Cap., N.

 1 INT, 3 | contemplan su unidad recibida del Cielo -en virtud de la cual todos
 2   I, 9 |      celestial, para trasladar al Cielo nuevos ciudadanos -nuevos
 3   I, 12|           su reino glorioso en el cielo, otorga sin interrupción
 4   I, 14|        fuerza especial bajada del cielo. Puesto que, constituido
 5   I, 14|        por Vicario suyo, subió al Cielo, y, sentado a la diestra
 6   I, 14|           nuestro Señor envió del cielo a su Espíritu, el cual,
 7   I, 15|        admirable la tierra con el cielo; que, elevado en la Cruz
 8   I, 17|          esto que Cristo desde el Cielo mira siempre con particular
 9   I, 21|           los bienaventurados del Cielo. Y, finalmente, está tan
10   I, 22|         los Evangelistas desde el cielo, que escribieron, como miembros
11   I, 23|        tierra y glorificada en el Cielo, mostrando sus llagas y
12   I, 28|         del Eterno Padre bajó del Cielo para la salvación perdurable
13  II, 34|        nuevo, en el que se juntan cielo y tierra para perpetuar
14  II, 35|         que Dios abraza a los del cielo, beatificándolos162. Con
15 III, 50|   confiados, levanten sus ojos al Cielo y ofrezcan sus aflicciones
16 III, 50|           ni a la consecución del Cielo. Más bien hemos de inculcar
17 III, 50|      sangre divina. Y mientras el cielo se entenebrece con centelleantes
18 III, 51|         la que ahora brilla en el Cielo por la gloria de su cuerpo