmus, que faciebat injuriosos ut essent cum quibus justa bella gererentur et augeretur imperium». Hec ille. Los cuales, vencidas algunas batallas de los enemigos, que sin razón movían guerras contra ellos, volaba la fama de su valentía y esfuerzo y buen gobierno, de donde muchos se les vinieron a ofrecer por amigos y otros por subjectos, y así fueron mucho cresciendo como hizo éste. Desto hace mención el lib. I. y cap 8. de los Machabeos, donde se dice que Judas Machabeo, oídas las nuevas de las virtudes de los romanos y su gran esfuerzo, envió embajadores para confederarse


- 143 -


en amistad con el pueblo romano.

De lo dicho parece cuanto más justo y recto fue el imperio y reinado y dilatación de la monarquía que tuvo este Rey Pachaquticapacyngayupangi 81, al menos en todo su tiempo, que el de los romanos; pues hasta este tiempo que rescibió en sí el reino, no se ha visto que sus predecesores lo hubiesen augmentado por injustas guerras, según lo que habernos podido entender con verdad.

¡Tornando a la historia de la excelencia del Estado Real, dilatado imperio, suave y felice gobernación del Rey Pachaquti, lo primero en que, rescibido el reino en sí por la renunciación de su padre, se ocupó, fue en ordenar y proveer las cosas de la religión, obra digna de Príncipe óptimo, prudente y devoto, y que no puede no ser felice y bienaventurado, haciendo principio en su gobernación de lo divino, ques lo mejor; y cuanto más cierto estará de la felicidad espiritual y temporal cuando el Príncipe, habiendo profesado la verdadera religión, las cosas concernientes a ella entre todos sus cuidados tuviere ante los ojos! Ejemplo singular imitable da este


- 144 -


Príncipe infiel guiado por sola lumbre natural, a los Reyes y Emperadores católicos, cómo se deban haber en las cosas de Dios, y cuán gratos hayan de serle a quien en tan soberano estado los sublimó, pues éste tan agradecido se monstró al Sol, que según su errónea opinión le ayudó a conseguir tan maravillosa victoria, y por ella tan temprano al Estado Real subió.

En el cap. 7 queda largamente dicho, cómo al principio de su reinado trató de introducir en todos sus reinos el cultu y religión del Sol, y mandó que todos le constituyesen templos en los lugares más eminentes, y como para por su ejemplo animarlos, sus Palacios y Casas Reales, donde los Reyes, sus antecesores, habían morado, y su padre y él actualmente habitaban, saliéndose dellos, los dedicó para templo del Sol, el cual fue uno, y quizá único, el más rico de oro y plata y proveído de servicio que hobo en el mundo, y lo adornó de grandes y admirables vasos de oro y plata y riquezas otras; inextimables (sic), y de aquellas monjas doncellas, hijas de Señores, para que siempre vacasen al servicio y ministerio del Sol, Con otras cosas admirables que allí referimos.


- 145 -


Ordenadas las cosas espirituales del cultu divino y todo lo que concernía a la religión, diose luego este bueno y prudentísimo Rey a ordenar lo que convenía a la gobernación y común utilidad de sus reinos, a polir y a esmerar todas sus repúblicas con hermosa y perfecta (cuanto sin fe de Dios verdadero fue posible) y nueva manera de policía. Esta comenzó a fundar en su Real ciudad del Cuzco, para que todos los Señores que le obedecían, en sus ciudades y pueblos, y todos sus gobernadores que en su lugar en las provincias y pueblos grandes ponía, tomasen de allí el ejemplo y forma cómo habían de ordenar las repúblicas, polir e las gobernar. Y para tener crédito con todas sus gentes y que las cosas que determinase tuviesen autoridad, usó desta industria, llamándose hijo del Sol; y así se intitulaba por este vocablo Capaynga, que quiere decir «sólo Señor», y añidía otro título de que más él gloriaba por gran excelencia, y este era Indichuri, que significa «hijo del Sol». Y así decía quel Sol no tenía otro hijo ni el tenía otro padre sino al Sol. Y así, cuanto hacía y ordenaba, decía que lo hacía y ordenaba y mandaba el Sol. Semejante fue esta industria, para cobrar con los pueblos autoridad, a la de Numa Pompilio, segundo


- 146 -


Rey de Roma, que fingió tener por mujer a la ninfa Egeria, y que de noche tenía con ella sus coloquios y conversación, y que de parecer della constituía las leyes, así las del regimiento temporal, como las que tocaban a la religión; aunque más honesta fue la industria deste que la de Numa, llamándose hijo del Sol.

Lo primero que cerca desto hizo, fue dividir toda la ciudad del Cuzco, que ya era muy populosa, en dos barrios o partes o bandos. El uno y más principal llamó Hanancuzquo, que quiere decir «la parte o barrio o bando de arriba del Cuzco», a la otra puso nombre Rurincuzquo 82, que significa, «la parte o barrio de abajo del Cuzco». El barrio y parte Hanancuzquo, que era principal, subdividió en cinco barrios o partes: al uno y principal nombró Cápac ayllo, que quiere decir «el linaje del Rey»; con éste juntó gran multitud de gente y parte de la ciudad, que fuesen de aquel bando; al segundo llamó Iñaca panaca; el tercero Cucco panaca; el cuarto Auca yllipanaca 83; el quinto Vicaquirau panaca; a cada uno de los cuales señaló su número grande de gente, y así repartió


- 147 -


por bandos toda la ciudad. Del primer barrio o bando hizo capitán a su hijo mayor y que le había de suceder en el reino; el segundo y tercero señaló a su padre y descendientes por la línea trasversal; el cuarto a su agüelo y descendientes también por la línea transversal; el quinto a su visagüelo, por la misma línea 84.

Asimismo la parte y bando segundo y principal de la ciudad que llamó de Rurincuzco barrio de abajo del Cuzco, subdividió en otras cinco partes o parcialidades: a la primera llamó Uzcamayta, y deste hizo capitanes a los descendientes del segundo hijo del primer Rey Inga; a la segunda nombró Apomaytha, de la cual constituyó capitán y capitanes al segundo hijo y descendientes del segundo Inga, a la tercera parcialidad o bando puso nombre Haguayni, del cual nombró por capitán y capitanes al segundo y descendientes del tercero Inga; al cuarto barrio nombró Rauraupanaca, cuya capitanía encomendó al segundo hijo y descendientes del cuarto Inga; al quinto barrio llamó Chimapanaca, y diole por capitán y capitanes al segundo hijo y sus descendientes del quinto Inga.


- 148 -


Esta orden y división hizo (según cuentan los viejos, en quien permanecen las historias de sus antigüedades) por dos razones o para dos efectos: el uno, para que estando así divididos por sus barrios y capitanías o parcialidades, y reducidos a orden, se pudiese tener con toda la gente y comunidad mejor y más cierta cuenta y razón, así para las obras públicas que se hobiesen de hacer, como para los tributos que habían de pagar. Lo segundo, para que como hombres que tenían diversas partes y lugares diversos de la ciudad, y les eran más proprias que las de los otros, y así estaban como contrapuestos, cada y cuando que hobiesen de ser llamados para efectuar cualquiera obra, presumiesen los de cada barrio o bando o parcialidad de hacerla mejor que los de la otra, cuasi emulando y teniendo envidia virtuosa los unos de los otros, como vemos entre nosotros en las ciudades questán repartidas en collaciones, que cuando son llamados los vecinos dellas para guerra o para otras obras del bien público, cada una presume de se aventajar sobre la otra, así en sacar mejor lebrea (sic), como haciendo lo mejor que puede la parte que le cabe; y, esto es harto natural.

No fue chico argumento esta división


- 149 -


y orden que este Rey puso, de su gran prudencia, juicio sotil, largo discurso de razón y amplísima capacidad. Hizo desto edito público, mandando que todos los Señores y gobernadores de todo su reinado dividiesen cada provincia en dos partes principales, y cada una dellas se subdividiese en otras cinco, de la misma manera que en la ciudad del Cuzco había hecho y ordenado. Después dividió toda la tierra en otras dos partes, debajo de términos y vocablos más generales, conviene a saber: de Hanan y Rurin; e mandó que todos los de la parcialidad de Hanan que se llamasen hanansaya, que quiere decir «el bando de los de arriba»; y a todos los de la de Rurin se llamasen rurinsaya, que quiere decir «el bando de los de abajo»; como si dijera los andaluces, por los de Andalucía, los castellanos por los de Castilla. Y así, cuando alguna provincia por mandado del Rey había de hacer alguna obra pública o contribuir con tributos o servicios, todos los de Hanan, como todos los andaluces, acudían a una, y cada parcialidad de aquellos a su parte por sí, como digamos cada ciudad; y de cada ciudad, cada bando o parcialidad de las ciudades acudía con lo que le cabía. Los de Rurinsaya, como los castellanos,


- 150 -


hacían lo mismo y acudían de la manera dicha; lo uno, porque hobiese orden y concierto en todo y se evitase confusión; lo otro, porque, a porfía los unos de los otros, cada uno lo hiciese mejor y se señalase más en la parte que le cupiese de la obra. Lo mismo era en las guerras y fiestas y juegos y sacrificios que se hacían



 




81.Conservo y no enmiendo la ortografía del original en éste y en la mayoría de los nombres quichuas.



82.Hurin Cuzco.



83.Auca aylli panaca.



84.Parece que falta y descendientes.






Anterior - Siguiente

Índice | Palabras: Alfabética - Frecuencia - Inverso - Longitud - Estadísticas | Ayuda | Biblioteca IntraText

IntraText® (V89) Copyright 1996-2007 EuloTech SRL