Cap., N.

 1 INT, 2 |          una misteriosa sed de las cosas espirituales y un intenso
 2 INT, 2 |            desordenado amor de las cosas presentes, tanto más aptos
 3 INT, 4 |           excelsa doctrina. Muchas cosas, en verdad, se han publicado
 4 INT, 4 |          podemos alegrarnos de las cosas arriba señaladas, no por
 5 INT, 5 |            la analogía de aquellas cosas que conoce naturalmente,
 6 INT, 5 |        delante de Dios todas estas cosas; a fin de que resplandezca
 7   I, 8 |           esfuerzan por unir ambas cosas según su profesión; y no
 8   I, 9 |    sujetara a su dominio todas las cosas creadas, y para que multiplicándose
 9   I    |          les manifestaba todas las cosas que había oído al Padre26;
10   I, 15|     misericordia, atrajo todas las cosas a sí mismo48; y que, elegido -
11   I, 15|            ángeles y que todas las cosas creadas?49. ~b) por razón
12   I, 16|               ejercita todas estas cosas de manera admirable. ~Porque
13   I, 22|          más ávidamente deseen las cosas divinas. De El se deriva
14   I, 27|         habiendo expuesto ya estas cosas cuando anteriormente hemos
15   I, 29|      inmortal aventaja a todas las cosas perecederas118. Y no es
16   I, 29|       Iglesia en el orden de estas cosas, como no está todo el hombre
17   I, 30|          un gobierno visible a las cosas invisibles122. ~Por lo cual
18  II, 33|     caridad. Porque si, aun en las cosas naturales, el amor, que
19  II, 34|            nosotros, que todas las cosas divinas, llevadas a cabo
20  II, 35|     cualquier modo el orden de las cosas creadas e invadir erróneamente
21  II, 35|          toda certeza que en estas cosas todo es común a la Santísima
22 III, 40|            de la meditación de las cosas celestiales se demuestra
23 III, 42|       elevan nuestras mentes a las cosas celestiales, sino también
24 III, 42|           de vez en cuando, de las cosas agradables aunque sean lícitas.
25 III, 48| restablecido el recto orden de las cosas, la paz, que es obra de
26 III, 49|           también preferimos a las cosas caducas de este siglo los
27 III, 49|       cuerpo mortal, negándole las cosas ilícitas e imponiéndole
28 III, 50|         futilidad y vanidad de las cosas terrenas que en nada ayudan
29 III, 50|          personas y todas nuestras cosas al Padre de la Misericordia,