Cap., N.

 1 INT, 2 |           siglo y del desordenado amor de las cosas presentes,
 2   I, 6 |          aquel mismo único divino amor asumió de la descendencia
 3   I    |     fieles, sea recibido con sumo amor, y con una activa caridad
 4   I, 30|         como reino del Hijo de su amor124; pero un verdadero reino,
 5   I, 30|      razón para disminuir nuestro amor a la Iglesia, sino más bien
 6  II    |           solo y eterno hálito de amor? ~Por otra parte, debiendo
 7  II, 33|           las cosas naturales, el amor, que engendra la verdadera
 8  II, 33|  excelente, ¿qué diremos de aquel amor celestial que el mismo Dios
 9  II, 33|         Cristo, en cuyo celestial amor abrasados tantos hijos de
10  II, 33|        palabras: Permaneced en mi amor. Y como quiera que la caridad
11  II, 33|    preceptos, permaneceréis en mi amor, como yo mismo he observado
12  II, 33|          Padre y permanezco en su amor152. ~Pero es menester que
13  II, 33|       Pero es menester que a este amor a Dios y a Cristo corresponda
14  II, 33|       cuanto más encendido sea el amor que nos junte a Dios y a
15  II, 34|    infinito conocimiento y con su amor perpetuo. Y, para manifestarnos
16  II, 34|       místico y los abraza con su amor salvífico. ¡Oh admirable
17  II, 34|          más claridad y mucho más amor que una madre conoce y ama
18  II, 35|           de pareceres, cuando el amor de la verdad y el rendimiento
19  II, 35|          por el conocimiento y el amor160, aunque completamente
20 III    | EXHORTACIÓN PASTORAL ~IMITEMOS EL AMOR DE CRISTO ~
21 III, 42|         la suprema ley de nuestro amor: que amemos a la Esposa
22 III, 42|        debemos amarlo también con amor eficaz, según se manifiesta
23 III, 43|            43. Mas, para que este amor sólido e íntegro more en
24 III, 43|           nuestro Salvador mostró amor singularísimo: es decir,
25 III    |                       IMITEMOS EL AMOR DE CRISTO ~
26 III, 44|         como ejemplar supremo del amor a la Iglesia. ~a) con largueza
27 III, 44|     Iglesia. ~a) con largueza del amor ~Y, en primer lugar, imitemos
28 III, 44|      imitemos la amplitud de este amor. Una es, a la verdad, la
29 III, 44|          Iglesia; sin embargo, el amor del Divino Esposo es tan
30 III, 44|        Por lo tanto, el verdadero amor a la Iglesia exige no sólo
31 III, 45|         pues, les conjuramos, por amor a Cristo y a la Iglesia,
32 III, 46|           Redentor su ardentísimo amor para con la Iglesia en las
33 III, 46|          cabeza en comunión de un amor gloriosísimo197. Sin interrumpir
34 III, 46|          plegarias al Espíritu de amor y de verdad, Nos les esperamos
35 III, 47|          vez a que, inflamados en amor a la Iglesia, siguiendo
36 III, 49|           nuestro Señor mostró su amor a la Esposa sin mancilla,
37 III, 49|         libre y amorosamente, por amor de ella: Habiendo amado
38 III, 51|        alcance a todos un sincero amor a la Iglesia; ella que dio
39 III, 51|          maternos y de su materno amor, por todos los hijos de