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Gustavo Adolfo Bécquer
La cruz del Diablo

IntraText - Concordancias

(Hapax Legomena)
divul-patio | patri-zigza

     Capítulo
502 II | a la plaza.~La nueva se divulgo con la rapidez del pensamiento 503 II | las prisiones, levante sus dobles aldabas y, no cuidando siquiera ( 504 II | despreocupación, su lanza y una media docena de aventureros tan desalmados 505 II | pertenecer al exclusivo dominio de las viejas, que en las 506 II | silenciosa, y se habían dormido sin temor a una sorpresa, 507 I | corpulenta encina la sirve de dosel.~Yo había adelantado algunos 508 II | se redujo entonces a una dosis de miedo más que regular, 509 II | colgadas a la muerte de su dueño. Mas ¿quien podría ser el 510 II | se repartían el botín y, ebrios con el vapor de los licores, 511 I | espontaneo e indefinible, eche maquinalmente pie a tierra, 512 II | tosió por dos veces, se echo al coleto un ultimo trago 513 II | del castillo, excepto el eco de las blasfemias, que palpitaban 514 II | arco que daba entrada al edificio, un hombre pálido u descompuesto 515 II | el temido señor apareció efectivamente y, como suele decirse, en 516 II | se le ocurrió, aunque sin ejemplar, una idea feliz.~Sabiendo 517 II | de costumbres piadosas y ejemplares, a quien el pueblo tuvo 518 II | de nosotros había de ser elegido jefe. Cada uno alegó sus 519 II | firme e igual un hombre de elevada estatura, completamente 520 II | sucedió a los rumores que se elevaran de entre los circunstantes 521 I | detrás de la cual se ven elevarse, como las gradas de un colosal 522 II | admiración y de sorpresa se elevo de entre las compactas masas 523 | ello 524 II | del señor del Segre?~Sin embargo, algunas revelaciones hechas 525 II | desfiladeros de las montañas, emboscarse en los caminos, saquear 526 II | corto, les aconsejo que se emboscasen durante la noche al pie 527 II | voces descompuestas por la embriaguez, habían puesto la mano sobre 528 II | el, despacháronse cuatro emisarios que, en representación de 529 I | hombre, sin cejar en su empeño de alejarme de aquel sitio, 530 II | los ennegrecidos muros, se empequeñecían o tomaban formas gigantescas, 531 I | anfiteatro de granito, las empinadas y nebulosas crestas de los 532 II | colgaron de una horca; en vano emplearon la más exquisita vigilancia 533 II | volvían a tomar el trote y a emprender de nuevo sus excursiones 534 II | cesaba en sus desastrosas empresas.~Los infelices habitantes 535 II | veían dos dedos de luz se encajaban y, pian pianito, volvían 536 II | abandonarla o ahorcarse con ella.~Encantados los habitantes de Bellver 537 II | en su ayuda al diablo, se encaramo a su roca y se preparo a 538 II | encontraba el castillo, encargándoles al mismo tiempo que, ya 539 II | nada tenia de misterioso, encendí un linterna, baje a las 540 II | cabecera, cuando la diabólica y encendida masa se retorcía de nuevo 541 II | danzaban en la cúspide de sus encendidas lenguas y se retorcía crujiendo 542 II | una penitencia general. Se encerró por tres días en el fondo 543 II | el guerrero se limito a encoger sus hombros ligeramente, 544 II | encina.~Exasperados, y no encontrando otra vía de salvación, por 545 II | impracticables y ocultas, temblando encontrar a cada revuelta de la trocha 546 II | mañana siguiente, que me encontraron mis servidores falto de 547 II | días, la armadura volvió a encontrarse en poder de sus perseguidores. 548 I | invisibles, solo por que no encontremos la raya en toda nuestra 549 II | reúnen en manadas junto al enebro que la protege para lanzarse 550 II | blanquear las altas copas de los enebros, humeaban aun los calcinados 551 I | ideas tan absolutamente enemigas!... ¡Una cruz...y del diablo! ¡ 552 I | equivalía a una interrogación enérgica, aunque muda.~El pobre hombre, 553 I | Quien lo duda?~- Pues se engaña usted de medio a medio; 554 II | señores de la fortaleza, engreídos por una reciente victoria, 555 II | comenzaron a escalar el enhiesto peñón del Segre, a cuya 556 II | misterioso jefe? He aquí el enigma que todos querían explicar 557 II | multitud hervía como un apiñado enjambre de abejas. Especialmente 558 II | proyectaban temblando sobre los ennegrecidos muros, se empequeñecían 559 I | plantas trepadoras que suben enredándose hasta coronarlo, mientras 560 II | desiertos patios, la hiedra a enredarse en los oscuros machones 561 II | teñidas en sangre; el fuego enrojece su espaldar y su cota, y 562 II | las llamas comenzaban a enrojecerse, largos y profundos gemidos 563 II | sus abrazos de muerte, se enroscaba en anillos como una culebra 564 II | llamas rojas y azules se enroscaban chisporroteando a lo largo 565 I | aquellas oraciones que me enseñaron cuando niño; una de aquellas 566 II | a la mañana.~La comarca entera respiró en libertad durante 567 II | sombra a los caminantes, que entierran a su pie después que los 568 II | boca y estruendosa orgía, entonaban sacrílegos cantares en loor 569 II | al macizo arco que daba entrada al edificio, un hombre pálido 570 II | una poderosa mula, había entrado en la población le famoso 571 II | participa del festín, ni se entrega al sueño. Las espadas que 572 II | almas de los condenados envueltas en los pliegues del huracán 573 II | fábulas, que hasta aquella época no pasaron de un rumor vago 574 II | le siguieron en diversas épocas al suplicio; pero el temible 575 I | asombro, mitad de cólera, equivalía a una interrogación enérgica, 576 II | manos, y rogaron al piadoso eremita que un día los ilumino con 577 II | chocar y mis cabellos a erizarse. Turbando el profundo silencio 578 II | esta sazón, en una pequeña ermita dedicada a San Bartolomé, 579 II | predicciones.~Este venerable ermitaño, a cuya prudencia y proverbial 580 | esas 581 II | relámpago a los muros, y los escaladores, favorecidos por la confusión 582 II | la sombra, comenzaron a escalar el enhiesto peñón del Segre, 583 I | se apoya, de mármol, y la escalinata que a ella conduce, de oscuros 584 I | que, cuando más tarde se escapan involuntarias de nuestros 585 II | grito de general sorpresa se escapo del auditorio, que permaneció 586 II | debía aguardarse el completo esclarecimiento de la verdad, resultaron 587 II | nuestras expediciones futuras y escogimos como punto el más a propósito 588 II | humeaban aun los calcinados escombros de las desplomadas torres; 589 II | veían correr, cruzarse, esconderse y tornar a aparecer para 590 I | cuando nos apeamos en el más escondido y lóbrego de los paradores 591 I | de viaje y deteniendo mi escuálida cabalgadura, contemplaba 592 II | agruparse en su alrededor para escuchar con avidez.~- Perdonadme, 593 II | que cada uno de por si se esforzaba en disimular lo posible, 594 | eso 595 | esos 596 II | señor.~Así transcurrió el espacio de tres años; la historia 597 II | se entrega al sueño. Las espadas que le hieren se hunden 598 II | sangre; el fuego enrojece su espaldar y su cota, y aun prosigue 599 II | ocupaban la mayor parte de España, se llamaban condes nuestros 600 II | cuando las mujeres huyen espantadas entre las ruinas, y los 601 II | nuevo como una convulsión espantosa y, rodeándose al cuerpo 602 II | martillos caían resonando con un espantoso estruendo sobre el yunque, 603 II | apiñado enjambre de abejas. Especialmente en la puerta de la cárcel, 604 II | sin recursos de ninguna especie, el diablo, sin duda, debió 605 II | extraño.~La mayor parte de los espectadores, a la vista del nuevo prodigio, 606 II | las reses; los bandidos esperan a su sombra a los caminantes, 607 II | sucesos dirán cómo esta esperanza queda frustrada a la manera 608 II | resultado excedió a cuantas esperanzas se habían concebido, pues 609 II | oculto en el fondo de un espeso bosque, vivía a esta sazón, 610 I | un sentimiento religioso, espontaneo e indefinible, eche maquinalmente 611 II | cuales resonaba un rumor de espuelas, que poco a poco se fue 612 II | igual un hombre de elevada estatura, completamente armado de 613 | éste 614 I | una sola noche hasta las estrellas invisibles, solo por que 615 II | tocarle, la armadura se estremeció ligeramente y, descomponiéndose 616 II | resonando con un espantoso estruendo sobre el yunque, al que 617 II | licores, en mitad de la boca y estruendosa orgía, entonaban sacrílegos 618 II | castigar. En esta creencia estuve siempre, creencia en que 619 II | troncos saltaban como si estuvieran vivas y sintiesen al acción 620 II | de las viejas, que en las eternas veladas del invierno las 621 I | también toma estas formas para evaporarse.~Ya había comenzado a murmurarla, 622 II | farautes de una encina.~Exasperados, y no encontrando otra vía 623 II | proyecto, y su resultado excedió a cuantas esperanzas se 624 | excepto 625 II | aturdido circunstantes, exclamando con las lagrimas en los 626 II | fragmentos de las rotas arcadas, exclamo con una voz hueca y profunda, 627 II | comenzaba a pertenecer al exclusivo dominio de las viejas, que 628 II | a emprender de nuevo sus excursiones por montes y llanos, que 629 II | para teatro de nuestras expediciones futuras y escogimos como 630 II | padre, que me desheredó al expiar. Hallándome solo y sin recursos 631 I | al pie de la cruz; yo les explique en breves palabras lo que 632 I | llegando a la población me expliques este monstruoso absurdo.~ 633 II | uno alegó sus méritos: yo expuse mis derechos; ya los unos 634 II | en vano emplearon la más exquisita vigilancia con el objeto 635 I | El crepúsculo comenzaba a extender sus ligeras alas de vapor 636 II | Apenas la novedad comenzó a extenderse de boca en boca y de casa 637 II | sentir los golpes.~Ya se extendían los brazos del signo de 638 II | señor de aquel tormento.~Extraña, horrible fue la operación 639 II | nosotros, unos le creen un extravagante; otros, un noble arruinado, 640 II | a una noble familia. Los extravíos de mi juventud, mis locas 641 II | vacías me pareció siempre una fábula tejida en favor de algún 642 II | la sala del festín, era fácil divisar la armadura del 643 I | pequeña población situada a la falda de una colina, por detrás 644 II | pudor se tapa la cara, y no falta quien se encuentra convencido 645 II | Una vez en la cima, lo que faltaba por hacer fue obra de poco 646 II | encontraron mis servidores falto de sentido y recordando 647 II | pertenezco a una noble familia. Los extravíos de mi juventud, 648 II | entrado en la población le famoso capitán de los bandidos 649 II | despoja de esa parte de fantasía con que el miedo abulta 650 II | unas luces misteriosas y fantásticas, cuya procedencia nadie 651 II | sus torres y colgó a los farautes de una encina.~Exasperados, 652 I | cuando, después de una fatigosa jornada, llegamos a Bellver, 653 II | siempre una fábula tejida en favor de algún noble personaje 654 II | muros, y los escaladores, favorecidos por la confusión y abriéndose 655 II | completa sus creaciones favoritas, nada tiene en si de sobrenatural 656 II | acaso por no descubrirse la faz, que en vano procuramos 657 II | aunque sin ejemplar, una idea feliz.~Sabiendo que los cristianos 658 II | podido observar un extraño fenómeno.~Entre las sombras, a lo 659 II | en unos bandidos que las ferocidades con que estos se distinguían, 660 II | contesta con una carcajada de feroz alegría a los gemidos, las 661 II | a los intersticios de la ferrada puerta de su calabozo: ni 662 II | para menos. El casco, cuya férrea visera se veía en parte 663 II | servirlos en diabólicos festines, en que, según la creencia 664 II | que la armadura del señor feudal había desaparecido del sitio 665 II | y aldeas pertenecían en feudo a ciertos señores que, a 666 I | cubrir mi cabeza con el fieltro que aun tenia en mis manos.~ 667 II | histórica, el héroe de la fiesta guardo silencio durante 668 II | sorpresa. Ustedes se lo podrán figurar, mejor que yo pintarlo, 669 II | descuidados centinelas habían fijado algunas veces sus ojos en 670 II | ver adelantarse con paso firme e igual un hombre de elevada 671 II | alguna. Todos habían visto flotar el negro penacho de su cimera 672 II | derredor del circulo que formábamos junto al fuego, y todos 673 II | esta villa y algunas otras formaban parte del patrimonio de 674 II | designios. Estos se reducían a formar una banda de jóvenes de 675 II | redención, ya comenzaba a formarse la cabecera, cuando la diabólica 676 II | perseguidores. Conocida la fórmula, y mediante la ayuda de 677 II | propósito de la armadura se fraguaron, y que n voz baja se repetían 678 I | rato mirándole en silencio. Francamente, creí que estaba loco; pero 679 I | y siguiendo sus curvas y frondosas márgenes, se encuentra una 680 I | vehemencia:~- Usted busca la frontera; pues bien: si delante de 681 II | a guisa de postres de la frugal cena que acabábamos de consumir 682 II | cómo esta esperanza queda frustrada a la manera de otras muchas 683 II | de sus sotos, en vez de frutos, racimos de hombres; las 684 II | cabeza a tomar agua de la fuente del camino, ni los pastores 685 II | no tanto por su posición fuerte y ventajosa como por hallarse 686 II | misterio, como aquella noche, fuertemente atado de pies y manos, y 687 II | de ellos dispuso que se fundieses las diabólicas armas, y 688 II | de nuestras expediciones futuras y escogimos como punto el 689 II | resplandor las desiertas galerías, trabóse una acalorada disputa 690 II | capitán de aquella desalmada gavilla marchaba a su frente, cubierto 691 II | hirviente metal, que palpitaba y gemía al sentir los golpes.~Ya 692 II | movía el viento, con un gemido prolongado y triste.~A pesar 693 II | empequeñecían o tomaban formas gigantescas, según la hoguera despedía 694 II | caída sobre la brillante gola de acero, estaba vacío..., 695 II | pero el hecho era que, gracias a la oración del santo o 696 I | se ven elevarse, como las gradas de un colosal anfiteatro 697 II | apoderarse de los ánimos en un grado tal, que al toque de oraciones 698 II | verdad del caso es que, con gran contentamiento de grandes 699 I | un colosal anfiteatro de granito, las empinadas y nebulosas 700 II | desiguales soplos de la brisa, el graznido de las aves nocturnas y 701 II | descubra! - comenzaron a gritar los vecinos de la villa 702 II | violentamente la visera. Un grito de general sorpresa se escapo 703 II | del señorío mediante una gruesa cantidad, y no conservando 704 II | habitantes, reunidos en grupos en la plaza mayor, se contaban 705 II | formidable cubierta con un guantelete, que, después de sacudirme 706 II | sea en contra mía.~Todos guardaban silencio, y el prosiguió 707 II | signo del poderÓ. Todos guardamos silencio, hasta que, transcurrido 708 II | la siguiente relación del guardián no las hubiera hecho agruparse 709 II | histórica, el héroe de la fiesta guardo silencio durante algunos 710 II | los habitantes de aquella guarida en un abrir y cerrar los 711 II | prometido, cuando nuestro guía tosió por dos veces, se 712 I | mío.~Era una de nuestros guías, natural del país, el cual, 713 II | La cruz del Diablo, que a guisa de postres de la frugal 714 II | Esa cruz es la que hoy habéis visto, y a la cual se encuentra 715 II | bastante difícil después de haberse cansado, como ya lo estaba, 716 II | Para el diablo que habita dentro de la armadura del 717 II | abandonaron tumultuosamente la habitación y salieron despavoridos 718 II | ser el primero mientras yo habite en el castillo del Segre, 719 II | objeto, causa incesante de hablillas y terrores para los que 720 II | pasado la cosa, nada se habría perdido. Pero el diablo, 721 | hacia 722 II | sonantes, que de cada vez se hacían más distintas. Todos arrojamos 723 II | en disimular lo posible, haciendo, como decirse suele, de 724 II | me desheredó al expiar. Hallándome solo y sin recursos de ninguna 725 II | fuerte y ventajosa como por hallarse defendido contra el vulgo 726 II | luna, y aún podía verse el haz de armas del señor del Segre 727 II | embargo, algunas revelaciones hechas antes de morir por uno de 728 I | este monumento, entre cuyas hendiduras crecen algunas plantas trepadoras 729 II | el señor puso fuego a sus heredades, a sus alquerías y a sus 730 II | del señor del Segre, había heredado os feudos de Bellver.~Al 731 II | cuatro torres del castillo, herencia de sus padres, desapareció 732 II | anchas brechas, chispeando al herirla la luz, y colgada de uno 733 II | desprecia el oro, aborrece la hermosura y no le inquieta la ambición. 734 II | introducción histórica, el héroe de la fiesta guardo silencio 735 II | la impaciente multitud hervía como un apiñado enjambre 736 II | deslizaban entre las altas hierbas, turbaban sólo de vez en 737 II | sueño. Las espadas que le hieren se hunden entre las piezas 738 II | había oído como un ruido de hierros que se removían y chocaban 739 I | entre si, como un visible hilo de luz, la profunda soledad 740 II | sujetaban las barras del hirviente metal, que palpitaba y gemía 741 II | esta breve introducción histórica, el héroe de la fiesta guardo 742 II | el paso; pero al asir sus hojas sentí sobre mis hombros 743 II | que, a su vez, prestaban homenaje a otros más poderosos, cuando 744 II | todos aguardaban ansiosos la hora en que el reo había de comparecer 745 II | aquel tormento.~Extraña, horrible fue la operación en tanto 746 II | que, mudos e inmóviles, hubieran permanecido en la posición 747 II | posteriormente varios labradores hubiesen afirmado que el capitán 748 II | armas acompañado de pisadas huecas y sonantes, que de cada 749 II | suele decirse, en carne y hueso, en mitad de sus antiguos 750 II | maldecido; los insepulos huesos de sus antiguos moradores 751 II | labios; pero cuando la sangre humea en nuestras manos, como 752 II | altas copas de los enebros, humeaban aun los calcinados escombros 753 II | de vivir solo con su mal humor y sus ballesteros en lo 754 II | banda de jóvenes de buen humos, despreocupados y poco temerosos 755 II | espadas que le hieren se hunden entre las piezas de su armadura, 756 II | envueltas en los pliegues del huracán de los infiernos.~Ya los 757 II | llamas; cuando las mujeres huyen espantadas entre las ruinas, 758 I | I~El crepúsculo comenzaba 759 II | entonces las llevaba? Pronto iba a saberse. Al menos, así 760 II | encontraban en una situación idéntica a la mía, los cuales, seducidos 761 I | la del porche de nuestra iglesia?...~- ¿Quien lo duda?~- 762 II | sustraídos de las profanadas iglesias servían de copa.~El terror 763 II | mañas no conociesen, se ignora; pero la verdad del caso 764 II | patrono, que, como ustedes no ignoraran, conoce al diablo muy de 765 II | II~Las llamas rojas y azules 766 II | piadoso eremita que un día los ilumino con sus consejos decidiera 767 II | fuego, y todos esperaban con impaciencia la historia de La cruz del 768 II | El guerrero permaneció impasible.~- Os lo mando en el nombre 769 II | su cota, y aun prosigue impávido entre las llamas, buscando 770 II | difícil problema, después de implorar la misericordia divina por 771 Int| Introducción~Que lo creas o no, ~me importa bien poco.~Mi abuelo se 772 II | toda la solemnidad que la importancia del caso requería.~Cuando 773 I | condado de Urgel y el mas importante de sus feudos.~A la derecha 774 II | rebaños al Segre por sendas impracticables y ocultas, temblando encontrar 775 II | alegría a los gemidos, las imprecaciones y los lamentos. Jamás se 776 II | había de comparecer anta sus improvisados jueces.~Estos, que se encontraban 777 I | a murmurarla, cuando de improviso sentí que me sacudían con 778 I | melancolía de mi espíritu.~Impulsado de un sentimiento religioso, 779 II | tres o cuatro alquerías incendiadas, varias reses desaparecidas 780 II | abandonado objeto, causa incesante de hablillas y terrores 781 II | la hace protegido por el incógnito!~- Descubríos - repitió 782 II | un instante herido de un inconcebible estupor.~La cosa no era 783 II | asustaban a los pequeñuelos incorregibles o llorones diciéndoles: «¡ 784 II | preocupando el ánimo de los más incrédulos. Poco más o menos, el contenido 785 I | religioso, espontaneo e indefinible, eche maquinalmente pie 786 I | del país, el cual, con una indescriptible expresión de terror pintada 787 II | soberanos.~Ni por esas.~La indignación llego a su colmo, hasta 788 II | resultaron nuevas y más inexplicables confusiones.~El misterioso 789 II | desastrosas empresas.~Los infelices habitantes de la comerca, 790 II | prosiguió con voz trémula el infeliz, en quien todos reconocieron 791 II | pliegues del huracán de los infiernos.~Ya los descuidados centinelas 792 II | verdad de mi relación algunas informes ruinas que, cubiertas de 793 II | habitantes de Bellver con tan ingeniosa solución, volvieron a reunirse 794 II | más insoportable y triste.~Inmediato a la villa, y oculto en 795 II | menos de confirmarme la inmovilidad en que se encontraban desde 796 II | tribunal, con voz lenta e insegura, le pregunto su nombre, 797 II | aquel lugar maldecido; los insepulos huesos de sus antiguos moradores 798 II | orden de cosas, cada dia más insoportable y triste.~Inmediato a la 799 I | repeti, cediendo a sus instancias, sin darme cuenta a mi mismo 800 II | si se atreve entonces a insultarnos con su desdén como ahora 801 II | con un aire de desprecio e insulto que no pudo menos de irritar 802 I | cólera, equivalía a una interrogación enérgica, aunque muda.~El 803 II | y aplicaba e oído a los intersticios de la ferrada puerta de 804 II | cuatro noches durante el intervalo de un mes, y los confusos 805 II | ataja, ni los peligros le intimidan, ni las lagrimas le conmueven. 806 I | noche hasta las estrellas invisibles, solo por que no encontremos 807 I | cuando más tarde se escapan involuntarias de nuestros labios, parece 808 I | darme cuenta a mi mismo del involuntario temor que comenzó a apoderarse 809 II | insulto que no pudo menos de irritar a sus jueces, los que se 810 | Jamás 811 II | ruinas que, cubiertas de jaramago y musgo, se alcanzan a ver 812 II | sepulcro de Nuestro Señor Jesucristo, que los moros tenían en 813 I | después de una fatigosa jornada, llegamos a Bellver, termino 814 II | impaciente el resultado del juicio, y fue tal la alarma, la 815 II | vecinos más respetables se juntaron en capitulo, y todos aguardaban 816 | juntos 817 II | el más formidable de los juramentos, y a la siguiente dieron 818 II | derramando su sangre en tan justa empresa, o con el de transplantarse 819 II | familia. Los extravíos de mi juventud, mis locas prodigalidades 820 II | y posteriormente varios labradores hubiesen afirmado que el 821 I | cara: un hombre estaba al lado mío.~Era una de nuestros 822 II | redonda.~Ya no quedo duda laguna. Una banda de malhechores 823 II | satisfactorio.~Al cabo de lagunas días, la armadura volvió 824 II | un infernal concierto de lamentaciones, gritos y amenazas.~Trabajo 825 II | que su despreocupación, su lanza y una media docena de aventureros 826 II | que uno de sus guardas, lanzándose sobre el reo, cuya pertinacia 827 II | enebro que la protege para lanzarse sobre las reses; los bandidos 828 II | el grueso tronco de sus lanzas, cuando he aquí que algunos 829 II | en casa, la multitud se lanzo a las calles con ruidosa 830 II | comenzaban a enrojecerse, largos y profundos gemidos parecían 831 II | retorcía crujiendo como si una legión de diablos cabalgando sobre 832 II | todo el territorio en diez leguas a la redonda.~Ya no quedo 833 II | cúspide de sus encendidas lenguas y se retorcía crujiendo 834 II | componían el tribunal, con voz lenta e insegura, le pregunto 835 I | de la parroquia llamaban lentamente a la oración cuando nos 836 II | misterios en ellas había, me levantaba poco a poco y aplicaba e 837 II | visera se veía en parte levantada hasta la frente, en parte 838 II | reunirse e n consejo, mandaron levantar una horca en la plaza y 839 I | de los montes vecinos se levantaran en una sola noche hasta 840 II | del castillo del Segre se levantase una cruz.~La operación se 841 II | cuyo castillo señorial se levanto por muchos siglos sobre 842 II | se burlo de las cartas - leyes de los condes soberanos, 843 II | rayos tuercen su camino para liarse, silbando, al asta de esa 844 II | ebrios con el vapor de los licores, en mitad de la boca y estruendosa 845 I | comenzaba a extender sus ligeras alas de vapor sobre las 846 I | en aquel instante. Ideas ligerísimas sin forma determinada, que 847 II | respuesta; pero el guerrero se limito a encoger sus hombros ligeramente, 848 II | un ultimo trago de vino, limpióse con el revés de la mano 849 I | construcción, señala la antigua línea divisoria entre el condado 850 II | mes de mayo ramilletes de lirios, ni los pastores se descubren 851 I | espíritu maligno, y por eso la llaman La cruz del Diablo.~- ¡La 852 II | para los que le miraban llamear durante el día, herido por 853 II | excursiones por montes y llanos, que era una bendición del 854 I | de una fatigosa jornada, llegamos a Bellver, termino de nuestro 855 I | vaya! ¡Fuerza será que en llegando a la población me expliques 856 II | y aterradores prodigios llenasen de pavor al ánimo de los 857 II | de saúco, ora vacío, ora lleno, y no de agua como cangilón 858 II | personaje que entonces las llevaba? Pronto iba a saberse. Al 859 II | camino, ni los pastores llevaban sus rebaños al Segre por 860 II | acometedores de esta empresa para llevarla a termino, ni nadie se lo 861 II | una cruz.~La operación se llevó a término, aunque no sin 862 II | pequeñuelos incorregibles o llorones diciéndoles: «¡Que viene 863 II | presencia. En el invierno, los lobos se reúnen en manadas junto 864 I | apeamos en el más escondido y lóbrego de los paradores de Bellver.~ ~ 865 II | extravíos de mi juventud, mis locas prodigalidades y mis crímenes, 866 I | Francamente, creí que estaba loco; pero el prosiguió con igual 867 II | nueva desgracia.~Al cabo logróse apaciguar el tumulto y comenzaron 868 II | de pies y manos, y a los lomos de una poderosa mula, había 869 II | entonaban sacrílegos cantares en loor de su infernal patrono.~ 870 II | distintas direcciones, unas luces misteriosas y fantásticas, 871 II | su roca y se preparo a la lucha.~Esta comenzó terrible y 872 I | profunda soledad de aquellos lugares, el alto silencio de la 873 II | blanqueaban al rayo de la luna, y aún podía verse el haz 874 II | enredarse en los oscuros machones y las campanillas azules 875 I | Por la memoria de su madre! ¡Por lo más sagrado que 876 II | la muerte de aquel lugar maldecido; los insepulos huesos de 877 II | cólera de mis deudos y la maldición de mi padre, que me desheredó 878 I | pertenece a un espíritu maligno, y por eso la llaman La 879 II | vendidos derechos; que si malo se fue, peor volvió, y si 880 II | los lobos se reúnen en manadas junto al enebro que la protege 881 II | un punto donde sus malas mañas no conociesen, se ignora; 882 II | permaneció impasible.~- Os lo mando en el nombre de nuestra 883 II | dos hombres podrían apenas manejar, y poniéndose sobre uno 884 II | esperanza queda frustrada a la manera de otras muchas y por qué 885 I | espontaneo e indefinible, eche maquinalmente pie a tierra, me descubrí 886 II | formidable armada a un país maravilloso para conquistar e sepulcro 887 II | nuestro misterioso jefe marcha siempre delante de todos. 888 II | aquella desalmada gavilla marchaba a su frente, cubierto con 889 II | su poder, se determino a marchar en su seguimiento.~Si realizo 890 I | siguiendo sus curvas y frondosas márgenes, se encuentra una cruz.~ 891 I | base en que se apoya, de mármol, y la escalinata que a ella 892 II | tomar la de una cruz. Los martillos caían resonando con un espantoso 893 II | la diabólica y encendida masa se retorcía de nuevo como 894 II | elevo de entre las compactas masas del pueblo, que se abrían 895 II | jóvenes colocan en el mes de mayo ramilletes de lirios, ni 896 II | popular tomaba de cada vez mayores proporciones. Y ya los animados 897 II | las campanillas azules a mecerse colgadas de las ruinosas 898 II | despreocupación, su lanza y una media docena de aventureros tan 899 II | cima tocaron a punto de medianoche.~Una vez en la cima, lo 900 II | refriegas, acabaron de colmar la medida, preocupando el ánimo de 901 II | Ustedes se lo podrán figurar, mejor que yo pintarlo, solo con 902 I | naciente noche y la vaga melancolía de mi espíritu.~Impulsado 903 II | siempre en olor de santidad merced a sus saludables consejos 904 II | jefe. Cada uno alegó sus méritos: yo expuse mis derechos; 905 II | a sus alquerías y a sus mieses.~Entonces apelaron a la 906 II | osaba tocarle; pero corrían mil fábulas acerca de aquel 907 I | había adelantado algunos minutos a mis compañeros de viaje 908 | mío 909 II | terrores para los que le miraban llamear durante el día, 910 I | demonio!~Yo permanecí un rato mirándole en silencio. Francamente, 911 II | a sus jueces, los que se miraron entre si sorprendidos.~Tres 912 II | después de implorar la misericordia divina por medio de su santo 913 II | sorprender su misterio, si misterios en ellas había, me levantaba 914 II | direcciones, unas luces misteriosas y fantásticas, cuya procedencia 915 II | la boca y comenzó de este modo:~- Hace mucho tiempo, mucho 916 II | murió con la sonrisa de la mofa en los labios y sin arrepentirse 917 I | población me expliques este monstruoso absurdo.~Durante este corto 918 II | espada y el fuego, en la montaña y en la llanura, en el día 919 II | los desfiladeros de las montañas, emboscarse en los caminos, 920 II | el cual, desnudando su montante, que dos hombres podrían 921 I | que acababa de sucederme: monte nuevamente en mi rocín, 922 I | carcomido la piedra de este monumento, entre cuyas hendiduras 923 II | insepulos huesos de sus antiguos moradores blanqueaban al rayo de la 924 II | cansado, como ya lo estaba, de mover guerra a sus vecinos, apalear 925 II | chocaban entre si cuando las movía el viento, con un gemido 926 II | entre las sombras. Mi primer movimiento fue arrojarme al as puertas 927 II | amonestaciones del clero para que los muchachos no la apedreen.~Dios ha 928 | muchas 929 II | encontraban en el pórtico, que, mudos e inmóviles, hubieran permanecido 930 II | por las llamas; cuando las mujeres huyen espantadas entre las 931 II | los lomos de una poderosa mula, había entrado en la población 932 II | cabeza.~Los asesinatos se multiplicaban, las muchachas desaparecían, 933 II | ocasión de escarparse por esos mundos. En cuanto a las desunidas 934 II | autor de estas revelaciones murió con la sonrisa de la mofa 935 II | visera, un sordo y prolongado murmullo de admiración y de sorpresa 936 II | animados diálogos, los sordos murmullos y los amenazadores gritos 937 II | mis derechos; ya los unos murmuraban entre si con ojeadas amenazadoras, 938 I | evaporarse.~Ya había comenzado a murmurarla, cuando de improviso sentí 939 II | agujero producido en el muro. Arrojadas sobre un poco 940 II | cubiertas de jaramago y musgo, se alcanzan a ver sobre 941 I | el alto silencio de la naciente noche y la vaga melancolía 942 II | cristianos de otras poderosas naciones se prestaban partir juntos 943 Int| bien poco.~Mi abuelo se lo narro a mi padre, ~mi padre me 944 I | granito, las empinadas y nebulosas crestas de los Pirineos.~ 945 II | y colgada de uno de los negros pilares de la sala del festín, 946 II | antepasados colgaron su nido de piedra.~Devanábase noche 947 | ninguna 948 I | que me enseñaron cuando niño; una de aquellas oraciones 949 II | de agua como cangilón de noria había dado tres veces la 950 I | curso, y sobre cuya cima se notan aun remotos vestigios de 951 II | al delincuente a fin de notificarle su sentencia.~Como dejo 952 I | acababa de sucederme: monte nuevamente en mi rocín, y las campanas 953 II | todo el pueblo había podido observar un extraño fenómeno.~Entre 954 II | percibía. En vano procure observarlas a través de un pequeño agujero 955 II | hasta entonces, aunque se observase, desde luego, que la armadura 956 II | ocultaba a nuestros ojos. No obstante, aquella noche pronunciamos 957 II | rejillas de hierro que la ocultaba a nuestros ojos. No obstante, 958 II | perdonadme y yo no os ocultare nada; si quiera sea en contra 959 II | sendas impracticables y ocultas, temblando encontrar a cada 960 II | Inmediato a la villa, y oculto en el fondo de un espeso 961 II | villa, que si el diablo la ocupa, fuerza le será el abandonarla 962 II | y cuando ya la multitud ocupaba sus avenidas, se dirigieron 963 II | se cuanto, pero los moros ocupaban la mayor parte de España, 964 II | ribera, concluyeron por ocupar casi todos los desfiladeros 965 II | desaparecido del sitio que antes ocupara y posteriormente varios 966 II | cuentan las crónicas que se le ocurrió, aunque sin ejemplar, una 967 II | grandes voces nuestro capitán, ofreciéndole una copa de nuestro vino, 968 II | apedreen.~Dios ha cerrado sus oídos a cuantas plegarias se le 969 II | la causa de la justicia. oigan ustedes cómo:~Una noche 970 II | cuestión, cuando de repente oímos un extraño crujir de armas 971 II | murmuraban entre si con ojeadas amenazadoras, ya los otros, 972 II | el pueblo tuvo siempre en olor de santidad merced a sus 973 I | salpicados aquí y allá sobre una ondulante sabana de verdura, parecen 974 I | parece que aligeran el pecho oprimido y semejantes a las lagrimas, 975 II | con ella.~El santo barón ordeno al pueblo una penitencia 976 II | de la boca y estruendosa orgía, entonaban sacrílegos cantares 977 I | vapor sobre las pintorescas orillas del Segre, cuando, después 978 I | años, que ha cubierto de orín el metal, ha roto y carcomido 979 II | la sal de festín.~Nadie osaba tocarle; pero corrían mil 980 II | caída de aguas subterráneas: ÒSi alguno de vosotros se atreve 981 II | Trabajo costó a los más pacíficos el contener al pueblo que, 982 II | castillo, herencia de sus padres, desapareció de la noche 983 II | pueblos se resistieron a pagar tributos que a tanta costa 984 II | Arrojadas sobre un poco de paja, y en uno de los mas oscuros 985 II | entrada al edificio, un hombre pálido u descompuesto se arrojo 986 I | parecen a lo lejos un bando de palomas que han abatido su vuelo 987 II | del hirviente metal, que palpitaba y gemía al sentir los golpes.~ 988 II | eco de las blasfemias, que palpitaban perdidas en el sombrío seno 989 II | sombrío seno de la noche, como palpitan las almas de los condenados 990 II | brisa del crepúsculo, a par de la hiedra del calcinado 991 I | escondido y lóbrego de los paradores de Bellver.~ ~ 992 I | ondulante sabana de verdura, parecen a lo lejos un bando de palomas 993 | parecer 994 II | largos y profundos gemidos parecían escarparse de la ancha hoguera, 995 II | tantas obtuvo semejante o parecida contestación.~- ¡Que se 996 II | historia de las armas vacías me pareció siempre una fábula tejida 997 II | después de la victoria, ni participa del festín, ni se entrega 998 II | habitantes de los alrededores, no pasaban de cuentos, y el único mal 999 II | que hasta aquella época no pasaron de un rumor vago y sin viso 1000 II | hecho. Apenas anduve unos pasos, las luz de mi linterna 1001 II | rastrear por los desiertos patios, la hiedra a enredarse en


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