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Gustavo Adolfo Bécquer
El Caudillo de las manos rojas

IntraText - Concordancias

(Hapax Legomena)
abad-demas | depos-juram | juro-sagra | salek-zarza

     Capítulo, Párrafo
1 V,XVIII| benéfico genio de Allab - abad.~ 2 IV, IV | su promesa y ahora está abandonado por mi funesto enemigo. 3 V, XI | XI~Un día, tu padre abandono el templo para dirigirse 4 I, IX | permanecen aun bajo el verde abanico de una palmera, mudo testigo 5 III,VII | hojas que se agitan como abanicos de esmeraldas sobre sus 6 V,VII | abandonando su guarida, se abate sobre una de las enhiestas 7 II,XVII | en un grosero cayado de abedul y que en la sola compañía 8 II,XIII | hervidero de cien legiones de abejas. Una manga de aire frío 9 V, V | malezas que crecen en las aberturas de las peñas, el príncipe 10 IV,VIII | dilatandose de eco en eco en los abismos de las cordilleras. La lluvia 11 VII, IX | vapor de los licores se abra rendido al sueño, abandonando 12 VII,VII | pasa sus manos sobre su abrasada frente para apartar de ella 13 V,XIX | los muros al desplomarse abrasados por las silbadoras llamas, 14 I,XIII | cadáver y cuyas rodillas abraza una mujer? Es Pulo-Dheli, 15 II, IV | Por eso, apenas la aurora abre las puertas al día, se lanza 16 II, IV | desnuda de sus vestidos, que abrillantan las perlas y el oro, y, 17 II,XII | horroroso cuyo recuerdo abruma mi alma como una pesadilla 18 VII, XI | el insomnio en su delirio abrumador no forjaron nunca una imagen 19 V,XXIII| caudillo; este, maravillado y absorto, sube la suave pendiente 20 II,VIII | una venerable tradición, abundan las sagradas linfas.~ 21 VI,VII | Pulo corre al lugar que acaban de indicarle; efectivamente, 22 III,VIII | piedras preciosas, y la acelerada respiración de Siannah, 23 IV,XVIII| herirla. ¡Imposible! Las aceleradas escamas que la cubren y 24 IV, XV | como un pergamino que se acerca al fuego. Diríase, al contemplar 25 IV, IX | destructor, cuyo triunfo parecía acercarse, equivocando aquellos quejidos 26 V,XIV | escudo, desnudad vuestros aceros y que las roncas bocinas 27 III, IV | del Ganges el valle del Acíbar, llamado así no tanto por 28 VI, II | tu palacio un peregrino; acógele en tu morada, lávale los 29 IV,XVIII| príncipe, sin aguardar a que le acometa, se arroja a su cuello, 30 V,XIV | dirigiéndose a los que le acompañan - , dadme el arco y el escudo, 31 II,XVI | esposa Siannah, que deberá acompañarte, la sangre desaparecerá 32 III,XIV | tiembla y su pecho se eleva acompasadamente, como una ola que se hincha 33 III,XIV | llena el aire de melodiosos acordes y me estremecen a su contacto?~ 34 II,VII | abandona su alcázar para acosar en sus dominios al soberbio 35 V,XIII | vencer, tras tantos años de acostumbrarse a huir.~ 36 III, II | todos los puntos de la India acuden a sus templos, más numerosos 37 VII,XIV | servidores del príncipe, que han acudido a su llamamiento, se apresuran 38 IV, II | nuevo, un joven planeta, se adelantaba hacia mi, trazando su circulo 39 VI, VI | ser hombre». «De hoy en adelante, tus votos serán cumplidos». 40 V,XIV | después en los aires en ademan de triunfo, prorrumpe a 41 V,VIII | playas, internándose tierra adentro, a través de un pantano 42 II,XII | En vano consulté a los adivinos de Bracma. Las penitencias 43 VI, II | que llenara al mundo de admiración, y alrededor de cuyas altísimas 44 VI,III | esfuerzos has hecho para adormir tu conciencia y lavar la 45 I, V | meteoro de la gloria, puede adornar sus caballos con la roja 46 VI, II | y con sus ofrendas y tus adquisiciones la pagoda de nuestro dios 47 II, X | leves expiaciones que los aduladores bracmines de Kattak le impusieron 48 I, VI | de una tempestad en las aéreas cumbres de Davalagiri. Es 49 V, VI | cayendo de rodillas ante el aéreo nido del cuervo de la cabeza 50 VI, VI | de mis vigilias, de mis afanes y de mi amor fue tal, que 51 V, X | sombras de la noche, para afilar las espadas que habían de 52 I, V | suspender su puñal de mango de ágata del amarillo schal de cachemira, 53 II,VII | eco de los bosques, cien ágiles esclavos le preceden arrancando 54 III, XI | Siannah vuelve a su muda agitación. Su esposo, en tanto, la 55 I, II | objetos, que parecen vacilar agitados por el soplo de un espíritu.~ 56 V,VII | enhiestas rocas y después de agitar sus alas por tres veces, 57 III,XIV | en el árbol. La sangre se agolpa a mi corazón, rebosa en 58 V, VI | palabras, como los tulipanes agostados por el fuego del día esperan 59 III,VII | arrullo de un tórtola. Al agradable son de las aguas y de las 60 IV, X | para arriesgarse en sus agrestes y enmarañados senderos con 61 VI, II | cuyas altísimas torres se agrupan las nubes y estallaran las 62 II,XIII | por grados del fondo del agua sagrada, rumor confuso como 63 IV,XVIII| agudo. El príncipe, sin aguardar a que le acometa, se arroja 64 VII, II | impaciencia? ¡Mi impaciencia! ¡Ah! Cuando de su llegada pende 65 IV,XXIV | dice el caudillo con voz ahogada por el llanto - , Siannah, 66 IV,XIII | silbar responde un mugido ahogado y profundo. El tigre salta. 67 IV,XVIII| lo estrecha y comienza a ahogarle; ya el puñal se ha escapado 68 II, II | cabecera del lecho, los ahuyenta con un grito lúgubre y prolongado, 69 VII,XIV | roncas bocinas de marfil ahuyentan el tranquilo sueño de los 70 VII, XI | resplandor de una lampara de alabastro, se ve el informe busto 71 V,VIII | espesos y rojos celajes, el alado guía se aparta de las playas, 72 V,XVIII| montes repite sus salvajes alaridos. Suena la señal del combate 73 IV, XV | indecisa, semejante al primer albor de un día sin sol y sin 74 II, I | alegría; verlos cruzar al alcance de la mano y, al tenderla 75 III, I | Benares, celebre por sus alcázares, cuyos cimientos besa el 76 VI, I | solitarios lugares con el alegre y bullicioso clamor de los 77 VI,VII | príncipe al ave, que se aleja batiendo sus alas de azabache.~ - 78 III, XI | un éxtasis que la hubiese alejado por algunos instantes de 79 II,VII | el honor de conducir su alejo de ópalo. ¿Viene a buscar 80 II,VII | malezas de los senderos y alfombrando el lugar en que ha de poner 81 IV, XV | convulsión, comienzan a alfombrar el suelo con las pálidas 82 IV,XII | vuelve esta a interrumpir - . Alguien respira alrededor nuestro.~ - 83 | algún 84 | alguna 85 II, IX | los cóndores le traen su alimento y que el genio de aquellas 86 V, XI | portadores de su escudo y su aljaba.~ 87 V,XVIII| honor del benéfico genio de Allab - abad.~ 88 III, II | flores al genio protector de Allad-Abad, ciudad que debe sus nombre 89 IV, I | los hombres y el de las almas, sirviendo para bajar las 90 VII,XVI | Pulo, volviéndose hacia el altar en que esta colocado el 91 VII, XV | nubes que se elevan de los altares difunden la esencia de la 92 VI, II | admiración, y alrededor de cuyas altísimas torres se agrupan las nubes 93 V,VIII | cubierto de juncos verdes y altísimos.~ 94 IV, XV | gozo a su vista, quieren alzar el vuelo y entonar su canto; 95 II, IV | beso sobre la frente de su amada, sale del palacio en traje 96 I,VII | poderoso Tippot-Dheli, la amante de su hermano, la virgen 97 III, IV | este licor, como por las amarguras que padecen los infelices 98 V, II | sobre las nubes celestes y ambarinas, recogen con las matinales 99 VI, IV | cuanto inspire tu deseo o tu ambición?~ 100 V,XVI | de la pagoda, llenan el ámbito de los aires con los terribles 101 VII, XV | del aloe por los extensos ámbitos de la pagoda; el príncipe 102 III, X | atropellándose en ellos como olas de ambrosía que vienen a expirar sobre 103 III,III | de los siete schales de amianto, y cien otros países, ciudades, 104 VII, II | se esconde tras las nubes amontonadas en el Occidente, cuando 105 V, IX | IX~Las nubes, amontonándose en el Occidente, envuelven 106 II, XI | el enojo de Schiwen no se amontone sobre tu cabeza como las 107 II, VI | emblema misterioso y del amuleto de los reyes cambia sus 108 IV,XII | que agita las lianas - añade el príncipe, armando la 109 IV, XX | medida de la culpa debe añadirse a la del castigo. El que 110 II, XI | de la gruta. Allí ve una ancha vasija de cobre suspendida 111 VII,VII | noche sube, serena, por el ancho cielo, derramando un suave 112 VII, XI | creaciones, el sueño en sus angustiosos pesadillas, el insomnio 113 IV,VII | un mundo poblado de seres animados con la vida de la idea, 114 II,XVI | aparecer de nuevo en forma de animales desconocidos y fantásticos; 115 V, I | príncipe, después de un año de peregrinación, llega 116 IV,XXVI | mancha de sangre de tus anos desaparecerá para siempre 117 IV, XI | escuadriñadora a través de los añosísimos troncos de aloes que bordan 118 VII, II | culpas, ¿es posible que no ansíe apagar el ultimo rayo de 119 II, VI | fieras en su guarida? ¿Viene ansioso de encontrar la soledad, 120 VII,III | sobrecogido al escuchar las anteriores palabras, vuelve el rostro 121 VII, I | vuelto a levantarse sobre sus antiguas ruinas. El mismo día en 122 VI, VI | cuales, volviéndome a mi antiguo ser, el dios preguntome: «¿ 123 IV, XV | suspendidas en el tronco de los antiguos reyes del bosque, pierden 124 I, IX | Ya la estrella del alba anuncia el día; la luna se desvanece 125 VII,XIV | ejecutar sus mandatos: las apagadas antorchas vuelven a despedir 126 III,VII | deliciosas frutas del bosque, apagan su sed en las cristalinas 127 VII, II | es posible que no ansíe apagar el ultimo rayo de luz que 128 II, XI | palmera, para que el viajero apague su sed. El caudillo toca 129 IV,XXV | felicidad de los amantes, aparecen unas tras otras rodeadas 130 IV,XXVI | Vichenú, que se le había aparecido en sueños.~ 131 VII,VII | su abrasada frente para apartar de ella la bruma de la embriaguez.~ ~ 132 V,XVI | sacerdotes de Vichenú se aperciben de la sorpresa y, subiendo 133 IV, XX | cielo. He aquí por que me he apiadado de tus culpas. inútil es 134 III, XI | mortales, y su hermano Vichenú, apiadándose de nuestra infelicidad, 135 IV,XIX | XIX~Un furor terrible se apodera de esta, que desasiéndose 136 V, IX | aquí que la noche se ha apoderado de la tierra y que en balde 137 VII, XI | desaparecido.~En mitad del aposento, y al débil resplandor de 138 IV,III | su alegría y su gloria aprecian insultar mi terrible poder. 139 V,XIII | caudillos de Lahorre han aprendido de nuevo a vencer, tras 140 V, VI | dios de la destrucción le aprestaba: heme aquí esperando tus 141 VII,XIV | acudido a su llamamiento, se apresuran a ejecutar sus mandatos: 142 IV,VII | huye de los lazos que le aprisionan para lanzarse al éter; allí 143 IV,XVIII| de Jawkior.~Ya el reptil, aprisionándolo entre sus anillos de bronce, 144 III, V | del río, a cuya fuente se aproximan. Un boabab corpulento y 145 III,XIV | joven esposa al pie de las aras.~ - ¡Pulo!...~ - Canta, 146 III, IV | llamado así no tanto por los árboles que produce, de los que 147 V, V | una hora, asiéndose a los arbustos y malezas que crecen en 148 VII, X | fuera posible descubrir este arcano!~Diciendo así, el caudillo 149 II, IX | inmortalidad, le revela los arcanos futuros. Otros aseguran 150 III,XIV | ven mas que el fuego que arde en los tuyos. Caudillo, ¿ 151 V, VI | Vichenú, logrando con este ardid evitar la muerte que el 152 V, X | Cutac y de Lahorre, que, ardiendo en sed de venganza contra 153 III, XI | rojos dejan escapar suspiros ardientes, y en su pupila húmeda, 154 IV, IV | funesto enemigo. Refresca su ardorosa frente con tus alas y aguarda 155 V, II | brillan como las escamas de la armadura de un guerrero en un día 156 V,XIII | al rayo del sol como las armaduras de los guerreros de Lahorre. ¿ 157 IV,XII | lianas - añade el príncipe, armando la flecha y cubriendo a 158 IV,III | seno brotaba un raudal de armonías que llevaban el vacío, dilatándose 159 VII,XII | facciones se ven grabadas, en armoniosas líneas y rasgos atrevidos, 160 III, XV | expira, y con el, suave y armonioso el rumor de un beso.~¿Que 161 III, X | hermosa mía, que hasta la aroma que precede al objeto de 162 V, II | el cielo una columna de aromas en emanaciones, perfumadas 163 VII, V | de ámbar, coloradas con aromáticos licores, circulan en derredor, 164 V, XX | terrible sencillez nunca había arrancado una lagrima tan ardiente 165 V,III | defiéndeme contra mi mismo, arráncame el amor y la conciencia, 166 II,VII | ágiles esclavos le preceden arrancando las malezas de los senderos 167 II, I | devora, sin que me sea dado arrancarla de su guarida? ¡Ser rey, 168 IV,III | corre en pos de él para arrancarle a la inmensa tumba de los 169 IV,XXIV | no infortunio, ¿quien te arranco de mi lado para robarme 170 VII,XVI | la de mi hermano, a quien arranque la vida con la corona. Schiwen, 171 III,III | Espuri, cuya mansa corriente arrastra oro bastante a construir 172 II,XII | astros y en las arenas que arrastran los ríos, dime: ¿cuándo 173 III, XV | un soplo del huracán los arrebata.~ 174 I, X | hermano.~Su hermano a quien arrebataba su único amor; su hermano, 175 IV,XXI | había logrado merecer con mi arrepentimiento, ¿que haré para lavar mi 176 V, IX | valor juzgo el de aquel que arriesga su vida contra enemigos 177 II, X | término de las empresas arriesgadas, una penitencia suficiente 178 IV, X | el valor necesario para arriesgarse en sus agrestes y enmarañados 179 V,XXIII| XXIII~Pulo se arrodilla, y del tosco sepulcro del 180 V,XIX | expirante llama del incendio, arrojando sus temblorosos círculos 181 VII,XIX | primera viuda indiana que se arrojó al fuego con el cadáver 182 IV, XV | el color y la frescura, arrugándose sus tersas flores como un 183 III,XIII | himno de nuestra patria, arrulla mi sueño como una madre, 184 III,XIV | temas; yo dormiré tranquilo, arrullado por el eco de tu voz, el 185 III,VII | melancólico, semejante al arrullo de un tórtola. Al agradable 186 VI, I | trae en tu compañía los artífices mas celebrados que en el 187 V, IV | misteriosas, emprende una difícil ascensión para llegar a la cima de 188 II,XVI | se guardan, y son estas: «Asesino marcado por Schiwen con 189 IV,XXVI | desnudado el puñal para asestarlo contra su pecho, se detiene 190 I, XI | de la muerte lo tuviera asido por el cabello. Los dos 191 V, V | por espacio de una hora, asiéndose a los arbustos y malezas 192 VII,III | Orisa, ¿querrás darme un asilo en tu morada?~ ~ 193 II, I | mano y, al tenderla para asirlos, encontrar todo cuanto toca 194 III, XV | gran llanura de Nepaul, asombran al viajero y un soplo del 195 VII, X | hubiera caído a sus pies no le asombraría tanto como la escena que 196 IV,XVI | desoladoras; pero lo que más asombro le causa es el ver el sangriento 197 IV, XV | Diríase, al contemplar este asombros espectáculo, que un tósigo 198 V,XII | peregrinos? La fama del asombroso templo de Cutac, corre de 199 I, VI | de una noche serena o el aspecto terrible de una tempestad 200 IV,XIV | escudo, ha podido evitar su ataque merced a esa ligereza y 201 V, IX | defenderme de sus traidores ataques.~Volvamos atrás y esperemos 202 II,XVII | hermosa, pero humildemente ataviada, sale por una de las puertas 203 IV, II | fascinado e inocente como el ave atraída por el boa.~ 204 V, XI | oscurecía la luz del sol, atrajo su curiosidad. «¿Que nueva 205 V, IX | traidores ataques.~Volvamos atrás y esperemos al día para 206 VII,XVIII| grito de horror.~Pulo se ha atravesado con su espada, y el caliente 207 III, IV | terribles de las pruebas atravesando a par del Ganges el valle 208 III, IV | se ven en la necesidad de atravesarlo. Y Pulo atravesó las rocas 209 III, IV | necesidad de atravesarlo. Y Pulo atravesó las rocas que lo erizan 210 VII,XVIII| aquel instante, una mujer atraviesa el atrio de la pagoda y 211 VII,XII | armoniosas líneas y rasgos atrevidos, la noble fiereza, la salvaje 212 VI, II | cazador como un emblema de sus atributos, o en la figura que tu tienes, 213 VII,XVIII| una mujer atraviesa el atrio de la pagoda y se adelanta 214 III,VII | satisfacerse. Sus palabras se atropellan llenas de un fuego y de 215 III, X | unos labios encendidos, atropellándose en ellos como olas de ambrosía 216 II,XVI | como cañas; de lamentos y aullidos tan espantosos, que la sangre 217 | aún 218 VI, VI | pedí volver a ser cuervo, y aunque después de juzgarme en la 219 III, VI | VI~Un aura fresca mece las magnolias 220 III,XIV | la noche a coronar con tu aureola a los que arden en tu llama.~ 221 V, II | depositarlas a los pies de Bermach, autor de la maravillosa maquina 222 III,VII | peligro pasado, las mil aventuras de que han sido héroes durante 223 IV,XIV | patrimonio de los hombres avezados a los peligros y a la muerte. 224 II,XIV | la gruta sagrada.~ - ¿Has ayunado las tres lunas?~ - Sí.~ - ¿ 225 VI,VII | aleja batiendo sus alas de azabache.~ - Lee una inscripción 226 V, IV | tempestades, cuyas plantas besan o azotan las hirvientes olas del 227 V,XXI | fantásticas, ligeras, y de un azulado resplandor?~ 228 V,VIII | promontorio, donde espera que baje el caudillo. Cuando este 229 II, VI | encontrar la soledad, único bálsamo de las penas que el resto 230 VII, V | cielo. Cuando termina el banquete y las copas de ámbar, coloradas 231 V,XIII | el eco de la terrible y barbara armonía de sus trompas de 232 V, XV | crispados y tendidos hacia las barbaras huestes, que se adelantan 233 III, X | mi espíritu formaban la base de mis delirios de oro. ¿ 234 II, X | Kattak le impusieron no bastaban a desterrar sus remordimientos, 235 VI,III | indiscreta mirada; esta bastaría para que el extranjero desapareciese 236 V,XVII | responde al rumor de la batalla con el grito de guerra.~ 237 I, V | rajá de Dakka, rayo de las batallas y hermano de Tippot-Dheli, 238 VI,VII | príncipe al ave, que se aleja batiendo sus alas de azabache.~ - 239 I,III | la improvisación de una bayadera.~ 240 V, XX | que en su paso cantan las bayaderas al son de los címbalos, 241 III,XIII | que no como una esposa.~La beldad de las trenzas de ébano 242 II, IV | puede gustar la copa del beleño con que los dioses brindan 243 V, XV | huestes, que se adelantan al bélico y rudo compás de sus instrumentos 244 III, I | de Nepal; ya han visto a Benares, celebre por sus alcázares, 245 I,VIII | y el Ganges al golfo de Bengala, y el golfo al océano. Todo 246 III,VIII | grito breve y agudo del bengalí, el zumbido monótono y tenaz 247 V, IV | tempestades, cuyas plantas besan o azotan las hirvientes 248 III,VII | que corren, produciendo al besar las orillas un ruido manso 249 III, I | Indostán del imperio de los birmanes. Como las creaciones de 250 VII, XV | lamparas de bronce y oro; las blancas nubes que se elevan de los 251 IV,VIII | de las selvas. Los genios blanden sus cardenas espadas de 252 V,XIV | de que era portador, y blandiéndola después en los aires en 253 V,VIII | sin abandonar la rivera, blanqueada por la espuma, y cuando 254 III, V | fuente se aproximan. Un boabab corpulento y magnifico les 255 IV,VIII | sacudiendo las gigantes ramas del boabad de las selvas. Los genios 256 IV, XX | imprevisión de los hombres de la bondad del cielo. He aquí por que 257 VII,XVIII| su espada, y el caliente borbotón de sangre que brota de su 258 VII, I | encendida faja de luz que borda el horizonte del Océano.~ ~ 259 IV, XI | añosísimos troncos de aloes que bordan las lindes del sendero.~ 260 II,XIV | Mi sangre toda no podrá borrar esta sangre?~ - Lo ignoro; 261 II, X | crimen que ni la sangre borraría. Uno de estos es Pulo, porque 262 IV, IX | IX~Un bracmin, al atravesar en tal noche 263 II,III | espumosa que se estrellan bramando sobre las oscuras peñas 264 III,VIII | calma profunda el grito breve y agudo del bengalí, el 265 III,VIII | insectos que voltean en el aire brillando a la luz del sol como un 266 II, II | cámara; en valde la seda de brillantes colores se ha extendido 267 I, IX | de un solo salto haciendo brillar al mismo tiempo la hoja 268 V, IX | vencer; si al menos la luna brillara en el cielo, su luz me guiaría 269 I, VI | de alba, ya el siniestro brillo de la pupila del tigre, 270 IV,XXIII| sueño del mediodía. Las brisas de las tarde, impregnadas 271 IV, XX | rubor de su falta colora sus bronceadas mejillas y ahoga su voz. 272 IV,III | III~De su seno brotaba un raudal de armonías que 273 V,XII | se aproxima, y de la cual brotan centellas de fuego, exclama 274 VII,XII | redonda pupila parece pronto a brotar el rayo y la muerte; su 275 II,VIII | alimenta, manantial sagrado que brotó de las hendiduras de una 276 III,XIII | con las siete pieles de búfalo y rodead a mi casco al schal 277 III, VI | sudor de sus frentes. El bulbul, sobre las ramas de un penachudo 278 VI,VII | roca donde vive lejos del bullicio del mundo, para mostrarselo 279 VI, I | lugares con el alegre y bullicioso clamor de los trabajadores, 280 I,XII | sí, como la estela de un buque, el polvo de oro que levantan 281 VI, V | forma y se encarno en esta, burlando así la vigilancia de su 282 IV, II | de la muerte; mas en vano buscaba la ocasión de herirle; en 283 V,VII | refieras. El templo que buscas se halla lejos de este lugar; 284 IV, XX | culpas. inútil es ya que busques las fuentes del Ganges. 285 VII, XI | alabastro, se ve el informe busto de un horroroso ídolo.~La 286 IV,VIII | en que se les ve pasar cabalgando. El trueno retumba, dilatandose 287 I, V | gloria, puede adornar sus caballos con la roja cola del ave 288 II, II | remordimiento, sentado a la cabecera del lecho, los ahuyenta 289 VII, V | dos magníficos schales de cachemir, los bracmines sirven exquisitos 290 V,XIX | temerosos de lanzarse sobre los cadáveres insepultos.~Los vencedores 291 V,VIII | en los aires, dejándose caer al pie de promontorio, donde 292 VII,XVIII| atravesado con su espada, y el caliente borbotón de sangre que brota 293 IV,XXIII| perfumes, juguetean con el cáliz de las flores, que se abren 294 VI,III | sus operaciones durante la callada noche con una sola e indiscreta 295 III,VIII | Sólo interrumpe en esta calma profunda el grito breve 296 III,VII | llenas de un fuego y de un calor vivisimo después va poco 297 II, II | pebeteros embalsama la opulenta cámara; en valde la seda de brillantes 298 II, VI | del amuleto de los reyes cambia sus vestiduras por el tosco 299 V,XXIII| lanzándose al vacío, comienza a caminar con dirección al ocaso.~ 300 II,XVI | montes se estremecían como cañas; de lamentos y aullidos 301 V,XXI | allá, entre los espesos cañaverales, encenderse una llama ligera 302 III,XIV | espuma.~La vuelta del combate~Canción~ 303 III,XIII | príncipe - no escucho ahora las canciones de mi patria con el placer 304 I, I | pies, entre los bosques de canela y sicomoros, semejante a 305 II,III | refrescan con sus alas los cansados párpados de los justos, 306 III,XIII | Siannah, voy a dormir. Cántame algún himno de nuestra patria, 307 V, XX | historia que en su paso cantan las bayaderas al son de 308 I,XII | los ecos de este solemne cántico?~ 309 I,VIII | Schiven, cuyo cerebro es el caos, cuyos ojos son la destrucción 310 III, V | magnifico les presta su sombra, capaz de cubrir a una tribu de 311 V,XIV | Salek, uno de sus traidores capitanes, por toda respuesta, le 312 IV,XVI | miserable como soy, venderé cara mi vida.~ 313 V,XVI | los terribles bramidos del caracol sagrado, al que responden 314 IV,XIX | el arco tendido aun y el carcaj de las flechas de diamante 315 VII,XIV | medrosos lamentos y horribles carcajadas. Son los genios de la destrucción, 316 VI,VII | grabado con mi pico en la carcomida del ara y lo sabrás - dice 317 IV,VIII | Los genios blanden sus cardenas espadas de fuego sobre las 318 V,XVIII| gime bajo el peso de sus carros y elefantes de guerra y 319 IV,XIX | que desasiéndose del ya casi inanimado cuerpo de Pulo, 320 IV, XX | culpa debe añadirse a la del castigo. El que te impulso al solitario 321 III, XV | beso.~¿Que son los vanos castillos que eleva la voluntad del 322 III,XIII | deben amor, y nuestro amor, casto y puro otras veces, ahora 323 II, IX | temor y respeto cuando por casualidad baja la llanura. Dicen que 324 II,III | sueño del criminal.~Gigantes cataratas de sangre negra y espumosa 325 IV,VIII | que parece formarse en la cavidad de un pecho en bronce.~ 326 II,XVII | que se apoya en un grosero cayado de abedul y que en la sola 327 V, VI | dioses - prorrumpe Pulo, cayendo de rodillas ante el aéreo 328 II,XVI | en que el valiente Tippot cayó a tus plantas. Si en el 329 VI, II | Cachemira; oro, en Siam; cedros, en Katay; elefantes en 330 I,VIII | con sus ondas las alas del céfiro, huye al morir al Ganges, 331 V,VIII | rodeado de espesos y rojos celajes, el alado guía se aparta 332 VI, I | compañía los artífices mas celebrados que en el encuentres. A 333 III, I | ya han visto a Benares, celebre por sus alcázares, cuyos 334 V, X | derrota de tu padre. Schiwen, celoso del culto que este rendía 335 V, IX | sepultándome en sus aguas cenagosas e inmóviles.~ 336 V,VIII | a través de un pantano cenagoso y cubierto de juncos verdes 337 IV,XXV | otras rodeadas de un ligero cendal de bruma, y Siannah no aparece.~ 338 VII, XV | la pagoda; el príncipe ha ceñido la frente con el amarillo 339 VII, XV | rodillas ante el ara.~Las ceremonias con que los bracmines, invocando 340 V,XXIII| blanca tiende el vuelo y, cerniéndose en los aires sobre las ruinas 341 IV, XV | XV~La lluvia ha cesado. El huracán y el trueno 342 IV, II | príncipe que usurpo un día el cetro de la muerte; mas en vano 343 V,XIX | llamas, o el ronco grito del chacal que, ofuscado por el ardiente 344 VII,VII | esplendor, que se quiebra en chispas de plata sobre las crestas 345 V,XIX | sombra sobre la llanura, chispeaba en el casco de los valientes 346 VII,III | peregrino; las humildes chozas y los maravillosos palacios 347 IV,XIX | cuerpo de Pulo, busca a ciegas a su celeste enemigo.~La 348 III, IX | sin forma ni color que se ciernen en el cerebro del poeta; 349 VII,XVII | de la mía; que sus besos cierren mis párpados a la eterna 350 III, I | por sus alcázares, cuyos cimientos besa el sagrado río que 351 VII,VIII | golpes del martillo y el cincel del escultor.~Ni un lejano 352 V,XVII | y el schal amarillo que ciñe su frente? «¡Mi dueño!», 353 IV, X | rodean el schal amarillo a la cintura en las fiestas y a la rente 354 II,III | mar, cabellos de ébano y cinturas esbeltas como los juncos 355 VII, V | con aromáticos licores, circulan en derredor, vertiendo la 356 IV, XV | espectáculo, que un tósigo mortal, circulando en el aire o levantándose 357 IV, II | adelantaba hacia mi, trazando su circulo en el vacío, fascinado e 358 IV, XV | los relámpagos sucede una claridad tenue y azulada, una luz 359 IV,XVII | fijos y fascinadores, están clavados en los del caudillo. Este, 360 III,XII | o duerme; mas no me los claves en el alma.~ 361 I, XI | Siannah le ve también, se coagula la sangre en sus venas y 362 I, V | sus caballos con la roja cola del ave de los dioses indios, 363 VII, IV | que ama al lecho nupcial, colgado de púrpura y lino ,como 364 VII, X | las manos rojas separa las colgaduras de seda y oro que cubren 365 I, V | ave de los dioses indios, colgar a su cuello la tortuga de 366 V, II | lluvia de perlas sobre las colinas y las llanuras; los horizontes 367 VII,XVI | hacia el altar en que esta colocado el dios, prosigue de este 368 VII, I | El mismo día en que se coloco la ultima piedra en la gigante 369 III,VII | cabezas recuerdan en dulces coloquios, y con esa especie de satisfacción 370 VII, V | banquete y las copas de ámbar, coloradas con aromáticos licores, 371 IV,XVIII| grueso como el de una palma colosal, y hace esfuerzos inauditos 372 V, IV | llegar a la cima de las colosales rocas, cuya frente han ennegrecido 373 V, II | crepúsculo, se eleva el cielo una columna de aromas en emanaciones, 374 I, V | vuelan como la saeta a los combates y a la muerte, tras el estandarte 375 VII,VIII | aquella noche en su palacio y, combatido por la curiosidad y la impaciencia, 376 III, XV | voluntad del hombre para combatir las funestas armas de que 377 VII,XIX | en un delirio de placer, combinando la gentileza de las palmas 378 II,XII | Consultarte.~ - Habla.~ - Yo he cometido un crimen. Un crimen horroroso 379 III,XII | levante del golfo y la luz comience a palidecer.~ - Esperemos - 380 VII,XIV | y la triste e imponente comitiva que conduce al dios de la 381 IV,XXIV | oyes? Siannah, inseparable compañera de mi dolor y no infortunio, ¿ 382 I,VII | los poetas de su nación comparan a la sonrisa de Bermach, 383 VI,III | ruégale, en nombre de nuestro común protector, que talle su 384 I, VI | de la pupila del tigre, comunicando a sus oscuras facciones 385 VII,XVII | mi ultima ofrenda; pero concédeme, al menos, que antes de 386 VI, IV | tiene poder bastante para concederte cuanto inspire tu deseo 387 III, IX | vagan confusas, como esas concepciones sin forma ni color que se 388 VII, XV | templo de Jaganata, han concluido.~ ~ 389 VII,XII | tosca escultura que, sin concluir aun, se presenta a los ojos 390 VII, II | terminación de su trabajo la conclusión de mis padecimientos y el 391 VII, IX | curiosidad y el temor, lucha, que concluye con el triunfo de aquella.~ 392 II,VII | disputándose el honor de conducir su alejo de ópalo. ¿Viene 393 VII, I | árbol, que los bracmines condujeron sobre sus hombros y envolviéndole 394 III,XIV | párpados. Todo se borra y se confunde ante mis ojos, que no ven 395 IV, V | fantásticos. Estos se agitan y confunden entre si, dando ser a nuevas 396 II, V | y las flores, para ir a confundir sus rizadas ondas con las 397 II,XVI | tradición guarda una idea confusa, y el príncipe por quien 398 III,XIII | no me desconozcan en la confusión de la pelea.~¡Guerreros! 399 I,III | III~Los confusos rumores de la ciudad, que 400 II,XVI | desconocidos y fantásticos; de conjuros tan temibles que a veces 401 I,XIII | sobre nuestras cabezas.~¿Conocéis a ese desgraciado a cuyos 402 IV,XXI | templo se oculta. Este lo conocerás por los fuegos que durante 403 I,VII | viajera de la noche; esperad y conoceréis a Siannah, la prometida 404 II, X | del torrente se dirige. Conociendo que las leves expiaciones 405 II, IX | amor por la divinidad, han consagrado sus días a venerarla en 406 III, X | alrededor de mi cuna me narraban consejas maravillosas que, embelesando 407 II,XVI | infamia, voy a darte mis consejos para que puedas expiar tu 408 IV,VII | Oíd, según la tradición conserva, la visión del caudillo.~ 409 VI, V | huellas, cuando el genio de la conservación, viéndome en la cima de 410 II,VIII | oraciones al dios para que conserve las maravillosas virtudes 411 V, V | de las peñas, el príncipe consigue, al fin, encontrarse n la 412 II,VIII | remota, un bracmín vela constantemente en el muro de la gruta, 413 III,III | arrastra oro bastante a construir con él un alcázar soberbio; 414 II, X | sus remordimientos, sube a consultar al solitario de Jabwi, solo 415 II,XII | XII~ - Consultarte.~ - Habla.~ - Yo he cometido 416 II,XII | pesadilla eterna. En vano consulté a los adivinos de Bracma. 417 II,XIV | bien: si tú lo ignoras, consultemos a Vichenú. Él me protegerá 418 VI, VI | soy y cuervo seré hasta la consumación de los siglos.~ 419 II,XIII | hombro, en tanto que me contaba al oído tu historia.~ 420 VII,XVI | informe ídolo, que parece que contare sus labios con una muda 421 II, IX | sus días a venerarla en contemplación de sus obras, es un anciano 422 I, XI | cabello. Los dos rivales se contemplan un instante de pies a cabeza; 423 I,VII | de un genio? Esperad y la contemplareis al primer rayo de la solitaria 424 VII,XVII | antes de partir del mundo la contemple un instante por la postrera 425 IV, VI | ellos una gota de licor que contiene un misterioso vaso de ópalo.~ 426 VII,XII | muerte; su dilata boca esta contraída por una sonrisa feroz; todo 427 III,VII | VII~Todo convida al descanso. Pulo y Siannah, 428 V,XIV | roncas bocinas de plata convoquen a mis huestes con sus bramidos ». 429 IV, XV | impulsos de una horrorosa convulsión, comienzan a alfombrar el 430 IV,XXIII| abandona al príncipe. Este, convulso y pálido aun, despierta 431 VII, V | termina el banquete y las copas de ámbar, coloradas con 432 IV,XXIII| besos. Las aguas del Ganges, copiando en sus linfas transparentes 433 I,XII | de oro que levantan sus corceles en el pavimento de los cielos. 434 II,XVI | como un gigante muro la cordillera del Himalaya es el término 435 III,XIV | como una ola que se hincha coronada de espuma.~La vuelta del 436 V, V | las rocas de granito que coronan su cúspide hay una hendidura, 437 III,XIV | del misterio de la noche a coronar con tu aureola a los que 438 VI, II | de las piedras que han de coronarla, de la parte de Oriente, 439 III, V | se aproximan. Un boabab corpulento y magnifico les presta su 440 III,VII | las cristalinas ondas que corren, produciendo al besar las 441 III,III | rojas; el Espuri, cuya mansa corriente arrastra oro bastante a 442 II,XIV | sangre?~ - Lo ignoro; es muy corta tu vida para expiar ese 443 II, VI | serpenteando entre las rocas y las cortaduras, se dirige a la gruta donde 444 II,XIV | momentos después de este corto dialogo, sus interlocutores 445 V,VIII | pequeños y sin abandonar la costa en que viene a romperse 446 IV,XXI | Entre las arenas de sus costas duerme, en el seno del olvido, 447 IV,XVII | XVII~El temible reptil crece con una rapidez prodigiosa. 448 VII,XIV | se escuchan levantarse, crecer y morir, temblando en el 449 III, XI | príncipe - . El dios Schiwen lo creó para destruir a los mortales, 450 I, XI | Corramos un velo sobre los crímenes de nuestros antepasados; 451 II,III | colores en el sueño del criminal.~Gigantes cataratas de sangre 452 V, XV | tierra muerto y con los puños crispados y tendidos hacia las barbaras 453 III, X | nuestro amor, el tenue y débil crujido de su túnica, tienen palabras, 454 V, II | emanaciones que los genios, cruzando sobre las nubes celestes 455 | Cuán 456 | cuándo 457 IV,XIX | deudor de la vida.~Vichenú, cubiertas las espaldas con un manto 458 IV,XIII | Pulo arroja el arco, se cubre con el escudo de pieles, 459 II,XVI | temibles que a veces se cubría de manchas el sol y los 460 IV,XII | príncipe, armando la flecha y cubriendo a Siannah con su cuerpo,~ - ¿ 461 III, V | presta su sombra, capaz de cubrir a una tribu de guerreros. 462 V,XIX | resplandor del fuego, rugía en su cueva, temerosos de lanzarse sobre 463 VI,III | apartada en tu palacio, y cuida de no espiar sus operaciones 464 V, X | el dios que nos envía cuidara de nosotros desde su elevación. 465 V, X | padre. Schiwen, celoso del culto que este rendía en el templo 466 VII,XVI | por corona, vida por vida. Cúmplase su voluntad. ¡Sacerdotes, 467 IV,XXVI | si conservas tu visa y cumples cuanto te he dicho, la mancha 468 III,VII | les espera cuando hayan cumplido la expiación próxima a satisfacerse. 469 III, X | volando alrededor de mi cuna me narraban consejas maravillosas 470 V,XXIII| con dirección al ocaso.~El curvo sigue a la llama, y el príncipe 471 V, V | de granito que coronan su cúspide hay una hendidura, y en 472 VI, V | aloe, saco la esencia que daba la vida a mi forma y se 473 V,XIV | los que le acompañan - , dadme el arco y el escudo, desnudad 474 VI,III | Si accede a tus suplicas, dale los útiles que necesite, 475 I, IX | la hoja de su agudo puñal damasquino.~ 476 IV, V | agitan y confunden entre si, dando ser a nuevas y rápidas metamorfosis, 477 V, X | te protege, reunió en su daño a los guerreros de Cutac 478 II, IX | Dicen que las serpientes danzan a su voz, que los cóndores 479 VII,III | Señor de Orisa, ¿querrás darme un asilo en tu morada?~ ~ 480 II,XVI | de eterna infamia, voy a darte mis consejos para que puedas 481 II,VIII | Jabwi durante la noche. A datar de aquella época remota, 482 I, VI | en las aéreas cumbres de Davalagiri. Es él; pero ¿qué aguarda?~ 483 III, V | empinado sobre sus cumbres, el Dawalagiri, que pasea sus miradas sobre 484 III,VII | al Silencio, que, con un dedo sobre el labio, se sienta 485 V, IX | por lo tanto, inhábil para defenderme de sus traidores ataques.~ 486 IV, II | orgulloso antagonista, le defendía bajo el inmenso escudo que 487 V,XXII | de los valientes que, en defensa del genio que te protege, 488 V,XVIII| combate y de la muerte. Los defensores de Vichenú expiran uno a 489 II,XVI | país del Tíbet, a quien defiende como un gigante muro la 490 V,III | anillos del boa gigante; pero defiéndeme contra mi mismo, arráncame 491 IV,XVIII| escamas que la cubren y defienden son impenetrables como la 492 III, II | los inmensos plátanos de Dehli, concha que guarda a la 493 III, XI | labios entreabiertos y rojos dejan escapar suspiros ardientes, 494 I,XII | sobre su carro de diamantes, dejando en pos de sí, como la estela 495 V,VIII | se remonta en los aires, dejándose caer al pie de promontorio, 496 | dejar 497 V, I | noche por su vida hasta dejarlo en Cutac.~ 498 VI,VII | inspiración de Vichenú, Bracma dejo la roca donde vive lejos 499 III,VII | labios con algunas de las deliciosas frutas del bosque, apagan 500 | demás


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