Cap., N.

 1 INT, 1 |         los hombres movidos por el Espíritu divino, e ilustrando sus
 2 INT, 2 |           que, con el estímulo del Espíritu divino, las mueve y en cierto
 3 INT, 3 |      morada de Dios por virtud del Espíritu4. ~
 4   I, 6 |          se derivase la gracia del Espíritu Santo a todos los hijos
 5   I, 10|       somos bautizados en un mismo Espíritu para formar un solo Cuerpo,
 6   I, 10|            un solo Cuerpo, un solo Espíritu, un solo Señor y un solo
 7   I, 10|            tanto, de este su único Espíritu. ~
 8   I    |       inspiraciones e impulsos del Espíritu Santo a concebir en sí un
 9   I    |            manera visible envió el Espíritu Paráclito sobre sus discípulos. ~
10   I, 12|         hostia, que, al exhalar su espíritu el Señor, se rasgó inmediatamente
11   I, 13|     abundantísima comunicación del Espíritu, por la cual, desde que
12   I, 13|         adornó con la plenitud del Espíritu Santo la naturaleza humana
13   I, 14|     mediante la venida visible del Espíritu Santo con el sonido de un
14   I, 14|         Eterno Padre por medio del Espíritu Santo que descendió en forma
15   I, 14|         Señor envió del cielo a su Espíritu, el cual, al tocarlos con
16   I, 16|       hombres de todos los tiempos espíritu y vida54. Y, además, concedió
17   I, 18|            están con el crisma del Espíritu Santo, aquel dicho: No toquéis
18   I, 21|         puesto que en El habita el Espíritu Santo con tal plenitud de
19   I, 24|      ofrece, sacrifica. ~b) por su Espíritu ~
20   I, 25|  fácilmente que no es otro sino el Espíritu Santo, que procede del Padre
21   I, 25|           manera peculiar se llama Espíritu de Cristo o Espíritu del
22   I, 25|         llama Espíritu de Cristo o Espíritu del Hijo100. Por obra de
23   I, 25|          Hijo100. Por obra de este Espíritu de gracia y de verdad el
24   I, 25|      inmaculado de la Virgen; este Espíritu tiene sus delicias en habitar
25   I, 25|          su amadísimo templo; este Espíritu nos lo mereció Cristo con
26   I, 25|         derramada en la Cruz; este Espíritu, finalmente, alentado sobre
27   I, 25|           sólo Cristo recibió este Espíritu sin medida102, a los miembros
28   I, 25|         glorificado en la Cruz, su Espíritu se comunica a la Iglesia
29   I, 25|        nuestro Divino Salvador. El Espíritu de Cristo es el que nos
30   I, 26|                         26. A este Espíritu de Cristo, como a principio
31   I, 26|          Presencia y operación del Espíritu de Cristo, que significó
32   I, 26|           Cabeza de la Iglesia, el Espíritu Santo es su alma106. Pero
33   I, 26|          Iglesia juntamente con su Espíritu y produce a una con este
34   I, 28|          fundó y enriqueció con el Espíritu divino al Cuerpo de la Iglesia
35   I, 29|           en sí mismo, a saber, el Espíritu divino, quien, como dice
36   I, 29|     órdenes de la naturaleza es el Espíritu de nuestro Redentor, que,
37   I, 30| celestiales dones y gracias por el Espíritu Paráclito. El Eterno Padre
38   I, 30|            la misión invisible del Espíritu Santo y el oficio jurídico
39   I, 30|           soplo divino: Recibid el Espíritu Santo127, sino también imperó
40  II    |        interno soplo e impulso del Espíritu Santo en nuestras mentes
41  II    |       realizado sino en virtud del Espíritu Santo, ¿cómo podrán tender
42  II    |           Divino Redentor envió el Espíritu Paráclito de verdad para
43  II, 32|    creyentes, teniendo... el mismo espíritu de fe142, nos alumbramos
44  II, 32|          en todos florece el mismo espíritu de fe, vivimos todos también
45  II, 32|           en decir: Un Cuerpo y un Espíritu, como habéis sido llamados
46  II, 34|            está en nosotros por su Espíritu, el cual nos comunica, y
47  II, 34|             llevadas a cabo por el Espíritu Santo en las almas, se han
48  II, 34|             Si alguien no tiene el Espíritu de Cristo -dice el Apóstol -,
49  II, 34|            está en vosotros..., el espíritu vive en virtud de la justificación158. ~
50  II, 34|        Esta misma comunicación del Espíritu de Cristo hace que, al derivarse
51  II, 35|     especial a la inhabitación del Espíritu Santo en nuestras almas -
52  II, 35|  contemplar al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo con los ojos de la
53  II, 36|            que tomemos de él aquel Espíritu de caridad que nos haga
54 III, 38|         únicamente a la acción del Espíritu divino toda la vida espiritual
55 III, 38|           podrá negar que el Santo Espíritu de Jesucristo es el único
56 III, 38|          conseguirla, todo esto el Espíritu celestial no lo quiere obrar
57 III, 39|            sin una inspiración del Espíritu Santo: con él se aumenta
58 III, 39|        acometen empresa extraña al Espíritu de Cristo y funestísima
59 III, 41|     penetrados de un solo y divino Espíritu; somos, por último, alimentados
60 III, 42|      sientan suavemente llenas del Espíritu de Cristo. Ni sólo tenemos
61 III, 43|       realmente por vivir con este espíritu de fe viva, entonces ciertamente
62 III, 46| interrumpir jamás las plegarias al Espíritu de amor y de verdad, Nos
63 III, 47|           a la verdad, mediante el Espíritu de su amado Hijo. Y si muchos,
64 III, 48|            gravísima sentencia del Espíritu Santo: ~El Altísimo examinará
65 III, 51|        creadas por Dios, llena del Espíritu divino de Jesucristo, haga
66 III, 51|          súplicas consiguió que el Espíritu del Divino Redentor, otorgado