Cap., N.

 1   I, 9 |      miembros, del mismo modo el Salvador del género humano, por su
 2   I, 11|      Cabeza, el Sustentador y el Salvador de este Cuerpo místico. ~
 3   I, 12|        la Cruz - del costado del Salvador, como una nueva Eva, madre
 4   I, 12|          mientras nuestro Divino Salvador predicaba en un reducido
 5   I, 12|          y desde la Cruz nuestro Salvador, aunque constituido, ya
 6   I, 12|        brotar de las fuentes del Salvador para la salud de los hombres,
 7   I, 13|          Y con su muerte nuestro Salvador fue hecho, en el pleno e
 8   I, 16|        es fácil ver cómo nuestro Salvador, imagen y modelo de buenos
 9   I, 17|  gobierna por sí mismo el Divino Salvador la sociedad por El fundada.
10   I, 19|         Iglesia. Además, nuestro Salvador, como no gobierna la Iglesia
11   I, 19|         ofrecer a nuestro Divino Salvador. ~A las razones expuestas
12   I, 20|      contemplar a nuestro Divino Salvador como un excelso y perfectísimo
13   I, 22|          de moverse, así nuestro Salvador derrama en su Iglesia su
14   I, 23|          importantes reciben del Salvador dones constantes de consejo,
15   I, 24|       que significa cómo nuestro Salvador de tal manera comunica a
16   I, 25|         día más a nuestro Divino Salvador. El Espíritu de Cristo es
17   I    |                         CRISTO, "SALVADOR" DEL CUERPO ~
18   I, 27|          de la Iglesia: El es el Salvador de su Cuerpo109. Porque
19   I, 27|          saber: que Cristo es el Salvador divino de este Cuerpo. El,
20   I, 27|      llamado por los samaritanos Salvador del mundo110; más aún, sin
21   I, 27|      vacilación debe ser llamado Salvador de todos, aunque con San
22   I, 27|         a Dios. Y lo que nuestro Salvador incoó un día, cuando estaba
23   I, 30|  mutuamente y proceden del mismo Salvador nuestro, quien no sólo dijo
24  II, 31|           Más aún, nuestro mismo Salvador, en su oración sacerdotal,
25  II    |     solícita voluntad de nuestro Salvador, sino también el interno
26  II, 33|       Por lo cual nuestro Divino Salvador nos exhorta encarecidamente
27  II, 36|         veces no sólo de nuestro Salvador, sino también del Cuerpo
28 III, 39|        Cuerpo místico de nuestro Salvador. ~
29 III, 40|         se ha de tener a nuestro Salvador, en cuanto Cabeza de su
30 III, 43| preocupación por quienes nuestro Salvador mostró amor singularísimo:
31 III, 44|          debemos mirar a nuestro Salvador en la Iglesia y en los miembros
32 III, 44|     género humano. Y así nuestro Salvador derramó su sangre para reconciliar
33 III, 45|       familia, a quienes nuestro Salvador confió los miembros más
34 III, 46|       aquella oración de nuestro Salvador al Padre celestial: Que
35 III, 49|     Cristo: pues, aunque nuestro Salvador, por medio de crueles sufrimientos
36 III, 51|       Corazón abierto de Nuestro Salvador219 el mismo materno cuidado