Cap., N.

 1   I, 6 |          al mundo, que le dio su Hijo Unigénito9, y el Verbo del
 2   I, 6 |    hermanos, según la carne, del Hijo Unigénito de Dios, recibieran
 3   I, 13|        por la cual, desde que el Hijo del Hombre fue elevado y
 4   I, 13|    momento de la Encarnación, el Hijo del Padre Eterno adornó
 5   I, 15|        lugar, es evidente que el Hijo de Dios y de la Bienaventurada
 6   I, 15|        inmune de toda mancha, es Hijo verdadero y natural de Dios,
 7   I, 15|       entre infinitos millares - Hijo del Hombre, es más amado
 8   I, 20|     bienaventuranza. Por esto el Hijo Unigénito del Eterno Padre
 9   I, 20|        conformes a la imagen del Hijo de Dios75 y nos renovásemos
10   I, 22|      Dios nadie jamás le vio; el Hijo Unigénito, que está en el
11   I, 24|          inefable, por el que el Hijo de Dios asumió una concreta
12   I, 25|          procede del Padre y del Hijo, y que de una manera peculiar
13   I, 25|         de Cristo o Espíritu del Hijo100. Por obra de este Espíritu
14   I, 25|         de gracia y de verdad el Hijo de Dios adornó su alma en
15   I, 28|         nuestro asunto - como el Hijo del Eterno Padre bajó del
16   I, 30|      ciertamente, como reino del Hijo de su amor124; pero un verdadero
17  II, 31|   admirable unidad por la que el Hijo está en el Padre y el Padre
18  II, 31|        el Padre y el Padre en el Hijo136. ~
19  II    |          procede del Padre y del Hijo por un solo y eterno hálito
20  II, 32|        confesare que Jesús es el Hijo de Dios, Dios está en él
21  II, 32|          misma vida en la fe del Hijo de Dios, que nos amó y se
22  II, 34| principio del mundo el Unigénito Hijo de Dios nos abrazó con su
23  II, 34|        una madre conoce y ama al hijo que lleva en su regazo,
24  II, 35|          contemplar al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo con
25 III, 40|         Cristo Jesús es el mismo Hijo de Dios, y el mismo Dios.
26 III, 45|        cansancio, a pesar de ser Hijo de Dios, ya con los fúlgidos
27 III, 47|          el Espíritu de su amado Hijo. Y si muchos, por desgracia,
28 III, 51|   matrimonio espiritual entre el Hijo de Dios y la naturaleza
29 III, 51|         estrechísimamente con su Hijo, lo ofreció como nueva Eva
30 III, 51|          reina juntamente con su Hijo, obtenga de El con su apremiante